Los hinchas del fútbol ayudan a desbloquear carreteras en Brasil para asistir a partidos
Aficionados del Corinthians y del Atlético Mineiro liberan vías cerradas por los bolsonaristas y hacen una defensa de la democracia
El fútbol en Brasil mueve montañas. Y levanta bloqueos de carreteras. Algunos hinchas se han hartado de los cientos de cortes organizados por seguidores del presidente Jair Bolsonaro que protestan contra su derrota en las elecciones del domingo. Los ultras del Corinthians, el equipo de Luiz Inácio Lula da Silva, y del Atlético Mineiro han ayudado a desbloquear vías de comunicación para poder asistir a sus respectivos partidos. Han aprovec...
El fútbol en Brasil mueve montañas. Y levanta bloqueos de carreteras. Algunos hinchas se han hartado de los cientos de cortes organizados por seguidores del presidente Jair Bolsonaro que protestan contra su derrota en las elecciones del domingo. Los ultras del Corinthians, el equipo de Luiz Inácio Lula da Silva, y del Atlético Mineiro han ayudado a desbloquear vías de comunicación para poder asistir a sus respectivos partidos. Han aprovechado, además, para retirar las banderas verdeamarelas, enseñas del bolsonarismo, y reemplazarlas por pancartas que dicen: “Nosotros estamos por la democracia”.
La barra Halcones de los Fieles del Corinthians se disponía a salir de São Paulo en autobús rumbo a Río de Janeiro, donde su equipo disputaba un partido este miércoles, cuando en la noche del martes se toparon con una de las muchas barreras que los bolsonaristas han levantado por todo el país para disputar los resultados electorales. Ante la disyuntiva de dar media vuelta o tratar de superar el bloqueo, han elegido la segunda.
En un video, se ve a un grupo de hinchas acercarse corriendo y gritando a donde están los coches de los bolsonaristas, que salen pitando enseguida. De fondo, se escucha a otros coreando el nombre de Lula y lanzando bengalas rojas. Otras escenas similares se han repetido este miércoles. Danilo Pássaro, uno de los hinchas que compartió los videos, señaló su disposición a “garantizar que la voluntad de pueblo a través de las urnas sea respetada”.
El Corinthians, además de contar a Lula entre sus seguidores, tiene un largo historial de lucha por la democratización del país, un movimiento conocido como “democracia corintiana”. En 1979, en plena dictadura militar y durante un partido contra el Santos, su hinchada desplegó una enorme pancarta “Amnistía amplia, general e irrestricta”, en referencia a los opositores al régimen encarcelados. Esos eran los años en que Lula, presidente del Sindicato de los Trabajadores Metalúrgicos del ABC paulista, lideraba huelgas para reclamar aumentos salariales.
Los hinchas del Corinthians no han sido los únicos en levantar bloqueos. La agrupación Galoucura del Atlético de Minas Gerais, que no tiene una relación tan estrecha con Lula, tampoco permitió que los cortes de carreteras les impidiera asistir a un partido en São Paulo en la noche del martes y les aguara la fiesta. “Nada ni nadie nos parará o nos impedirá apoyar al club”, publicó el presidente de la hinchada, Josimar Júnior, en Instagram.
Estas elecciones han vuelto a politizar al fútbol brasileño. Neymar ha apoyado a Bolsonaro, mientras Raí, exjugador del PSG y hermano de Sócrates, un histórico del Corinthians, respaldó a Lula. El Corinthians fue el primer gran equipo en felicitar al líder del Partido de los Trabajadores tras su victoria electoral. “Una verdadera fiesta de la democracia terminada en clima de paz, que es lo que más necesitamos”, escribió la cuenta oficial del club, del que Lula fue consejero vitalicio entre 2003 y 2016, cuando lo tuvo que dejar por exceso de faltas a las reuniones.
Mientras las hinchadas se abren paso aquí y allá, la policía sigue desbordada con tanto bloqueo bolsonarista. El lunes en la noche llegaron a ser más de 300 en una veintena de estados, aunque en la tarde de este miércoles el número ha caído a menos de la mitad, gracias a la movilización de las fuerzas de seguridad estatales. El Supremo Tribunal Federal ordenó en la noche del lunes la liberación “inmediata” de las carreteras y estableció multas de 100.000 reales por hora, unos 20.000 dólares, a los que se resistieran.
Después de 45 horas de silencio tras su derrota, Bolsonaro declaró el martes que simpatizaba con el sentimiento de “injusticia” detrás de los bloqueos, pero que no estaba de acuerdo con esos “métodos [propios] de la izquierda”. Como los cierres continuaron, el miércoles ha vuelto a insistir. “No es legal. El cierre de carreteras perjudica el derecho de movimiento de las personas que está en la Constitución”, ha dicho en un video. “Liberen las autopistas. Protesten de otra forma”.
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