El ultraconservador Orbán, entre los primeros líderes internacionales en visitar la capilla ardiente de Benedicto XVI
La reina emérita de España, Sofía, y el ministro español de la Presidencia, Félix Bolaños, acudirán al funeral del jueves
La capilla ardiente de Benedicto XVI, en la basílica de San Pedro, ha abierto este martes por segundo día. El miércoles será la última jornada en la que se expondrá el cadáver del papa emérito. El jueves se celebrará su funeral, una ceremonia que no tendrá carácter de Estado, ya que el pontífice fallecido estaba retirado. Pero la ceremonia sí contará con delegaciones oficiales de Italia y del país natal de Ratzinger, Alemania. Y reunirá ...
La capilla ardiente de Benedicto XVI, en la basílica de San Pedro, ha abierto este martes por segundo día. El miércoles será la última jornada en la que se expondrá el cadáver del papa emérito. El jueves se celebrará su funeral, una ceremonia que no tendrá carácter de Estado, ya que el pontífice fallecido estaba retirado. Pero la ceremonia sí contará con delegaciones oficiales de Italia y del país natal de Ratzinger, Alemania. Y reunirá a un gran número de presidentes, monarcas y representantes políticos de distintos países. Han confirmado su asistencia la reina emérita de España, Sofía, y el ministro español de la Presidencia, Félix Bolaños, así como el presidente polaco, Andrzej Duda; el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa; la presidenta húngara, Katalin Novák; y el rey Felipe de Bélgica.
La segunda jornada transcurría por la mañana con una cola de miles de fieles y turistas que aguardaban para entrar a la basílica (25.000 hasta las 12.00). Uno de los primeros líderes internacionales que se acercaron a rendir homenaje a Ratzinger —cuyos restos se encuentran sobre un catafalco de tela dorada a los pies del Altar de la Confesión y del baldaquino de Bernini— fue el primer ministro húngaro, el ultraconservador Viktor Orbán. El político, alejado de la línea de Francisco y explícitamente más cercano a su predecesor, ha marcado enseguida esa proximidad con su visita.
El Vaticano prepara mientras tanto el funeral del jueves, que será presidido por Francisco (es algo inédito que un papa celebre las exequias de otro pontífice) y cuyo libreto ha sido ya publicado. La duda ahora es si los problemas de movilidad de Bergoglio, pese a que será quien presida el rito, le obligarán a concelebrar una exigente liturgia con el secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, y el decano del Colegio Cardenalicio, el cardenal Giovanni Battista Re.
La liturgia que se seguirá durante el funeral, pese a que Benedicto XVI dejó escrito que quería que fuera algo sencillo y sobrio, será “sobre la base de referencia de la de un pontífice”, señaló el portavoz del Vaticano, Matteo Bruni. “Habrá algunas que no se harán porque son propias de un pontífice reinante, como la súplica final, que son muy específicas sobre el papa activo. Pero también algunas otras nuevas para dar al rito su componente de originalidad”, señaló. Todos los cardenales del colegio han sido invitados.
Bruni explicó también que Benedicto XVI será enterrado con las medallas y monedas acuñadas durante el pontificado, los palios usados cuando era obispo y un texto que describe el pontificado del papa. Se sabe también que el ataúd a la vista será una triple caja: ciprés (durante el funeral) y zinc y roble (en la sepultura). El miércoles por la tarde se cerrará el ataúd con un rito particular. El día del funeral, saldrá de la basílica sobre las 8.50 para permitir a los fieles rezar el rosario. Luego comenzará la liturgia y, al final, el cuerpo se lleva hasta la cripta para la sepultura. El final de todo el rito se estima que llegue sobre las 11.15 de la mañana.
El último día de la capilla ardiente será el miércoles por la mañana, mientras que Francisco celebrará la audiencia general en la cercana aula Pablo VI, ya que no se ha cancelado ninguna de las actividades del pontífice argentino.
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