India y Brasil buscan afianzar acuerdos comerciales

De visita oficial en el país asiático, Bolsonaro y Modi estrechan lazos económicos entre las críticas a sus políticas nacionalistas y autoritarias

Bombay -
Bolsonao y Modi durante la visita oficial del brasileño a India.HARISH TYAGI (EFE)

La llegada del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, a India como invitado principal en los festejos del día de la República, este domingo 26 de enero en Nueva Delhi, es el primer encuentro bilateral con su homólogo, el primer ministro Narendra Modi. Ambos líderes buscan mejorar la alianza estratégica entre las dos potencias emergentes ante el reto común de la desaceleración económica y entre críticas por el debilitamiento de la independencia judicial y el control mediático de sus políticas conservadoras y populistas que perjudican a las minorías de dos naciones también unidas por su diversida...

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La llegada del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, a India como invitado principal en los festejos del día de la República, este domingo 26 de enero en Nueva Delhi, es el primer encuentro bilateral con su homólogo, el primer ministro Narendra Modi. Ambos líderes buscan mejorar la alianza estratégica entre las dos potencias emergentes ante el reto común de la desaceleración económica y entre críticas por el debilitamiento de la independencia judicial y el control mediático de sus políticas conservadoras y populistas que perjudican a las minorías de dos naciones también unidas por su diversidad étnica y social.

“Nos enfrentamos a las mismas críticas”, admitía a la televisión local el embajador brasileño en India, Andre Aranha Correa do Lago, para, acto seguido, reconducir su respuesta al ámbito del encuentro: “Nuestras economías son tan profunda y tradicionalmente cerradas que, cuando las abres, encuentras que hay otros obstáculos que eliminar. Eso crea frustración en el exterior”. Con marcado carácter comercial, Bolsonaro visita India junto a siete ministros y una amplia delegación de hombres de negocios que esperan rubricar más de 15 pactos con gobiernos e instituciones indias, según Correa do Lago, quien también afirmó que “los dos países firmarán un acuerdo muy importante sobre agilización y protección de inversiones”.

Pioneros en la cooperación Sur-Sur y con agendas similares en ámbito de asociación internacional, India y Brasil elevaron sus relaciones bilaterales a alianza estratégica en 2006 pero la separación geográfica y el escaso intercambio sociocultural entre estas dos potencias regionales ha reducido el marco de sus acuerdos. Para mejorar este aspecto, Bolsonaro aprobó la concesión de visados gratis a turistas y empresarios indios en la última cumbre BRIC; uno de los pocos resultados provechosos del encuentro multilateral celebrado el pasado noviembre en Brasilia. A lo que Modi correspondió con esta invitación formal; de la que se esperan contratos trascendentales, sobre todo, en materia de energía, agricultura y defensa.

Después del desfile del día de la República, Bolsonaro tratará con empresarios de ambos países en el Foro de Negocios India-Brasil para impulsar estas relaciones. El volumen de comercio bilateral fue de 8.200 millones de dólares entre 2018 y 2019. Las inversiones indias en Brasil se estiman en unos 6.000 millones de dólares; centrados en el sector agropecuario, farmacéutico, energético, minero, ingeniero y tecnológico. Mientras que las brasileñas en India son de unos 1.000 millones; enfocadas en la industria automovilística, tecnológica, minera y del biocombustible. La preocupación india en materia energética ha dirigido su interés al etanol brasileño tras las sanciones estadounidenses a Irán y Venezuela, cuarto mayor exportador de crudo a India.

La creciente polarización entre Estados Unidos, China y Rusia hace que las relaciones Indo-brasileñas ofrezcan un horizonte a navegar sin suspicacias para las superpotencias. En 2016, Brasil apoyó públicamente por primera vez la inclusión de India como miembro del Grupo de Suministradores Nucleares, abriendo un espacio para la cooperación en este ámbito. Brasil tiene bajo su suelo la tercera y sexta reserva de uranio y torio, respectivamente. Por su parte, Brasil cuenta con terreno fértil para beneficiarse de la cooperación técnica en materia espacial, donde India empieza a ser plataforma de producción y lanzamiento de satélites mientras que los países latinoamericanos han dependido tradicionalmente de la especialización china.

También hay terrenos resbaladizos a explorar en la visita, como los del sector agrícola; básico para la economía de Brasil e India. Primer y segundo productor mundial de caña de azúcar, respectivamente, los recolectores indios ven inadmisible que Brasil denuncie a India ante la Organización Mundial del Trabajo por los subsidios de producción y exportación. Agricultura y medio ambiente son, precisamente, campos minados para ambos líderes. Si Bolsonaro es criticado por negar la catástrofe amazónica, la pasividad de Modi ante la contaminación es denunciada por activistas y los campesinos secundan protestas nacionales.

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Desde finales de 2019, las grandes ciudades de India viven la agitación social contra el gobierno, y las masivas concentraciones en Nueva Delhi se mantendrán en durante la visita de Bolsonaro a la capital. Los manifestantes denuncian el nacionalismo hindú de Modi, acusado de discriminar a los musulmanes indios pero criticado también por la minoría cristiana del país. Bolsonaro, por su parte, representa el radicalismo evangélico brasileño, y coincide con su homólogo indios en hacer gala de un discurso populista por tweets y de gestionar su país a golpe de decretos que marginan a la minoría del país, los indígenas en el caso del país sudamericano. Una forma de hacer política que les ha dado aplastantes victorias electorales con las que llevar a cabo sus proyectos nacionalistas conservadores. Paralelismos en el terreno político-ideológico que podrían ayudar a consolidar relaciones económicas en dos potencias llamadas desde hace dos décadas a dominar sus regiones y cuyas poblaciones suman un cuarto de la población mundial.

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