El nombramiento de un radical como primer ministro espanta a los perfiles moderados del Gobierno de Castillo

El gurú económico del presidente renuncia a entrar en el Gabinete como ministro de Economía

El presidente de Perú, Pedro Castillo, acude al Congreso de la mano de su esposa, Lilia Paredes, para jurar el cargo, el miércoles. En vídeo, Castillo designa como primer ministro a un radical de la izquierda peruana. Vídeo: GUADALUPE PARDO (AP) / REUTERS

Pedro Castillo vive su primera crisis de Gobierno incluso antes de que le haya dado tiempo a formar un gabinete. El nombramiento como primer ministro de un político homófobo y radical, sin experiencia en gestión, ha desatado una ola de críticas que ha dado pie a una disputa interna. El que hasta ahora había sido su gurú económico, Pedro Francke, el hombre que había calmado a los mercados y se había reunido con empres...

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Pedro Castillo vive su primera crisis de Gobierno incluso antes de que le haya dado tiempo a formar un gabinete. El nombramiento como primer ministro de un político homófobo y radical, sin experiencia en gestión, ha desatado una ola de críticas que ha dado pie a una disputa interna. El que hasta ahora había sido su gurú económico, Pedro Francke, el hombre que había calmado a los mercados y se había reunido con empresarios y embajadores para asegurarles de que Perú no expropiaría empresas ni intervendría su moneda, ha renunciado a ser el ministro de Economía. De noche se le vio salir solo y cabizbajo del recinto donde se iba a nombrar al resto de ministros.

Castillo había convocado a la nación a las 20.30 de este jueves para dar a conocer a su gabinete. En el estrado del Gran Teatro Nacional de Lima había colocadas una mesa, una Biblia y un crucifijo. Ahí iba a celebrarse el juramento. Las televisiones no tuvieron más remedio que emitir durante horas una imagen estática de los utensilios. Nadie aparecía por allí. No fue hasta casi la medianoche, con dos horas y media de retraso, que los nuevos ministros empezaron a jurar su cargo. Dos de los ministerios clave, el de Justicia y Economía, quedaron vacantes. La crisis hizo imposible completar el puzle.

El asunto que agitó la creación del primer gabinete se fraguó por la mañana. Castillo nombró a Guido Bellido primer ministro del país. Se trata de un izquierdista radical que considera que Cuba no es una dictadura ni Sendero Luminoso un grupo terrorista. Es la cuota de poder de Vladimir Cerrón, el líder de Perú Libre, el partido que invitó a Castillo a presentarse a las elecciones bajo sus siglas. El maestro de escuela dijo en campaña que Cerrón no tomaría ninguna decisión ni integraría en su gabinete bajo ningún concepto, pero en su lugar ha puesto a alguien de la máxima confianza de Cerrón.

El presidente de Perú, Pedro Castillo, en las Pampas de Ayacucho. En vídeo, el Perú de Pedro Castillo en cinco preguntas. Vídeo: ALBERTO ORBEGOSO / EPV

La designación enfadó al ala más moderada que ha asesorado a Castillo, entre los que se encontraba Francke. Los sectores de centro y de izquierda que lo apoyaron se han sentido traicionados. Algunas figuras clave han expresado públicamente su desacuerdo, sin medias tintas. Julio Arbizu y Ronald Gamarra, dos reconocidos juristas que defendieron a Castillo de las acusaciones de fraude electoral que vertió sobre él Keiko Fujimori, dijeron que este movimiento inicial es una mala jugada del presidente. “Primer error grave del Gobierno, nombrar como premier a una persona que en lugar de afirmar alianzas y consensos conseguidos los espanta. Esto más allá de las declaraciones homofóbicas que acabo de leer y son inaceptables. Espero que se recapacite el rumbo tomado”, escribió Arbizu en Twitter. “Hoy es mi último día en el Equipo (de Castillo). Aquí dejo constancia de mi alejamiento. Nada con Cerrón, nada con Bellido”, añadió Gamarra por WhatsApp.

El nombramiento de Bellido ha provocado tal polvareda que parece difícil que el gabinete pueda ser ratificado en el Congreso, como lo exige la ley. Necesita de una mayoría simple para salir adelante. En caso de que no lo lograra Castillo tendría que proponer a otro candidato a primer ministro. Si ese segundo tampoco recibiera la confianza de la Cámara, el presidente podría cerrar el Congreso y convocar elecciones legislativas.

Mientras tanto, Castillo sí ha logrado reclutar al resto de ministros, algunos de ellos profesionales experimentados en sectores clave. Es el caso del exfiscal contra el crimen organizado, Juan Carrasco, que asume como ministro del Interior. El abogado ha enfrentado a las bandas de sicarios en Lambayeque, la región más afectada por las extorsiones y bandas criminales en Perú. O del ministro de Exteriores, Héctor Béjar, un intelectual de izquierdas, no adscrito a ningún partido, que fue guerrillero en los años sesenta.

La vicepresidenta Dina Boluarte, miembro del partido Perú Libre, aunque más cercana a Castillo que a Cerrón, asumirá como titular del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social, que en los meses pasados tuvo el papel de organizar la entrega de ayudas a la población que cayó en la pobreza por la pandemia. Es una de las dos únicas mujeres que ha nombrado hasta ahora, de casi una veintena de cargos. El médico Hernando Cevallos, a quien Castillo reclutó desde la campaña de segunda vuelta para que elaborase las propuestas de combate a la pandemia, tomó posesión como ministro de Salud.

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