El mundo despide la era de Isabel II en el mayor funeral de Estado del siglo XXI

Jefes, ex jefes de Estado y dignatarios internacionales se congregan en la Abadía de Westminster. Los reyes Felipe y Letizia coinciden en el servicio religioso con los eméritos Juan Carlos y Sofía

Capilla ardiente de Isabel II en la Abadía de Westminster, donde este lunes se celebra el funeral de Estado por Isabel II Foto: Yui Mok (EUROPA PRESS) | Vídeo: EPV
Londres -

El Reino Unido pondrá punto final este lunes, declarado fiesta nacional, a 11 días de luto que han conmocionado al país. Todos los rituales vividos durante este tiempo, desde el solemne anuncio del fallecimiento de Isabel II, el 8 de septiembre, a...

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El Reino Unido pondrá punto final este lunes, declarado fiesta nacional, a 11 días de luto que han conmocionado al país. Todos los rituales vividos durante este tiempo, desde el solemne anuncio del fallecimiento de Isabel II, el 8 de septiembre, a la proclamación formal del nuevo rey, Carlos III. Los cientos de miles de ciudadanos que han aguardado durante 10, 12, 14 y hasta 20 horas, para poder desfilar por la capilla ardiente y despedirse de la monarca, han servido para poner punto final, con la pompa y circunstancia que solo el Reino Unido es capaz de desplegar, a la “era isabelina”. Y, de algún modo, a la historia británica del siglo XX. El funeral de Estado que se celebra a partir de las 11.00 (mediodía en horario peninsular español) congregará al mayor número de jefes y ex jefes de Estado, junto a dignatarios internacionales y representantes de multitud de naciones, en lo que va de siglo XXI. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden; el de Francia, Emmanuel Macron; el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau; la de Nueva Zelanda, Jacinta Arden, o los reyes de España, Felipe VI y Letizia, que han coincidido en el evento con los eméritos, Juan Carlos I y Sofía.

El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, durante su visita a a la capilla ardiente de Isabel II en Westminster, este domingo. ANDY BAILEY / UK PARLIAMENT / HA (EFE)

La figura de Isabel II, y el respeto que hacia ella tenían la mayoría de los países, ha obligado a la Policía Metropolitana de Londres a poner en marcha una operación logística sin precedentes. Prácticamente medio millar de líderes y exlíderes mundiales en visita de Estado, junto a más de un millón de ciudadanos que han acudido estos días a la capital británica. 20.000 agentes se han desplegado por toda la ciudad, junto a más de 2.000 soldados. Servicios de atención sanitaria, cuartos de baño móviles, puestos de abastecimiento de comida y bebida y miles de voluntarios se han sumado a un esfuerzo que, por lo general, ha funcionado de un modo impecable.

A las 10.44 de este lunes (11.44 en la España peninsular), el féretro de Isabel II recorrerá el breve espacio que separa el majestuoso vestíbulo donde se ha ubicado estos días la capilla ardiente, Westminster Hall, de la abadía de Westminster, donde se celebrará el funeral de Estado. Cerca de 2.000 invitados de todo el mundo acuden a las exequias de Isabel II. Detrás del ataúd, sobre un armón militar arrastrado por 142 miembros de la Marina Real, caminarán el nuevo monarca, Carlos III, y otros miembros de la familia real británica.

Dos minutos antes de que concluya el funeral, a las 11.58 hora local, se guardará en la abadía, y por todo el Reino Unido, un silencio solemne en honor a la reina fallecida. Habrá un último cortejo fúnebre por las calles de Londres. El féretro desfilará, ante la mirada de decenas de miles de británicos concentrados en la orilla del recorrido, desde Westminster hasta el Arco de Wellington. Seguirán su recorrido, a pie, Carlos III y sus hijos, los príncipes Guillermo y Enrique. Gaiteros y tamborileros de los regimientos irlandeses y escoceses liderarán la procesión. Al llegar al Arco, el féretro será traspasado a un coche fúnebre, que lo llevará hasta el castillo de Windsor, la residencia donde Isabel II pasó, primero con su marido Felipe de Edimburgo, luego en soledad, los largos meses de la pandemia. Y donde también vivió, de pequeña, para huir de los bombardeos que asolaban Londres durante la Segunda Guerra Mundial.

Féretro con los restos mortales de Isabel II en el palacio de Westminster, este domingo. NEIL HALL (EFE)

Habrá un último cortejo fúnebre, de unos cinco kilómetros. La distancia que separa el castillo de la capilla donde será enterrada la reina. El llamado “long walk” (largo paseo). Se permitirá el acceso a los ciudadanos a lo largo de todo el recorrido.

En la Capilla de San Jorge, donde ya reposan los restos del príncipe consorte, se celebrará el servicio religioso definitivo para despedir a Isabel II, antes de que su hijo, Carlos III, participe junto a sus hermanos y a otros miembros de la familia real en un acto privado. Será el nuevo rey quien esparza un puñado de tierra sobre el ataúd de su madre antes de que sea enterrado junto al de su esposo.

Este lunes ha sido declarado día de fiesta nacional en todo el Reino Unido. El nuevo monarca agradeció a los ciudadanos, en un mensaje a última hora del domingo, todas las muestras de cariño ofrecidas durante los 11 días de luto. Londres ha recibido más de un millón de visitantes, y los alrededores del palacio de Buckingham y de Westminster Hall han sido todo un desafío logístico para la policía y los voluntarios de la organización. Pero han sido pocos los incidentes o altercados de unas jornadas en las que los británicos y los turistas han desplegado un enorme ejercicio de respeto hacia la memoria de la monarca.

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