“La UE debería avergonzarse por incumplir el pacto migratorio”

El presidente de la Asamblea Nacional turca, Mustafá Sentop, critica el acuerdo migratorio con Turquía y pide a Europa “asumir responsabilidades”

El presidente de la Asamblea Nacional turca, Mustafá Sentop, este lunes en Madrid.Kike Para

Es la primera vez en 27 años que un presidente de la Gran Asamblea Nacional turca visita España. Mustafá Sentop (Tekirdag, Turquía, 53 años), representante del partido islamista en el Gobierno, el AKP, ha roto el letargo con un viaje de tres días y un mensaje claro: “Europa debe asumir responsabilidades”. El acuerdo migratorio firmado entre la Unión Europea y Turquía en 2016...

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Es la primera vez en 27 años que un presidente de la Gran Asamblea Nacional turca visita España. Mustafá Sentop (Tekirdag, Turquía, 53 años), representante del partido islamista en el Gobierno, el AKP, ha roto el letargo con un viaje de tres días y un mensaje claro: “Europa debe asumir responsabilidades”. El acuerdo migratorio firmado entre la Unión Europea y Turquía en 2016, asegura, “no se ha cumplido”. “La UE debería avergonzarse por no atenerse al pacto”, afirma tajante desde la residencia del embajador del país euroasiático en Madrid.

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En 2016, el Gobierno de Ankara se comprometía a hacerse cargo de las personas que intentaran entrar a Europa por las costas griegas. A cambio, Turquía se beneficiaría de una serie de medidas, como la donación de 3.000 millones de euros, la liberalización de los visados para los ciudadanos del país, y, especialmente, la reanudación de las negociaciones para su adhesión al club comunitario. Prácticamente desde la firma del acuerdo, el presidente Recep Tayyip Erdogan ha criticado su incumplimiento.

Este es hoy también el mantra del jefe parlamentario turco. “Ya hemos gastado 15 o 20 veces más en dar cobijo a los refugiados que lo comprometido por Europa. La UE quiere que todas las riquezas vengan a ellos y que otros países se queden con los sufrimientos y las tristezas, pero esto no es aceptable”, señala, beligerante, rodeado de un séquito propio de una visita de Estado.

El también jurista y profesor universitario cifra en cerca de cuatro millones el número de refugiados, en su mayoría sirios, que se encuentran en territorio turco. Un mes después de la toma de Kabul por parte de los talibanes, Sentop afirma que aún no han constatado un aumento de la presión migratoria. “Pero ya en los últimos cinco años hemos recibido aproximadamente 300.000 afganos”, dice el dirigente turco.

”No tenemos ninguna culpa de que haya inmigración. No hemos participado en el origen del problema. Pero toda la responsabilidad la asumimos nosotros para ayudar a estas personas. Esto requiere una asunción internacional de responsabilidades”, reclama en reiteradas ocasiones.

Sobre la promesa también incumplida, según Sentop, de retomar las conversaciones para la adhesión de Turquía a la UE, el presidente de la Asamblea turca critica: “Que dos países pequeños como Chipre y Grecia decidan sobre la inclusión de un país grande como es Turquía no tiene sentido”.

La visita oficial busca también tejer alianzas con sus interlocutores españoles, por lo que este lunes ha mantenido un encuentro con los presidentes del Congreso, Meritxell Batet, y del Senado, Ander Gil. Sentop también tendrá oportunidad de hablar con los presidentes de las comisiones mixtas de Unión Europea, Susana Sumelzo, y de Asuntos Exteriores, Pau Marí-Klose. “España y Turquía son ambos países mediterráneos que hacen de puente entre dos continentes. Esto implica que tengamos los mismos problemas y que debamos compartir también las soluciones”, tiende la mano.

Convenio de Estambul

El pasado marzo, ante una incrédula comunidad internacional, el presidente Erdogan retiraba a Turquía del Convenio del Consejo de Europa para la prevención de la violencia contra las mujeres, más conocido como el Convenio de Estambul, firmado en esta ciudad en 2011. Hoy, Sentop aclara el porqué. “Ni Turquía ni otros muchos países comprendíamos que en el capítulo sobre el matrimonio se hablara, además del hombre y de la mujer, de un tercer sexo [término utilizado para definir a aquellos que no se identifican como hombres o mujeres]”. Tampoco comparte que el texto hable de “algunos valores culturales y sociales europeos como si fueran válidos para toda la población mundial”.

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