EE UU abre la puerta a regresar al pacto nuclear si Irán lo cumple

Europa y Washington exhortan a Teherán a respetar las obligaciones del acuerdo que Trump rompió

Manifestación el 10 de febrero en Teherán (Irán) en conmemoración de la revolución de 1979ABEDIN TAHERKENAREH (EFE)

Europa y Estados Unidos, después de cuatro años de alejamiento, afinan sus posiciones ante Irán. Los jefes de las diplomacias francesa, británica, alemana y estadounidense instaron ayer a Teherán a respetar las obligaciones que impone el acuerdo nuclear. Según los ministros, esto facilitará que, tras la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca, Washington regrese al pacto con el que Donald Trump rompió unilateralmente en 2018. El éxito o fracaso del ...

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Europa y Estados Unidos, después de cuatro años de alejamiento, afinan sus posiciones ante Irán. Los jefes de las diplomacias francesa, británica, alemana y estadounidense instaron ayer a Teherán a respetar las obligaciones que impone el acuerdo nuclear. Según los ministros, esto facilitará que, tras la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca, Washington regrese al pacto con el que Donald Trump rompió unilateralmente en 2018. El éxito o fracaso del esfuerzo por rescatar el acuerdo dará la medida de la capacidad de europeos y estadounidenses para reparar la cooperación multilateral tras los años de Trump.

“Los E3 (Francia, el Reino Unido y Alemania) y Estados Unidos han afirmado su objetivo común de que Irán vuelva al respeto pleno de sus compromisos respecto al JCPOA [siglas inglesas del acuerdo de 2015]”, se lee en el comunicado que los ministros de Exteriores europeos y estadounidenses publicaron al término de la reunión. “El secretario de Estado [Antony] Blinken ha recordado que, tal como declaró el presidente Biden, si Irán regresa al respeto estricto de sus compromisos de acuerdo con el JPOAC, Estados Unidos hará lo mismo y que estará dispuesto a abordar discusiones con Irán para lograrlo”.

El camino para recuperar el acuerdo está lleno de obstáculos. Cuando Trump lo abandonó, decidió apostar por una estrategia de “presión máxima” con sanciones que han dejado maltrecha la economía iraní. La idea era que la presión forzaría Irán a negociar un mejor acuerdo. El efecto fue el contrario. En 2019, al año siguiente de que Washington rompiese el pacto, Teherán consideró que se sentía liberado de algunas de sus obligaciones, y retomó la actividad nuclear. Mientras tanto, las potencias europeas, firmantes del acuerdo junto a EE UU, Rusia y China, trataron de mantener con vida un acuerdo que había quedado tocado, pero no muerto.

La victoria del demócrata Biden, que era vicepresidente cuando Barack Obama suscribió el documento hace cinco años y medio, ofrece la oportunidad de resucitarlo, pero el momento es delicado. La reciente amenaza iraní de limitar el acceso de los inspectores internacionales a algunas instalaciones en el país, y la superación de los límites para enriquecer uranio complican las cosas. Las partes en conflicto se encuentran en una fase de tanteo. Irán quiere que EE UU levante las sanciones como condición previa para volver al cumplimiento de lo suscrito. Washington, como dijo Blinken por videoconferencia a sus homólogos reunidos en París, avisa de que no habrá diálogo si antes Irán no respeta sus compromisos.

Lo que Blinken y sus homólogos —el anfitrión francés, Jean-Yves Le Drian, el británico Dominic Raab y el alemán Heiko Maas— exigen de Teherán es que permita el acceso de los inspectores de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AEIA, en sus siglas en inglés). “Toda decisión de limitar el acceso de la AEIA sería peligrosa”, dice el comunicado, que pide a los iraníes que “tomen en consideración las consecuencias de una medida tan grave, en particular en este momento de oportunidad de un retorno de la diplomacia”. Los europeos y EE UU expresaron también “su preocupación común respecto a las medidas adoptadas recientemente por Irán para producir uranio enriquecido al 20% y uranio metálico”. “Estas actividades”, añadieron, “no tienen ninguna aplicación civil creíble”.

La idea de un acuerdo remodelado, con la que Trump había jugado, no ha quedado aparcada. Los ministros de las tres potencias europeas y de EE UU declararon que, una vez que Washington regrese al pacto, este deberá “reforzarse” para “responder a las preocupaciones de seguridad más amplias ligadas a los programas de misiles y a las actividades regionales de Irán”. El forcejeo diplomático no ha hecho más que comenzar.

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