Israel celebrará sus cuartas elecciones en dos años por la falta de acuerdo entre Netanyahu y Gantz
El Parlamento se disuelve al no aprobar los presupuestos. Los comicios se celebrarán el próximo marzo
Israel celebrará el próximo marzo sus cuartas elecciones en menos de dos años. La tensión entre el primer ministro, el derechista Benjamín Netanyahu, y su socio de Gobierno, el centrista Benny Gantz, en torno a la aprobación del presupuesto de este año y el próximo han llevado a la coalición al abismo. El Parlamento (Kneset) tenía hasta medianoche (23.00 hora peninsular española) para aprobar las cuentas, pero se disolvió al no lograrlo. El Gobier...
Israel celebrará el próximo marzo sus cuartas elecciones en menos de dos años. La tensión entre el primer ministro, el derechista Benjamín Netanyahu, y su socio de Gobierno, el centrista Benny Gantz, en torno a la aprobación del presupuesto de este año y el próximo han llevado a la coalición al abismo. El Parlamento (Kneset) tenía hasta medianoche (23.00 hora peninsular española) para aprobar las cuentas, pero se disolvió al no lograrlo. El Gobierno prorrogó la red de seguridad financiera ante la falta de un pacto.
Representantes del jefe del Gobierno aseguraron que intentaban evitar hasta el último minuto la convocatoria de elecciones. El portavoz de la bancada del Likud, Miki Zohar, sostuvo que habían hecho “todo” por impedir el fracaso de la coalición en medio de una pandemia con los contagios al alza y una grave crisis económica. No obstante, Netanyahu se resistía a sancionar la ley de presupuesto, al tiempo que advertía contra una nueva convocatoria electoral en nombre de la “unidad nacional”. El primer ministro rechazaba aprobar los presupuestos de 2020 y 2021, cuando Gantz debía asumir la jefatura del Ejecutivo, tal y como acordaron las dos partes al formar la coalición el pasado abril.
El primer ministro israelí, pendiente de juicio por tres delitos de corrupción, cuya vista debe comenzar en febrero próximo, se reservaba la bala de plata de la aprobación de las cuentas del Estado para controlar el proceso electoral en función de sus intereses. Gantz, por su parte, estalló contra el primer ministro a principios de mes y afirmó: “todo lo que está sucediendo se debe a que Netanyahu miente al público y solo piensa en salvarse de sus casos judiciales”. Grupos de ciudadanos se manifiestan desde hace meses frente a la residencia de Netanyahu en Jerusalén para reclamar su dimisión por los casos de corrupción a los que se enfrenta.
Tras tres comicios legislativos que no lograron un vencedor claro entre Netanyahu y Gantz, los dos candidatos decidieron formar un Gobierno de “unidad y urgencia” para hacer frente a la pandemia de la covid-19. El acuerdo incluía una rotación del puesto de primer ministro y estipulaba que el Gobierno aprobaría un único presupuesto para dos años (2020 y 2021), pero el Likud, el partido de Netanyahu, propuso votar dos presupuestos diferentes, lo que la formación centrista Azul y Blanco de Gantz rechazó.
Según los analistas, esta crisis sobre el presupuesto ha sido la forma para Netanyahu de provocar nuevas elecciones y evitar así ceder el poder a su socio en noviembre de 2021. Las nuevas elecciones se perfilan en plena crisis sanitaria, y justo cuando Israel acaba de iniciar su campaña de vacunación contra la covid-19, que ha dejado en el país 380.000 casos y 3.100 fallecidos.
Además de la batalla judicial a la que se enfrenta, Netanyahu está en el punto de mira de su propio partido. Su exministro de Educación y del Interior Gideon Saar anunció en diciembre la creación de su propia formación, Tikvá Hadashá (Nueva esperanza), abiertamente escorada a la derecha y a la que los sondeos otorgan la segunda posición en intención de voto.
Aunque el Likud lidera las encuestas, la aparición de este nuevo partido y el ascenso de la formación de derecha radical Yamina de otro exministro, Naftali Bennett, le restarían votos a Netanyahu y podrían complicar el juego de las alianzas poselectorales. Mientras, Benny Gantz ha visto cómo se han diluido sus apoyos y su formación se desintegra. Observadores locales creen que Saar podría formar Gobierno prescindiendo de los partidos religiosos ortodoxos, tradicionales aliados de Netanyahu, y del bloque de la minoría de ciudadanos árabes de Israel.
Ante la previsible ruptura de la coalición, el Consejo de Ministros aprobó a última hora un presupuesto temporal para afrontar la pandemia. Horas antes de la medianoche, en declaraciones emitidas por televisión, Netanyahu pareció ya lanzarse a la campaña electoral al presumir de la adquisición de las vacunas contra la covid-19 y los éxitos al establecer relaciones con varios países árabes -Israel y Marruecos estrenaron este martes el primer vuelo comercial entre ambos países, protagonizado por Jared Kushner, asesor y yerno del presidente Donald Trump, que viajó de Tel Aviv a Rabat con una delegación israelí-. El primer ministro responsabilizó de la convocatoria electoral a Gantz.