Siete migrantes mueren en Hungría al chocar el vehículo en el que viajaban

El conductor del automóvil, de nacionalidad serbia, ha sido detenido por tráfico ilegal de personas

La policía húngara recogía este martes pruebas en el lugar del suceso, en el pueblo de Morahalom.POLICE.HU (Reuters)

Siete migrantes murieron hacia la medianoche del lunes en Hungría y otros cuatro resultaron heridos al chocar el vehículo en el que viajaban contra una vivienda en el pueblo de Morahalom, cerca de la frontera con Serbia. Al advertir un control policial, el conductor aceleró para tratar de huir y acabó estrellando el automóvil contra la pared de una casa en el centro de la localidad, según informó este martes la policía. El chófe...

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Siete migrantes murieron hacia la medianoche del lunes en Hungría y otros cuatro resultaron heridos al chocar el vehículo en el que viajaban contra una vivienda en el pueblo de Morahalom, cerca de la frontera con Serbia. Al advertir un control policial, el conductor aceleró para tratar de huir y acabó estrellando el automóvil contra la pared de una casa en el centro de la localidad, según informó este martes la policía. El chófer, de nacionalidad serbia, ha sido detenido y será procesado por tráfico ilegal de personas y por haber causado un accidente mortal.

El vehículo, con matrícula serbia, llevaba a 10 migrantes hacia Szeged, la tercera ciudad más poblada de Hungría. Las autoridades del país centroeuropeo no han detallado hasta el momento la nacionalidad de los fallecidos ―se han limitado a indicar que habían entrado en su territorio de forma ilegal―, ni el estado de los heridos. No obstante, han anunciado que se abrirá una investigación sobre el suceso. Según las leyes húngaras, el conductor podría ser condenado a hasta 15 años de cárcel.

El accidente ocurrió cerca del límite de Hungría ―país miembro de la Unión Europea―, con Serbia, no perteneciente al club comunitario. Según los datos publicados por la policía, 2.419 migrantes fueron detenidos la semana pasada en las fronteras de Hungría. Muy lejos de los más de 1,8 millones de migrantes irregulares que entraron en suelo europeo en 2015, el flujo de entradas recupera mes a mes el ritmo previo a la pandemia, que provocó un parón generalizado en la movilidad internacional.

El primer ministro Viktor Orbán ha proclamado en numerosas ocasiones su mano dura contra la inmigración, una estrategia política que ayudó a su partido Fidesz a ganar la reelección en 2018 y fue su caballo de batalla en los comicios europeos un año después. En 2015, Orbán ordenó la construcción de una valla en la frontera con Serbia, cuando cientos de miles de inmigrantes intentaron llegar a territorio comunitario a través de los confines orientales de la UE.

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