Sánchez llama a todos los expresidentes de España para compartir información sobre la guerra

El Gobierno español está multiplicando sus movimientos en todos los ámbitos con una agenda absolutamente monopolizada por la guerra de Ucrania. Por una parte, está haciendo gestiones para sacar del país a los españoles residentes allí —el primer convoy llegó este sábado a Polonia— y, por otra, está llevando a cabo gestiones diplomáticas de alto nivel fuera de España y está tratando de reforzar el consenso dentro, que en los primeros días ha sido...

El Gobierno español está multiplicando sus movimientos en todos los ámbitos con una agenda absolutamente monopolizada por la guerra de Ucrania. Por una parte, está haciendo gestiones para sacar del país a los españoles residentes allí —el primer convoy llegó este sábado a Polonia— y, por otra, está llevando a cabo gestiones diplomáticas de alto nivel fuera de España y está tratando de reforzar el consenso dentro, que en los primeros días ha sido mucho más claro de lo esperado. En esta línea de recabar apoyos y visiones experimentadas, el presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, realizó este sábado una inédita ronda de llamadas a todos los expresidentes vivos para compartir información sobre la guerra.

Sánchez llamó este sábado a Mariano Rajoy, José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y Felipe González para explicarles lo que sabe en este momento de la evolución y las perspectivas de la primera gran guerra entre dos estados en Europa desde los años 40 y para escuchar su visión desde la experiencia que acumulan entre todos tras 36 años al frente del Gobierno. Los cuatro expresidentes, según fuentes de La Moncloa, agradecieron mucho la llamada y le trasladaron sus opiniones.

Sánchez ha mantenido relación en los últimos años con Zapatero, que claramente apostó desde el principio por la coalición PSOE-Unidas Podemos, y ha llamado en alguna ocasión -muy pocas- a González, mucho más distanciado de su línea política, pero con Rajoy y Aznar apenas mantenía contacto. La llamada tiene pues un gran valor simbólico y muestra la gravedad de la situación y la voluntad del presidente de implicar a todos los que estuvieron en su puesto en las decisiones para hacerle frente.

Todos los expresidentes tienen mucha experiencia Internacional y casi todos, con la excepción de González, han tratado directamente con Vladímir Putin, que lleva 20 años en el poder. Sánchez también amplió su ronda de contactos a dirigentes como Javier Solana, ex secretario general de la OTAN, o Joaquín Almunia, ex secretario general del PSOE y ex comisario europeo. El presidente ha dado prioridad absoluta a la agenda internacional con la guerra de Ucrania, que según la opinión instalada en La Moncloa puede cambiar por completo los equilibrios de poder en Europa y tendrá además consecuencias económicas muy directas para España, en especial por el aumento del precio de la energía.

La brutalidad de la guerra de invasión decidida por Putin ha logrado algo inédito en España en los últimos años: un consenso casi total en la política de condena a decisión del autócrata ruso. Desde los sectores más a la izquierda como Unidas Podemos, ERC o Bildu, siempre muy críticos con la OTAN pero esta vez también con un rechazo rotundo a Putin -el líder de IU, Alberto Garzón, le acusó de “imperialista”- hasta la ultraderecha de Vox, cuyos aliados europeos habían sido muy cercanos a Putin, todos han rechazado abiertamente la invasión. Sánchez ha encontrado además un respaldo total en el PP. Su presidente, Pablo Casado, que aún conserva esa posición hasta el próximo congreso del PP en abril, habló con Sánchez el jueves y le trasladó un respaldo total que luego reafirmó Cuca Gamarra, la portavoz y líder temporal del partido hasta que llegue Alberto Núñez Feijóo. La política española esta vez está más unida que nunca, con sus matices, en torno a la idea de que una invasión como esta es indefendible.

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