Demócratas y republicanos alcanzan el primer acuerdo en décadas para el control de armas en Estados Unidos

El compromiso, que aún debe ser aprobado por el Senado, prevé mejorar la verificación de antecedentes, pero queda lejos de las aspiraciones de Biden

Manifestantes durante una marcha a favor de un mayor control de armas en Estados Unidos, el pasado 12 de junio en Washington. Foto: JOSHUA ROBERTS (REUTERS) | Vídeo: EPV

Un grupo de 10 senadores demócratas y 10 republicanos ha alcanzado este martes un acuerdo que impulsa un mayor control sobre las armas en Estados Unidos. El texto surgido de ese pacto supone el primer consenso en décadas en la materia entre ambos partidos y permitirá, si finalmente es aprobado por la Cámara Alta, poner coto a su uso por personas con antecedentes penales o con problemas de salud mental. También aumentará la inversi...

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Un grupo de 10 senadores demócratas y 10 republicanos ha alcanzado este martes un acuerdo que impulsa un mayor control sobre las armas en Estados Unidos. El texto surgido de ese pacto supone el primer consenso en décadas en la materia entre ambos partidos y permitirá, si finalmente es aprobado por la Cámara Alta, poner coto a su uso por personas con antecedentes penales o con problemas de salud mental. También aumentará la inversión federal en prevención, y ampliará la protección a las víctimas de violencia de género. Hasta ahora, los condenados por ese motivo no podían poseer armas. Esa prohibición afectaba solo a aquellos unidos en matrimonio con sus víctimas. Es lo que se conocía como la “laguna legal del novio” y ha sido uno de los aspectos que mayor debate ha suscitado entre ambas partes.

El texto, de 80 páginas, se dio a conocer por la tarde, y horas después se produjo la primera votación (64-34), que supone el impulso del Senado a que este siga su tramitación. La norma definitiva podría aprobarse tan pronto como este próximo sábado.

El acuerdo es fruto de varias semanas de negociaciones instigadas por la la última oleada de violencia armada, que ha incluido una matanza en Búfalo, en el Estado de Nueva York, llevada a cabo por un joven de 18 años que, armado con un fusil de asalto, se presentó en un supermercado del Este de la ciudad movido por motivaciones racistas y mató a 10 afroamericanos, y por el asesinato a manos de otro muchacho de 18 años de 19 alumnos y de dos profesoras de una escuela primaria de Uvalde (Texas). Ambos sucesos provocaron una gran conmoción social y la reacción enérgica del presidente, Joe Biden, que en un discurso a la nación exigió al Congreso que tomara cartas en el asunto, tras décadas de inacción, pese a encadenar un tiroteo masivo con el siguiente.

Entre lo que Biden y los miembros de su partido pretendían (entre otras medidas: subir la edad legal para comprar armas de 18 a 21 años y prohibir los fusiles de asalto y los cartuchos de gran capacidad) y lo que finalmente ha acordado ese puñado de senadores, liderados por el demócrata Chris Murphy (Connecticut) y por el republicano John Cornyn (Texas) media una notable distancia. Pero no les queda otra que conformarse. Para sacar adelante el más pequeño compromiso sobre el tema —que afecta a la Segunda Enmienda, que reconoce el derecho a usar armas y es una de las líneas rojas del electorado conservador—, se precisan 60 votos en el Senado, por exigencias del filibusterismo, que reclama mayorías cualificadas para sacar adelante leyes de calado.

El Partido Demócrata solo tiene 50 escaños (una cantidad que todo indica que caerá tras las elecciones legislativas del próximo mes de noviembre), y ni siquiera suele lograr que todos sus miembros voten en el mismo sentido. La última prueba llegó con el último intento de sacar en la Cámara alta una norma para regular el uso de las armas. El senador Joe Manchin III, de Virginia Occidental, que acostumbra a pensar fuera de los límites que fija la disciplina de su formación, se posicionó en contra de la iniciativa.

El nuevo proyecto de ley propone mejorar la verificación de antecedentes, y da a las autoridades hasta 10 días hábiles para revisar los registros de salud mental y los antecedentes de delincuencia juvenil de los compradores menores de 21 años. También provee de fondos federales para ayudar a los estados a hacer cumplir las llamadas “leyes de bandera roja”, que permiten autoridades a confiscar temporalmente las armas de personas consideradas peligrosas. La medida incluye también, por primera vez, la prohibición de que las parejas condenadas por violencia machista compren fusiles o pistolas.

A los legisladores les espera una carrera contra el reloj para lograr aprobar el texto, antes de que el Senado coja sus vacaciones a tiempo de celebrar el 4 de julio. El líder de la mayoría demócrata, Chuck Schumer, ha prometido que la cámara actuará con rapidez. Biden, que cuando era senador logró sacar en 1994 la última ley restrictiva con el uso de las armas en el país, ha dicho que apoya la iniciativa y que tiene pensado firmar la nueva norma. “Cuanto antes llegue a mi escritorio, antes podré firmarlo y antes podremos poner en práctica estas medidas para salvar vidas”, aseguró el 12 de junio Biden en un comunicado.

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