Alemania condena a cadena perpetua a un agente ruso por realizar un asesinato en Berlín a las órdenes de Moscú
El Ministerio federal de Asuntos Exteriores habla de “grave violación del derecho y la soberanía” alemana y expulsa a dos diplomáticos de la embajada rusa al considerarlos espías
Más de dos años después del asesinato del rebelde checheno de origen georgiano Tornike Khangoshvili, de 40 años, en pleno centro de Berlín; Vadim Krasikov, ruso de 56 años, agente de los servicios de inteligencia de su país, ha sido condenado por la justicia alemana a cadena perpetua. Este miércoles, el Tribunal Superior de Berlín ha considerado a Krasikov culpable del asesinato perpetrado en el parque Tiergarten en agosto de 2019. Asimismo, el tribunal constata que el acusado es un agente del servicio de inteligencia nacional ruso, el FSB, al que se atribuyen otros asesinatos por encargo en e...
Más de dos años después del asesinato del rebelde checheno de origen georgiano Tornike Khangoshvili, de 40 años, en pleno centro de Berlín; Vadim Krasikov, ruso de 56 años, agente de los servicios de inteligencia de su país, ha sido condenado por la justicia alemana a cadena perpetua. Este miércoles, el Tribunal Superior de Berlín ha considerado a Krasikov culpable del asesinato perpetrado en el parque Tiergarten en agosto de 2019. Asimismo, el tribunal constata que el acusado es un agente del servicio de inteligencia nacional ruso, el FSB, al que se atribuyen otros asesinatos por encargo en el extranjero. Según el juez Arnoldi, el FSB proporcionó a Krasikov una identidad y un pasaporte falsos así como los recursos para cometer el crimen. La Fiscalía asumió que el asesinato era un encargo de Moscú.
“Este asesinato en nombre del Estado (...) representa una grave violación del derecho alemán y de la soberanía de la República Federal de Alemania”, dijo la ministra alemana de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock. Consideró que las relaciones con Rusia se han visto “gravemente afectadas” tras el veredicto del caso del asesinato de Tiergarten y añadió que el fallo había impactado en el clima de intercambio abierto y honesto que parecía que había con Rusia.
Tras conocer el fallo, el ministerio de Baerbock convocó a una reunión inmediata al embajador ruso en Berlín, Sergei Nethayev. En el encuentro, el Secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Miguel Berger, le informó de que dos diplomáticos rusos tendrían que abandonar Berlín inmediatamente. Pues, según el ministerio, ambos forman parte del servicio secreto FSB. El embajador ruso calificó la decisión como “un acto inamistoso, que no quedará sin respuesta”. “Consideramos que esta sentencia no es objetiva, tiene una motivación política y perjudica gravemente la ya difícil relación entre Alemania y Rusia”, dijo el diplomático, que calificó de “absurda” la acusación de que la Federación Rusa estaba implicada en el crimen.
Una peluca, un arma y una bicicleta en el Spree
Todo comenzó el 23 de agosto de 2019 cuando Khangoshvili, excombatiente que se enfrentó a las tropas rusas en la guerra de Chechenia entre 2001 y 2015, se dirigía caminando a una mezquita por el parque de Tiergarten, en el centro de Berlín. Poco después del mediodía, un ciclista que le iba siguiendo, según registraron las cámaras de seguridad de la zona, se le acercó por detrás y le disparó en dos ocasiones en la nuca. La policía logró detener al asesino ese mismo día y quedó en prisión preventiva, tras ser identificado, por testigos presenciales, como el hombre que arrojó una peluca, la bicicleta y el arma al río Spree.
El excombatiente, considerado terrorista por las autoridades rusas y que ya había escapado de un atentado en Georgia, huyó de su país en 2015 y buscó refugio en Berlín. Allí solicitó asilo político, pero nunca lo recibió. Él mismo había comunicado a las autoridades alemanas su pasado como miembro de la insurgencia chechena contra Rusia. El presidente ruso, Vladímir Putin, había calificado a la víctima de “bandido” y “asesino”.
La prensa contó entonces que al autor del crimen era Vadim Sokolov, un ruso de 49 años que había viajado a Berlín desde Moscú haciendo escala en París y que tenía un billete de regreso a Rusia. Poco después, la revista Der Spiegel reveló el verdadero nombre del asesino y explicó que había entrado en Alemania con un pasaporte falso. Los investigadores alemanes descubrieron la verdadera identidad de Krasikov a través de una orden internacional de detención que fue cancelada posteriormente por Rusia.
Cuando la Fiscalía Federal de Alemania anunció, en diciembre de 2019, que había puesto en marcha una investigación formal por el asesinato de Khangoshvili ―que vivía bajo el nombre de Tornike Kavtarashvili― también dio a conocer en un comunicado que existían suficientes indicios de que el asesinato se hubiese realizado en nombre de las autoridades estatales de la Federación de Rusia o de la República Autónoma de Chechenia como parte de la Federación de Rusia.
El juicio contra Krasikov se inició en octubre de 2020 y la Fiscalía sostuvo en su acusación que Rusia había ordenado liquidar a Khangoshvili debido a su “oposición al Estado ruso, al Gobierno de las Repúblicas autónomas de Chechenia e Ingushetia y del Gobierno prorruso de Georgia”. La Fiscalía ha encontrado una “motivación política” en el acto y ha remarcado que el acusado ejecutó en suelo alemán una “orden estatal de matar”. Por eso, junto a la petición de cadena perpetua, solicitó que se establezca la “especial gravedad del crimen y causa”, medida que excluye una salida anticipada de la cárcel del condenado. Los fiscales consideran que el acusado “aceptó la orden estatal de matar porque esperaba una recompensa financiera o compartía la motivación de matar a un disidente”. Moscú negó cualquier relación con el asesinato de Khangoshvili.
Sigue toda la información internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.