Estados Unidos lidera nuevas sanciones del G-7 a Rusia en el aniversario de la invasión de Ucrania

Washington refuerza el apoyo a Kiev con 2.000 millones de dólares adicionales de ayuda militar

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el de Ucrania, Volodímir Zelenski, este lunes en Kiev.Evan Vucci (AP)
Washington -

La carga simbólica de la visita de Joe Biden a Ucrania y Polonia en vísperas del primer aniversario de la invasión rusa se traduce en medidas concretas al llegar la efeméride. Estados Unidos ha anunciado este viernes 24 de febrero ...

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La carga simbólica de la visita de Joe Biden a Ucrania y Polonia en vísperas del primer aniversario de la invasión rusa se traduce en medidas concretas al llegar la efeméride. Estados Unidos ha anunciado este viernes 24 de febrero nuevas medidas en una doble dirección: por una parte, más apoyo económico y militar a Ucrania para resistir; por otra, más castigos económicos a Rusia por su agresión, con sanciones, controles a la exportación y aranceles.

Las sanciones llegan en coordinación con el G-7. Los líderes de los países democráticos más industrializados del mundo se han reunido este viernes por teleconferencia con el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski. Han aprobado crear un mecanismo de coordinación que se asegure de que las sanciones a Rusia se aplican eficazmente y que Estados Unidos presidirá el primer año. Los activos soberanos de Rusia en los países del G-7 y sus aliados seguirán inmovilizados y se aprobarán nuevas medidas de presión económica contra los sectores de la energía, de materias primas, financiero y de defensa e industrial de Rusia.

Antes incluso de la reunión del G-7, Estados Unidos ha anunciado las nuevas sanciones a más de 200 personas y entidades, tanto rusas como de terceros países de Europa, Asia y Oriente Próximo, que apoyan los esfuerzos bélicos de Rusia.

“Como parte de este anuncio, sancionaremos a una docena de instituciones financieras rusas, en consonancia con aliados y socios, así como a funcionarios rusos y autoridades delegadas que operan ilegítimamente en Ucrania. Sancionaremos a otros actores vinculados a la industria rusa de defensa y tecnología, incluidos los responsables de reabastecer las existencias rusas de artículos sancionados o de permitir la evasión de las sanciones rusas”, ha explicado la Casa Blanca a primera hora del viernes. Estados Unidos también está ampliando su autoridad sancionadora al sector metalúrgico y minero de Rusia.

Posteriormente, Washington ha concretado que el paquete de sanciones incluye una docena de instituciones financieras, entre ellas el mayor banco público no estatal de Rusia, importadores de microelectrónica y productores de fibra de carbono, un material clave para los sistemas de defensa. El paquete nombra a más de 30 personas y empresas presuntamente relacionadas con la evasión de los castigos a Rusia. Entre ellas están el empresario italosuizo Walter Moretti y sus empresas; Nurmurad Kurbanov, un traficante de armas rusoturco que presuntamente ha representado a empresas de defensa rusas y bielorrusas en el extranjero, y el empresario ruso Aleksandr Yevgenyevich Udodov, excuñado del primer ministro ruso, Mijaíl Mishustin.

Además, el Departamento de Comercio ha tomado este viernes varias medidas de control de las exportaciones, con la inclusión de cerca de 90 empresas rusas y de terceros países, incluyendo China, en una lista de entidades vetadas por participar en la evasión de sanciones y actividades en apoyo del sector de defensa de Rusia. Estas listas prohibirán a las empresas en cuestión comprar artículos como semiconductores fabricados en Estados Unidos o con determinada tecnología o software estadounidense en el extranjero. También se pondrán restricciones para evitar el uso de ciertos componentes en drones iraníes usados en Ucrania.

Nuevos aranceles

Biden se dispone también a aumentar los aranceles sobre los productos rusos. Las medidas están diseñadas para centrarse en productos básicos rusos (metales, petróleo, carbón, gas natural...) que generan ingresos para el Kremlin, al tiempo que reducen la dependencia de Estados Unidos de Rusia. “Estas medidas están cuidadosamente calibradas para imponer costes a Rusia, minimizando al mismo tiempo los costes para los consumidores estadounidenses. Las medidas adoptadas hoy supondrán un aumento de los aranceles sobre más de 100 metales, minerales y productos químicos rusos por un valor aproximado de 2.800 millones de dólares [unos 2.650 millones de euros] para Rusia”, dice la Casa Blanca. También se gravará significativamente (con una tarifa del 200%) la entrada en EE UU de aluminio fundido o moldeado en Rusia, con el fin de contrarrestar el daño a la industria nacional de aluminio, golpeada por los costes de energía como resultado de la guerra. El arancel al aluminio se aplicará desde el 10 de marzo.

El G-7 ha añadido en su comunicado un punto que no había anticipado Washington: “Dados los importantes ingresos que Rusia obtiene de la exportación de diamantes, trabajaremos colectivamente en la adopción de nuevas medidas sobre los diamantes rusos, tanto en bruto como pulidos”, dice.

La otra cara de la moneda es el apoyo a Ucrania, tanto militar como económico. En materia de seguridad, además de otros suministros ya anunciados, el Departamento de Defensa aprueba un nuevo paquete de 2.000 millones de dólares (1.890 millones de euros) que incluye drones, sistemas antidrones para reforzar las defensas aéreas de Ucrania y equipos de detección de guerra electrónica. El nuevo paquete también incluye una gran cantidad de munición para los sistemas de artillería de 155 mm y los sistemas de cohetes de artillería de alta movilidad (HIMARS), así como equipos de limpieza de minas y equipos de apoyo a las comunicaciones seguras.

En paralelo a la ayuda militar, está la económica. Esta semana, Estados Unidos ha empezado a desembolsar 9.900 millones de dólares en subvenciones para ayudar a Ucrania a cubrir las necesidades críticas de sus ciudadanos, como la sanidad, la educación y los servicios de emergencia. El G-7 ha aumentado su compromiso de apoyo presupuestario y económico a Ucrania hasta 39.000 millones de dólares para 2023.

Además, como parte de los esfuerzos para responder a los ataques de Rusia contra la infraestructura energética crítica de Ucrania, Estados Unidos se está preparando para entregar el tercer envío del Departamento de Energía de equipos críticos de la red de transmisión eléctrica a Ucrania a principios de marzo. El envío incluirá varios generadores móviles para ayudar a proporcionar energía de reserva. Esta entrega sigue al reciente suministro por parte de EE UU de una central eléctrica móvil con turbina de gas natural que puede generar electricidad suficiente para abastecer al menos a 100.000 hogares ucranios.

Reunión telemática de los líderes del G-7

Tras la reunión virtual de los líderes de los países democráticos más desarrollados del mundo, el G-7 ha emitido un comunicado en el que reitera su apoyo a Ucrania y extiende las sanciones a Rusia. “Cuando se cumple un año de la brutal invasión rusa de Ucrania, los líderes del Grupo de los Siete (G-7) nos hemos reunido con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, para reafirmar nuestro apoyo inquebrantable a Ucrania durante todo el tiempo que sea necesario. Los atroces ataques de Rusia en los últimos 365 días han dejado al descubierto la crueldad de la agresión en curso. Condenamos la guerra ilegal, injustificable y no provocada de Rusia, su desprecio por la Carta de las Naciones Unidas (ONU) y su indiferencia ante las repercusiones que su guerra está teniendo en la población de todo el mundo. Saludamos el heroísmo del pueblo ucraniano en su valiente resistencia. Nos comprometemos a intensificar nuestro apoyo diplomático, financiero y militar a Ucrania, a aumentar los costes para Rusia y para quienes apoyan su esfuerzo bélico, y a seguir contrarrestando los impactos negativos de la guerra en el resto del mundo, especialmente en las personas más vulnerables”, dice la declaración.

Además de lo referente a las sanciones y al apoyo a Ucrania, el comunicado subraya que “Rusia empezó esta guerra y Rusia puede poner fin a esta guerra”, y también apunta a los crímenes contra la humanidad que los aliados acusan a las fuerzas rusas de haber cometido: “En las zonas liberadas de las fuerzas rusas hay pruebas de fosas comunes, violencia sexual, tortura y otras atrocidades”.

Los líderes del G-7 lamentan- asimismo- la decisión de Rusia de suspender la aplicación del tratado nuclear Nuevo START, al tiempo que advierten: “Reiteramos que la irresponsable retórica nuclear de Rusia es inaceptable, y cualquier uso de armas químicas, biológicas, radiológicas o nucleares por parte de Rusia tendría graves consecuencias”.

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