A la caza del tiburón que devoró a un turista en una isla del Caribe: “Nos va a matar”

Grupos se organizan para atrapar al escualo, mientras las autoridades colombianas tratan de evitar la persecución de esta especie protegida

Los vecinos cazaron a este tiburón nodriza luego que un turista italiano falleciera tras el ataque de otro escualo en una de las playas de la isla de San Andrés, Colombia. 20 de marzo.Coralina rrss

La isla de San Andrés, en el Caribe colombiano, vive conmocionada desde el viernes. Ese fue el día en que en esta región de mar tranquilo y aguas cristalinas un tiburón tigre acabó con la vida de un turista italiano tras seccionarle buena parte del muslo derecho de un mordisco. El suceso, que autoridades y expertos insisten en ...

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La isla de San Andrés, en el Caribe colombiano, vive conmocionada desde el viernes. Ese fue el día en que en esta región de mar tranquilo y aguas cristalinas un tiburón tigre acabó con la vida de un turista italiano tras seccionarle buena parte del muslo derecho de un mordisco. El suceso, que autoridades y expertos insisten en subrayar como extraño e inusual, ha provocado reacciones de todo tipo, desde quienes se han apresurado a pedir que se depuren responsabilidades por la presencia del tiburón en una zona habilitada para el baño hasta quienes, directamente, han decidido organizarse para tomarse la justicia por su mano.

Aunque el tiburón tigre es una especie protegida en el país, varios grupos de isleños se están movilizando en las últimas horas para organizar batidas con el único objetivo de acabar con la vida del animal, un hecho que ha sido denunciado ya por varias organizaciones ambientales que trabajan en San Andrés.

La caza del tiburón tigre está prohibida desde 2008. La Corporación Raya, una organización que trabaja desde hace 20 años en defensa de los derechos de los animales, ha denunciado un video en donde se puede ver a un grupo de personas intentando cazar tiburones en las playas de la isla. Las imágenes muestran cómo poco después de iniciada la cacería llega un barco de la Armada Nacional para intentar disuadirlos: “Se recuerda al personal que se encuentra en el agua que esa especie que están intentando cazar es una especie protegida”, se escucha decir a un oficial.

“El tiburón nos va a matar”, responden los isleños en el video. El miedo se ha cobrado ya su primera víctima: este fin de semana este mismo grupo mató a un tiburón nodriza, una especie diferente de la que acabó con la vida del turista el viernes. Los expertos de la Corporación Coralina, una entidad medioambiental, aclaran que esta especie no representa ningún peligro para el hombre y rechazan de plano unas acciones que, recuerdan, pueden traer consigo sanciones.

En Colombia, la caza y pesca ilegal se encuentran tipificadas en todo el territorio como un delito que comporta multas de hasta 35.000 salarios mínimos legales mensuales vigentes (el equivalente a más de 916.500 dólares) y la privación de la libertad de 48 a 108 meses.

Ante estos acontecimientos, el ente gubernamental encargado de la zona solicitó apoyo a expertos en tiburones para realizar maniobras de captura y reubicación de los ejemplares a un lugar distante de la Reserva de Biosfera Seaflower: “El apoyo internacional llegará entre lunes y martes a la isla de San Andrés. Ellos traerán aparatos satelitales que se le colocarán a los ejemplares para poder hacerles seguimiento”, aseguran desde la Corporación Coralina en un comunicado.

Para ayudar en estas tareas, los ambientalistas solicitan no seguir arrojando restos de alimento al mar, pues genera que este tipo de animales, que por lo general se encuentran en aguas profundas, emerjan para alimentarse.

No es el único hábito de los habitantes de la zona que recomiendan cambiar. Por ejemplo, la Corporación Raya ha pedido además que las personas de la isla que viven del turismo dejen de cebar a los tiburones con carne para atraerlos y que los turistas puedan hacerse videos y fotos buceando con ellos.

La práctica, explican los especialistas, es muy habitual entre los clubes de buceo que proliferan en la zona y compiten ferozmente entre ellos por la atención de los turistas, y acostumbra a los escualos a buscar alimento en entornos que de manera natural descartarían, como las poco profundas aguas donde nadan los humanos.

Juliana Barberí, directora de la Corporación Raya, explica que han recibido muchas quejas y denuncias por las malas prácticas que se han hecho con el turismo para poder avistar a los tiburones. “Y ahora están matando a los tiburones para proteger sus negocios y así evitar que a los turistas les dé miedo ir a esta zona de la isla a pasar sus vacaciones”, explica. Barberí critica la actuación de la Gobernación porque la solución, cree, en ningún caso es reubicar o trasladar a estos tiburones a ninguna parte. El hogar de los tiburones, cuenta, es el mar: “Los quieren cerca para usarlos como entretenimiento, pero cuando se acercan demasiado, los quieren matar”.

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