La popularidad de Biden se recupera hasta su máximo en un año

Los últimos logros del presidente dan un respiro a los demócratas ante las elecciones de noviembre

Joe Biden, este viernes, saludando antes de subir al Air Force One, el avión presidencial, en la base de Andrews, en Maryland.NICHOLAS KAMM (AFP)

La buena racha de Joe Biden empieza a tener su reflejo en las encuestas. Una serie de logros en las últimas semanas ha dado algo de fuelle al presidente justo cuando se acercan las elecciones legislativas de mitad de su mandato, que parecían destinadas a ser una catástrofe para los demócratas. El riesgo de perder el control del Congreso sigue ahí, pero el nivel de aprobación de la gestión de Biden ha alcanzado este...

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La buena racha de Joe Biden empieza a tener su reflejo en las encuestas. Una serie de logros en las últimas semanas ha dado algo de fuelle al presidente justo cuando se acercan las elecciones legislativas de mitad de su mandato, que parecían destinadas a ser una catástrofe para los demócratas. El riesgo de perder el control del Congreso sigue ahí, pero el nivel de aprobación de la gestión de Biden ha alcanzado este mes su mayor nivel del último año, según una encuesta de Gallup publicada esta semana.

La popularidad del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, empezó a hundirse con la caótica retirada de las tropas de Afganistán, hace poco más de un año. Desde entonces, los altos precios de la gasolina y los alimentos, traducidos en la inflación más alta en 40 años, la incapacidad para sacar adelante su agenda legislativa y algunas crisis coyunturales, como el desabastecimiento de leche de fórmula, llevaron sus índices de aprobación a mínimos en julio.

Según Gallup, solo un 38% de los estadounidenses aprobaban la gestión de Biden el mes pasado, el mínimo desde el comienzo de su presidencia y la aprobación más baja de un presidente a esas alturas de su mandato en las últimas décadas. En solo un mes, sin embargo, esa popularidad ha aumentado hasta el 44%. La mejora se concentra entre los votantes independientes, que no se identifican abiertamente ni con el Partido Republicano ni con el Demócrata, donde ha pasado del 31% al 40% de aprobación en un solo mes. Entre los demócratas, su índice sube del 78% al 81%, mientras que entre los votantes republicanos sigue por los suelos (4%).

A principios de mes, Estados Unidos culminó con éxito una operación para matar con un dron al líder de Al Qaeda, Ayman al Zawahiri, en Kabul. Esa misma semana, la tasa de paro bajó al 3,5% e igualó su mínimo en el último medio siglo, con una cifra de empleo récord, por encima del nivel prepandemia. A la siguiente, la tasa interanual de inflación bajó gracias al abaratamiento de la gasolina y el Congreso aprobó definitivamente la ley de Reducción de la Inflación, con medidas climáticas y fiscales y con una reducción de los costes médicos y farmacéuticos para parte de la población. A eso se han sumado algunas otras iniciativas, como la ley para fomentar la fabricación de microprocesadores en Estados Unidos o la quita de hasta 20.000 dólares en los préstamos universitarios.

El mes de agosto ha estado marcado también por el registro de Mar-a-Lago, la mansión de Donald Trump en Palm Beach (Florida) y las revelaciones posteriores, que han mostrado que el expresidente retenía documentos clasificados. No está claro qué papel puede haber jugado el contraste entre ambos en la valoración del actual presidente. En el mitin con el que ha entrado en campaña esta semana, Biden dijo: “Mi padre tenía un dicho. Decía: ‘Joey, no me compares con el Todopoderoso. Compárame con la alternativa’. Bueno, la alternativa a los demócratas son los republicanos MAGA”, en referencia al Make América Great Again (Hacer Estados Unidos grande de nuevo), el lema de Trump. Los republicanos querían que las elecciones legislativas fueran un referéndum sobre Biden, pero corren el riesgo de acabar siendo uno sobre Trump.

Biden estuvo acompañado en ese mitin por varios congresistas que se juegan la reelección en noviembre. En eso también se está produciendo un cambio. Si hace unas semanas muchos candidatos demócratas preferían distanciarse del presidente, ahora empiezan a buscar su apoyo. Este martes, por ejemplo, acudirá a Wilkes Barre en apoyo de Matthew Cartwright, cuyo puesto en la Cámara de Representantes por el octavo distrito de Pensilvania está en peligro. Otros, sin embargo, siguen prefiriendo evitarle en campaña.

Los demócratas han recuperado también agresividad ante las críticas de la oposición. Los republicanos han acusado al presidente de regalar el dinero público a los privilegiados por las quitas parciales a los préstamos universitarios. Una de las críticas más sonadas ha sido la de la representante de Colorado, Laurent Boebert, que ha dicho: “Joe Biden está robando a los estadounidenses que trabajan duro para pagar el título de la hija de Karen en teoría de la danza lésbica”, mezclando sexismo, clasismo y homofobia. Karen o los hijos de Karen se usa con sentido despectivo y la “teoría de la danza lésbica” se emplea como genérico de estudios que se desprecian.

La Casa Blanca ha contestado a ese y otros mensajes señalando desde su cuenta oficial las cantidades de cientos de miles de dólares e incluso millones en programas de ayuda por la covid que recibieron congresistas republicanos, bajando al barro de una forma que no había hecho durante toda la presidencia. Marjorie Taylor Greene, trumpista acérrima que ha levantado también la voz contra la quita, ha sido una de las señaladas en un largo hilo: recibió 183.504 dólares en ayudas. Biden, por su parte, también ha endurecido el tono y ha llamado a semifascistas a Trump y sus partidarios.

Similar a Obama

Los resultados de elecciones especiales para cubrir bajas en el Congreso que se han producido en los últimos meses también aumentan las esperanzas demócratas. La última buena noticia para ellos se produjo la semana pasada, cuando Pat Ryan ganó en el 19º distrito de Nueva York para la Cámara de Representantes por un margen mayor que el que logró Biden frente a Trump en las presidenciales de 2020.

El nivel de aprobación de Biden es ya igual al que tenía Barack Obama a estas alturas de su primer mandato y superior al del segundo. También supera al de Donald Trump en el mismo plazo de su presidencia. Sin embargo, las elecciones legislativas de mitad de mandato suelen perjudicar al partido del presidente. Desde que existen las elecciones intermedias directas, así ha ocurrido en la Cámara de Representantes salvo en 1934 (Franklin D. Roosevelt), 1998 (Bill Clinton) y 2002 (George W. Bush). En el Senado solo lograron mejorar su posición en el último siglo Roosevelt (1934), John F. Kennedy (1962), Richard Nixon (1970), George W. Bush (2002) y Donald Trump (2018).

Los demócratas tienen muy poco margen. En las elecciones del 8 de noviembre se renueva un tercio del Senado y toda la Cámara de Representantes. En la Cámara Alta en la actualidad hay un empate a 50 senadores que deshace la vicepresidenta, Kamala Harris. Entre los escaños que se renuevan, la batalla estará centrada en seis o siete (Wisconsin, Pensilvania, Nevada, Arizona y Georgia entre ellos), pero los demócratas no tienen margen de error. En la Cámara de Representantes, solo un 10% o 15% son verdaderamente competitivos y los demócratas solo podrían permitirse perder dos escaños. En las últimas cuatro elecciones de mitad de mandato, el partido del presidente ha perdido entre 13 y 63 escaños.

El presidente gana la batalla de los memes con Dark Brandon

Biden nunca ha sido particularmente activo en las redes sociales. Contrasta su sobriedad con la hiperactividad de su antecesor. Sin embargo, se ha convertido en protagonista de memes que lleva varias semanas siendo tendencia. Transformado en una especie de superhéroe con ojos láser rojos, los demócratas le han rebautizado como Dark Brandon, un personaje que ha sido adoptado incluso por sus colaboradores de la Casa Blanca.

Los demócratas le dan la vuelta a un insulto que viene de un malentendido de una locutora en una retransmisión deportiva. A principios de octubre de 2021, el público de las gradas de una carrera de coches en Talladega (Alabama) gritaba "Fuck Joe Biden" (Jódete, Joe Biden). La carrera la había ganado Brandon Brown y la locutora de televisión creyó y dijo en pantalla que los asistentes cantaban "Let's go, Brandon" (Vamos, Brandon). Desde entonces, los republicanos adoptaron el "Let's go Brandon" como una forma de insultar al presidente. Hay gorras, carteles y banderas con el lema.

Los demócratas intentaron darle la vuelta con un "Thank you Biden" (Gracias Biden) que no cuuajó. Pero luego, ese Brandon ha dado pasado a Dark Brandon y los partidarios de Biden han usado el personaje para atribuir a sus superpoderes los logros logrados en la última etapa en multitud de memes que circulan sobre todo en Twitter. "Dark Brandon lo está petando", escribía el portavoz adjunto de la Casa Blanca, Andrew Bates, en Twitter el pasado 8 de agosto, tras la que fue probablemente la semana más exitosa de su presidencia.

 

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