Universitarias de Marruecos se plantan frente al chantaje sexual

La justicia investiga varios casos de profesores acusados de exigir sexo a estudiantes a cambio de buenas notas

Varias mujeres caminan por Rabat, capital de Marruecos, el 1 de octubre.Mosa'ab Elshamy (AP)

La justicia de Marruecos ha comenzado a quitarse lentamente la venda de los ojos frente al chantaje o acoso sexual de los profesores universitarios contra sus alumnas. Hasta hace dos meses, la mayoría de los casos que trascendían a los medios de comunicación quedaban sin ningún seguimiento oficial. Pero ahora, algunos jueces y funcionarios del Ministerio de Educación han comenzado a tomar ca...

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La justicia de Marruecos ha comenzado a quitarse lentamente la venda de los ojos frente al chantaje o acoso sexual de los profesores universitarios contra sus alumnas. Hasta hace dos meses, la mayoría de los casos que trascendían a los medios de comunicación quedaban sin ningún seguimiento oficial. Pero ahora, algunos jueces y funcionarios del Ministerio de Educación han comenzado a tomar cartas en el asunto.

La asociación Moroccan Outlaw 490, fundada por la cineasta marroquí Sonia Terrab, creó el 28 de diciembre en Instagram la etiqueta #MetooUniv. En apenas una semana ha recogido un centenar de denuncias de mujeres. “Y aún continuamos recibiendo”, indicó Terrab este miércoles. En varios de esos mensajes aparecen nombres de profesores acusados de pedir sexo a cambio de buenas notas. “Los mensajes nos llegan de muchos centros. No solo universitarios, también de institutos y colegios”, añade la cineasta.

El último caso sucedió el 27 de diciembre en la Escuela Nacional de Comercio y Gestión (ENCG) de la ciudad de Uchda, en el noreste del país, en la frontera con Argelia. Una cuenta anónima difundió en las redes sociales una conversación de WhatsApp entre un docente y una de sus alumnas. La estudiante le pedía que le validara unas pruebas y el profesor le exigía a cambio una “clase de felación”. Decenas de universitarias se manifestaron dos días después, pidiendo la destitución del profesor. En Instagram también fue publicada una carta donde una mujer anónima asegura haber sufrido acoso del mismo hombre.

El docente en cuestión negó cualquier acusación y declaró al medio local Tel Quel estar sufriendo una campaña difamatoria. Pero el Ministerio de Educación envió a Uchda una comisión encargada de investigar el caso y ordenó la suspensión de funciones del docente. Mientras tanto, han dimitido el director del centro, el secretario general y la directora adjunta. La fiscalía también investiga el asunto.

Por otra parte, la fiscalía decretó la noche del martes la detención preventiva de otro profesor universitario en Tánger, empleado en la Escuela Superior de Traductores de Tánger, dependiente de la Universidad Abdelmalek Essaadi, en Tetuán, según informó este miércoles la agencia Efe. El arresto se produce después de que el 30 de diciembre una de sus alumnas lo denunciara por acoso sexual y por haberle mostrado vídeos pornográficos en la clase. A la denuncia se sumaron otras estudiantes.

Otro caso aún pendiente de sentencia estalló el pasado septiembre, en la ciudad de Settat, 60 kilómetros al sur de Casablanca. De igual manera que en Uchda, en esta ocasión comenzaron a filtrarse en las redes sociales capturas de pantalla de conversaciones de WhatsApp entre un profesor y tres de sus alumnas, que resultaron ser hermanas.

El profesor era el jefe del departamento de Derecho Público en la universidad Hassan I de Settat. El docente, que solía colaborar con varios medios, explicó que todo se debía a una campaña de difamación. Recurrió a los medios amigos, varios estudiantes hablaron de él como un hombre ejemplar. Pero la policía local comenzó a escuchar a las víctimas, y el ministerio también inició una investigación. Ahora hay cinco profesores investigados. A cuatro se los acusa de acoso sexual, abuso de autoridad e incitación a la depravación. Y sobre uno de ellos pesa el cargo de “atentado al pudor con violencia”, tipificado con hasta 10 años de cárcel.

Latifa el Boushini, de 60 años, profesora en la facultad de Ciencias de la Educación en Rabat explica a este diario que el problema del acoso en la universidad viene de lejos. Recuerda que en el año 2013 asistió a unas jornadas en la Universidad de Mohamed V en Rabat con motivo de la celebración del Día de la Mujer, el 8 de marzo. Y una joven tomó la palabra para señalar la existencia del acoso sexual en las aulas.

“Expresó alto y claro su malestar en tanto que víctima”, recuerda El Boushini. “Para mí no fue una sorpresa. Porque alrededor de mí una cantidad enorme de mujeres han sido víctimas. Claro que el acoso es más grave cuando lo comete un superior jerárquico, como es el profesor”.

“Gracias a la tecnología”

El Boushini destaca que no todos los profesores son depredadores sexuales. Pero la profesora estima también que no hay una sola universidad en Marruecos donde no haya un profesor que intente chantajear a las alumnas. “El problema radica en que es muy difícil demostrar ese acoso. Porque el que lo comete suele hacerlo en privado”, añade. “Pero esta vez, en los casos de Settat y de Uchda, ha sido posible aportar pruebas gracias a la tecnología. Gracias a que ha habido mensajes, fotos, vídeos… todo eso ha permitido que los medios de comunicación puedan hablar de esos casos. Y ha hecho posible que las autoridades se tomen en serio este problema”.

El tabú de los chantajes sexuales en la universidad se ha ido rompiendo muy poco a poco en Marruecos. En 2017 fue condenado a un año de cárcel un profesor de la universidad Abdelmalek Essaadi, de Tetuán. Desde entonces, no han dejado de conocerse casos similares de petición de sexo a cambio de notas.

Pero han tenido que pasar cuatro años desde aquella condena en Tetuán para que la universidad Mulai Ismael, en Meknés, crease el 30 de diciembre una célula encargada de acompañar a las víctimas de acoso. Han sido necesarios cuatro años para que tres universidades, las de Meknés, Tetuán y Uchda hayan puesto en funcionamiento esta semana varios números de teléfono y direcciones de correo para atender denuncias anónimas.

Sonia Terrab fundó hace dos años Moroccan Outlaw 490 junto a la escritora Leila Slimani, con la intención de que el Estado reforme el Código Penal. La asociación aspira a que se derogue el artículo 490, que contempla penas de un año de prisión para quienes mantengan relaciones sexuales fuera del matrimonio. También pretende que el Gobierno elimine el 491, que fija penas de dos años para los casados que cometan adulterio. Y el artículo 489 del Código Penal, que estipula tres años para quienes cometan “actos impúdicos” o “contra natura” con personas del mismo sexo. Además del 454, que prevé hasta dos años de cárcel para las mujeres que aborten.

Mientras tanto, Terrab se ha fijado como meta inmediata que el Estado se apropie de la campaña #MetooUniv y la extienda desde las redes sociales a las emisoras de radio y televisión.

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