El primer ministro de Japón dejará el poder tras las críticas a su gestión de la pandemia
Yoshihide Suga, con la popularidad por los suelos tras solo un año en el cargo, renuncia a ser reelegido como líder del Partido Liberal Demócrata
El primer ministro de Japón, Yoshihide Suga, ha arrojado la toalla tras solo un año en el cargo, lastrado por las críticas a su gestión de la pandemia de covid y unos niveles de popularidad por los suelos. Según ha anunciado este viernes a los medios en Tokio, renuncia a presentarse a la reelección como líd...
El primer ministro de Japón, Yoshihide Suga, ha arrojado la toalla tras solo un año en el cargo, lastrado por las críticas a su gestión de la pandemia de covid y unos niveles de popularidad por los suelos. Según ha anunciado este viernes a los medios en Tokio, renuncia a presentarse a la reelección como líder de su partido, el Liberal Demócrata (PLD) en los comicios internos previstos para el 29 de septiembre. Esa decisión equivale, en la práctica, a su renuncia como primer ministro: el país debe celebrar elecciones generales este otoño, y el líder que elija el PLD será el candidato de esta formación conservadora para encabezar el Gobierno.
“Participar en los comicios y gestionar las medidas contra el coronavirus habría requerido una enorme cantidad de energía”, indicó Suga, de 72 años, según Reuters. El aún jefe del Gobierno nipón ha anunciado que celebrará una rueda de prensa la semana próxima. Según los medios japoneses, Suga tiene previsto comunicar a su partido su dimisión al frente del Gobierno antes de los comicios internos.
El breve mandato de Suga, que sustituyó en septiembre de 2020 en el puesto a Shinzo Abe —el primer ministro nipón que más ha durado en su cargo, que renunció por motivos de salud— se ha visto marcado por el coronavirus. Japón atraviesa su tercera ola de covid en medio de una campaña de vacunación que se puso en marcha de manera tardía, lenta y se ha visto salpicada por problemas como la detección de impurezas en lotes de esos medicamentos. Esa tercera ola obligó a celebrar los Juegos Olímpicos de Tokio sin público en las gradas este verano, en medio de la abrumadora oposición de los ciudadanos.
Para intentar paliar sus catastróficos niveles de popularidad, que se habían precipitado por debajo del 30%, el primer ministro había querido lanzar un amplio cambio de Gobierno, que tenía previsto anunciar la semana próxima. Pero se topó con problemas para encontrar candidatos dispuestos a aceptar los puestos, en un indicio de la falta de apoyo dentro del partido, según indican los medios nipones. Ante el temor a que su falta de tirón entre los votantes pudiera costar escaños al PLD en las elecciones generales, Suga ha optado por la renuncia.
El primer ministro fue la mano derecha de Abe durante los siete años y ocho meses del mandato del exdirigente. El primer ministro no tiene vínculos con ninguna de las grandes facciones del PLD, ni pertenece a ninguna de las estirpes tradicionales del país, como la mayoría de la clase política. Al contrario, procede de una familia de agricultores del norte del país y se pagó los estudios de Derecho trabajando en un mercado y de chico para todo en un periódico. En política comenzó como secretario de un concejal en Yokohama. A los 38 años fue elegido él mismo edil de esta ciudad después de gastar seis pares de zapatos visitando uno por uno 30.000 hogares.
Su fama de gestor discreto y meticuloso le convirtieron en un candidato de compromiso hace un año y le valió una mayoría cómoda en su elección en la Dieta (el parlamento nipón). Fiel a Abe, decidió gobernar con un Ejecutivo de continuidad y seguir con la política económica de su antecesor.
Entre los aspirantes a sucederle se encuentra el exministro de Asuntos Exteriores Fumio Kishida, que había anunciado su intención de presentarse a las elecciones internas a líder del PLD. Tras anunciarse la decisión de Suga, Kishida ha declarado que su decisión de participar en los comicios permanece “intacta”. En una rueda de prensa este jueves, criticó la gestión de la pandemia, que consideró insuficiente y lenta.
Kishida, que ya se enfrentó al primer ministro en las elecciones internas de hace un año —obtuvo un 16% de apoyos frente al 70% de Suga— aseguró ayer que, de ser elegido, su objetivo será conseguir volver a una cierta normalidad de las actividades socioeconómicas para principios de 2022. El exministro de Exteriores también abogó por poner en marcha un gran paquete de estímulos multimillonario para hacer frente a la crisis económica causada por la pandemia.
La actual legislatura japonesa se agota el próximo 21 de octubre. El país debe celebrar elecciones legislativas antes del 28 de noviembre. El PLD, el partido que con breves excepciones ha gozado de la mayoría en Japón desde los tiempos de la posguerra, aspira a renovar su mandato pese a las duras críticas sobre la gestión de la covid.
El anuncio de Suga ha disparado los valores en la Bolsa de Tokio. Su índice principal, el Nikkei, ha subido este viernes el 2%.