La carrera por la alcaldía de Los Ángeles se calienta a una semana de las primarias

El Estado más poblado de EE UU acude a las urnas el próximo martes en unas primarias donde se perfilarán a los aspirantes a las elecciones generales

La congresista demócrata, Karen Bass, habla durante la presentación de una ley para regular a las policías.Carolyn Kaster (AP)

A una semana de las primarias de California, la carrera por la alcaldía de Los Ángeles se cierra. El martes 7 de junio, millones de personas están llamadas a las urnas a elegir a quienes se disputarán en noviembre los cargos al Congreso federal, el Gobierno local, el fiscal general, además de decenas de cargos municipales. Estas elecciones sirven para reducir la lista de candidatos desde varios cientos a dos por cada puesto en los comicios generales. La de la ciudad, no obstante, promete ser una de las más imprevisibles. Las encuestas aseguran que esta enfrentará a una veterana congresista dem...

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A una semana de las primarias de California, la carrera por la alcaldía de Los Ángeles se cierra. El martes 7 de junio, millones de personas están llamadas a las urnas a elegir a quienes se disputarán en noviembre los cargos al Congreso federal, el Gobierno local, el fiscal general, además de decenas de cargos municipales. Estas elecciones sirven para reducir la lista de candidatos desde varios cientos a dos por cada puesto en los comicios generales. La de la ciudad, no obstante, promete ser una de las más imprevisibles. Las encuestas aseguran que esta enfrentará a una veterana congresista demócrata con un desarrollador inmobiliario multimillonario que compite por el mismo grupo.

Karen Bass, que lleva 11 años en Washington y forma parte del bloque progresista en el Congreso, busca convertirse en las elecciones de finales de año en la segunda política negra que gobierna la ciudad más poblada de California. Nadie lo ha hecho desde el legendario Tom Bradley, quien abandonó la alcaldía en 1993 después de estar 20 años al frente. Bass, junto a la también californiana Nancy Pelosi, es una de las mujeres más cercanas al presidente Joe Biden, quien llegó a considerarla entre la lista de políticas que podían acompañarlo en su fórmula a la vicepresidencia. De ganar, Bass, una trabajadora social y líder comunitaria, sería la primera mujer en gobernar Los Ángeles.

El triunfo de Bass sería sencillo de no ser por la irrupción en la contienda de Rick Caruso, un acaudalado desarrollados inmobiliario que ha ido escalando posiciones hasta convertirse en la principal amenaza para Bass. Con una fortuna que supera los 4.000 millones de dólares, según Forbes, Caruso ha desembolsado 23 millones para crecer en las encuestas. Es una cifra astronómica si se considera que Bass, quien va a la cabeza, ha gastado 800.000 dólares hasta finales de abril. Para quien viva en Los Ángeles, es prácticamente imposible no toparse con un anuncio de la campaña de Caruso. No únicamente en la radio o la televisión, sino también para quien navega en Instagram o Facebook.

La inversión le ha dado resultado al magnate, quien siempre había barajado la posibilidad de competir al cargo y ahora lo ha hecho registrándose como demócrata (en 21 años no ha habido un alcalde republicano en Los Ángeles). Una encuesta de mediados de abril elaborada por la Universidad de California en Berkley colocaba a Caruso con una intención de 24% mientras que Bass contaba con el 23%. Un ejercicio más reciente colocaba a la congresista a la cabeza, 48% frente a 39%, pero con un importante 13% de votantes indecisos. Todos los sondeos estiman que serán estos dos políticos quienes se enfrenten en los comicios de noviembre entre los 12 aspirantes que estarán en la boleta el próximo martes.

Caruso ha sumado en semanas recientes el respaldo de celebridades como Kim Kardashian, Gwyneth Paltrow y Snoop Dogg, mientras que Bass cuenta con el apoyo de Los Angeles Times, la cúpula de los demócratas, diferentes organizaciones feministas, Planned Parenthood y el exalcalde latino Antonio Villarraigosa.

El sheriff de Los Ángeles, Álex Villanueva, en una entrevista de junio de 2020.LUCY NICHOLSON (Reuters)
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El polémico sheriff Villanueva

Las primarias de junio también perfilarán el futuro de Alex Villanueva, el sheriff de Los Ángeles. Hijo de padre puertorriqueño, Villanueva hizo historia en 2018, cuando se convirtió en el primer aspirante que destronó a un alguacil en el cargo en más de 100 años. También fue el primero elegido como militante demócrata en el mismo periodo. Su victoria fue posible gracias a un discurso reformista de campaña con el que prometió limpiar una enorme y compleja organización que tiene más 11.000 agentes y un presupuesto de 3.000 millones de dólares.

Una vez que comenzó a ejercer, las acciones de Villanueva distaron de ser las esperadas de un líder progresista. Uno de sus primeros escándalos llegó cuando reintegró a un exfuncionario que había sido despedido acusado de violencia doméstica. Se enfrentó con los cinco integrantes de la Junta de Supervisores, el órgano civil que administra el condado de Los Ángeles, que tiene una población de 10 millones de personas. También ha dejado intactas corruptas organizaciones internas de poder formadas por agentes de la institución. Recientemente, ha cargado en contra de periodistas que han publicado informaciones críticas.

El influyente diario Los Angeles Times considera que el periodo de Villanueva está lleno de escándalos y ha sido marcado por la “ineptitud” y una renuencia a la revisión de su actuación por parte de organismos de la sociedad civil. El periódico ha apoyado públicamente a Robert Luna, el jefe de policía de Long Beach, al sur de la ciudad, para que se quede con el testigo que deja la desastrosa gestión de Villanueva.

Un senador latino

El gobernador de California, Gavin Newsom, también volverá a jugarse el puesto en las elecciones de noviembre. La contienda de finales de 2022 será tranquila para una de las estrellas del partido demócrata, quien sobrevivió el año pasado a un intento de revocación de mandato arrasando con el 64% de los votos. Otro que espera un camino sin sobresaltos en las elecciones de este año es el senador Alex Padilla, quien lleva un año en Washington llenando el hueco que dejó Kamala Harris en el Senado.

El senador Alex Padilla, en un ascensor del Senado.EVELYN HOCKSTEIN (REUTERS)

Padilla era el secretario de Estado de California de Newsom cuando Biden eligió a Harris como compañera de fórmula. El mandatario local propuso a este político de raíces mexicanas como sustituto de la hoy vicepresidenta de Estados Unidos. Ingeniero egresado del reputado Massachusetts Institute of Technology (MIT), Padilla cuenta con una experimentada carrera como director de campaña de varios demócratas en California, entre estos Diane Feinstein, la otra senadora local, de 88 años y que algunos reportes periodísticos indican que sufre de demencia senil. Padilla también formó parte del Concejo de Los Ángeles y fue senador estatal, donde fue autor de la norma que prohibió el uso de plásticos de un solo uso.

El hoy senador aparece dos veces en la boleta de las primarias. En la primera para que acabe el periodo de Harris como suplente, que culmina en 2023. El otro, para que sea elegido por un periodo completo de seis años. Su más cercano competidor es el abogado Mark Meuser, promovido por los republicanos, pero su victoria es improbable, según las encuestas.

En poco más de un año desde su llegada a Washington, Padilla se ha convertido en uno de los demócratas progresistas de más alto perfil. No ha temido levantar una voz crítica ante la falta de resultados que el Gobierno de Biden tiene con la población inmigrante. Asimismo, se ha convertido en un férreo defensor del derecho a decidir de las mujeres en un momento donde los conservadores amenazan con derribar la histórica protección otorgada en el fallo de Roe contra Wade. Padilla es autor de una ley que pretende reforzar a las ciudades santuarios que ofrecen hoy la posibilidad de abortar, antes de que el Supremo dé a conocer su opinión.

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