La UE abre la puerta a Bosnia-Herzegovina

Bruselas recomienda que se otorgue al país balcánico el estatus de candidato, tras el malestar que provocó en la región el rápido acceso a esta categoría de Ucrania y Moldavia, formalizada en junio

Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea (derecha), saludaba a Sefik Dzaferovic, miembro bosniaco de la presidencia tripartita de Bosnia-Herzegovina, el pasado 6 de octubre en Praga.Petr David Josek (AP)

La Comisión Europea ha propuesto este miércoles formalmente que Bosnia-Herzegovina obtenga el estatus de candidato para ingresar en el club comunitario, un paso fundamental en el proceso que el país balcánico llevaba años esperando y que todavía deben refrendar los jefes de Estado y Gobierno en un Consejo Europeo. La ofensiva bélica que Rusia realiza en Ucrania desde el 24 de febrero ha obligado a los Veintisiete a acelerar los procesos y lanzar señales para que los países que esperan desde hace año a entrar en el club, sobre todo los de la antigua esfera soviética,...

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La Comisión Europea ha propuesto este miércoles formalmente que Bosnia-Herzegovina obtenga el estatus de candidato para ingresar en el club comunitario, un paso fundamental en el proceso que el país balcánico llevaba años esperando y que todavía deben refrendar los jefes de Estado y Gobierno en un Consejo Europeo. La ofensiva bélica que Rusia realiza en Ucrania desde el 24 de febrero ha obligado a los Veintisiete a acelerar los procesos y lanzar señales para que los países que esperan desde hace año a entrar en el club, sobre todo los de la antigua esfera soviética, no se sientan dejados de lado. Especialmente desde que este verano se otorgó por la vía rápida el estatus de candidato a Ucrania y Moldavia, algo que no sentó nada bien en los Balcanes Occidentales, que llevan años de negociaciones y esperas.

“La brutal invasión rusa de Ucrania destaca la importancia de la ampliación europea, que adquiere un nuevo significado geopolítico y supone una inversión a largo plazo en la paz, la prosperidad y la estabilidad de nuestro continente”, subrayó el alto representante para Política Exterior de la UE, Josep Borrell, al anunciar la decisión sobre Bosnia-Herzegovina.

También la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que había adelantado la noticia durante un discurso ante la conferencia de embajadores que se celebra esta semana en Bruselas, subrayó el contexto bélico como principal artífice de esta aceleración de tiempos. “El viento de cambio vuelve a soplar en Europa. Igual que en los años 1970, cuando España, Portugal y Grecia eligieron la democracia, o cuando los combatientes de la libertad derribaron el Muro de Berlín”, dijo la alemana, para quien “este es el momento de Europa y depende de nosotros aprovecharlo”.

No obstante, tanto Von der Leyen como Borrel y, posteriormente, el comisario para la Ampliación de la UE, Olivér Várhelyi, subrayaron que Bosnia-Herzegovina solo conseguirá el ansiado título de país candidato si realiza antes un “conjunto sustancial de reformas clave que refuercen los derechos fundamentales, el Estado de derecho, las instituciones democráticas y el funcionamiento del país”. Bruselas también quiere ver mejoras en la lucha contra la corrupción y el crimen organizado, además de garantías en la libertad de expresión y en materia migratoria.

La posibilidad de adquirir el estatus de candidato “es una oferta que solo se produce una vez y que viene con expectativas muy altas”, advirtió Várhelyi en rueda de prensa en Bruselas. Ahora, advirtió, “todas las miradas estarán puestas” en las autoridades bosnias, de las que Bruselas espera que “implementen rápidamente las reformas que la gente de Bosnia-Herzegovina se merece y ya ha pedido”.

Pese a constituir una señal política fuerte, la obtención del estatus de candidato no implica, generalmente, un ingreso rápido a la UE. Bien lo saben la mayoría de países que siguen en la lista de candidatos: Más allá de los flamantes Ucrania y Moldavia, que adquirieron esa categoría el pasado junio, Turquía es aspirante desde 1999, en un proceso por el momento congelado y, tal como han indicado este miércoles las autoridades comunitarias, sin visos de destrabarse. Macedonia del Norte, por su parte, es candidata desde 2005; Montenegro, desde 2010; Serbia, desde 2012; y Albania, desde 2014.

Tras su designación como candidato se abre un largo proceso de negociaciones formales entre la UE y el país aspirante, que debe adoptar las leyes europeas ya establecidas y realizar todos los preparativos necesarios para aplicarlas de manera adecuada. Asimismo, debe cumplir los criterios de adhesión, que incluyen reformas judiciales, administrativas y económicas, entre otras. Estas negociaciones incluso pueden tardar mucho en arrancar: con Macedonia del Norte y Albania lo hicieron solo este verano, años y hasta lustros después de languidecer como candidatos.

Cada país candidato es sometido anualmente a una revisión de sus avances. En las de este año, presentadas este miércoles, Serbia ha recibido un fuerte tirón de orejas, sobre todo por su cercanía a Moscú. El país “debe mejorar de forma prioritaria su alineamiento con la política exterior y de seguridad de la UE, que ha caído de manera significativa”, subraya la Comisión Europea en su informe, en el que también insta al país balcánico a “abordar con rotundidad todas las formas de desinformación”.

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