Draghi abandona la cumbre de la OTAN por las tensiones en Italia
El gobierno de unidad que preside se tambalea debido a las guerras entre sus socios y hoy se celebra un Consejo de Ministros crucial que el primer ministro quería preparar a conciencia
El primer ministro italiano, Mario Draghi, abandonó ayer por la noche y de forma precipitada la cumbre de la OTAN a la que asistía en Madrid. El mandatario italiano, que ha sido uno de los protagonistas de las acciones políticas en los últimos meses desplegadas por la Unión Europea y los socios atlánticos en la guerra de Ucrania, decidió regresar a Italia por las tensiones internas que se viven en su gobierno. El jueves se celebra un importante consejo de minist...
El primer ministro italiano, Mario Draghi, abandonó ayer por la noche y de forma precipitada la cumbre de la OTAN a la que asistía en Madrid. El mandatario italiano, que ha sido uno de los protagonistas de las acciones políticas en los últimos meses desplegadas por la Unión Europea y los socios atlánticos en la guerra de Ucrania, decidió regresar a Italia por las tensiones internas que se viven en su gobierno. El jueves se celebra un importante consejo de ministro en Roma que Draghi quería preparar con algo de antelación, señalan fuentes del Palacio Chigi a este periódico.
El entorno de Draghi subraya que la decisión se tomó por la mañana. También se apunta que no tiene que ver con el conflicto que el primer ministro mantiene con el líder del Movimiento 5 Estrellas, Giuseppe Conte. Algunos periódicos informaron el miércoles que Draghi habría pedido al fundador del partido antisistema, el cómico Beppe Grillo, que destituyese a Conte. “Se trata solo de preparar bien un importante Consejo de Ministros que fundamentalmente trata sobre la energía y el precio de los recibos”, insisten. Pero la espantada del líder de la tercera economía de la zona euro de la cumbre de la OTAN, una de las más importantes de los últimos años, es un síntoma claro de la tensión que se vive estos días entro los socios del gobierno de unidad.
Draghi cenó con el resto de mandatarios internacionales en el museo del Prado y luego tomó el avión presidencial para volver a Roma. Las refriegas internas han crecido en las últimas horas en su Ejecutivo. Y la segunda vuelta de las elecciones administrativas celebrada el domingo pasado solo han complicado más las cosas. Todo ello, cuando ya se vislumbran las próximas elecciones generales, previstas como muy tarde para la próxima primavera.
La derecha se atraviesa una gran fase de conflicto tras el mal resultado. Matteo Salvini ve como su liderazgo es cada vez más débil: dentro del partido y en la coalición que la Liga encabezaba desde hacía tiempo. La Forza Italia de Silvio Berlusoni comienza a poner en cuestión la capacidad de Giorgia Meloni, líder de Hermanos de Italia, de poder asumir el reto de gobernar si ganase las siguientes elecciones, como apuntan todos los sonodeos. Y ella, jefa del único partido que no entró en el gobierno de unidad de Draghi, ha comenzado a sospechar de todos sus socios. Una tensión que se refleja en el Ejecutivo, donde la Liga y Forza Italia intentan marcar perfil propio a cuenta de la política interna.
El Movimiento 5 Estrellas, por otro lado, se encuentra en una fase de descomposición. Y su líder, el exprimer ministro Giuseppe Conte, denunció que Draghi había presionado al fundador de la formación, Beppe Grillo, para que le echase. “Me parece sinceramente grave que un primer ministro técnico, investido por nosotros, se entrometa en la vida de las fuerzas políticas que lo apoyan”, arremetió Conte, que sin embargo insistió en su continuidad “leal y constructiva” en la coalición. El primer ministro avanzó este miércoles que ya ha hablado con Conte y que volverán hacerlo mañana para reunirse “lo antes posible”.
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