Análisis

Cómo con-vencer a los iliberales

El veto de Polonia, Hungría y Eslovenia al paquete presupuestario de la UE y al plan de recuperación económica contra la recesión pandémica es reversible

Los primeros ministros de Polonia, Mateusz Morawiecki, y Hungría, Viktor Orbán, en una conferencia de prensa el pasado septiembre.Czarek Sokolowski (AP)

El trumpismo europeo no tiene recorrido. El reciente veto de los iliberales (Polonia, Hungría y circunstancialmente Eslovenia) al paquete presupuestario 2021-2027 y al plan de recuperación económica contra la recesión pandémica (de 750.000 millones de euros) es reversible. Existen para ello distintos métodos.

Todos exigen algo común: la voluntad política de aislar a los polizones, free riders que suben al barco y violan su...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El trumpismo europeo no tiene recorrido. El reciente veto de los iliberales (Polonia, Hungría y circunstancialmente Eslovenia) al paquete presupuestario 2021-2027 y al plan de recuperación económica contra la recesión pandémica (de 750.000 millones de euros) es reversible. Existen para ello distintos métodos.

Todos exigen algo común: la voluntad política de aislar a los polizones, free riders que suben al barco y violan sus normas de navegación. Y tienen también una característica común: vencer con-venciendo. Haciendo evidente a sus poblaciones que la más básica de las relaciones económicas, la que se establece entre el coste (de boicotear ambos proyectos) y el beneficio obtenible (los fondos a recibir de la UE, sin condicionarlos a cumplir los requisitos del Estado de derecho) es ruinoso para ellas.

¿Cómo? Con pedagogía: recordando que la Unión es un club de valores, principios y objetivos liberal-democráticos (artículos 2 y 3 del Tratado de la Unión, TUE).

¿Cómo? Concitando en el PPE el total apoyo a su líder, el valioso liberal polaco Donald Tusk, en su pugna por aislar, y, si toca, expulsar, al autócrata húngaro Viktor Orbán. El PP español debe colaborar.

¿Cómo? Sobre todo, aplicando bien la dialéctica del palo y la zanahoria. Palo: la mayoría no cederá, aguantará retrasos sin desembolsar. Zanahoria: solo cumpliendo la norma democrática, los conciudadanos orientales recibirán la ingente ayuda comunitaria. Para ellos va la más generosa, varios puntos de su PIB. La del nuevo plan y la de los presupuestos convencionales.

Un método se aplica ya desde julio. El rechazo de la Comisión a dispensar fondos estructurales a las ciudades polacas que estigmatizan la diversidad sexual. Es legalísimo. Vean los artículos 6, 7 y 8 del Reglamento 1303/2013 sobre sus Disposiciones Comunes: principios de respeto a la ley, igualdad de trato, desarrollo sostenible. Y el Código de Conducta 240/2014, que requiere cooperación con la sociedad civil.

Otro es recordar que las ayudas a la recuperación pueden vehicularse por el artículo 122 del Tratado de Funcionamiento (TFUE). Y que incluso sin aprobar el marco financiero septenal, el presupuesto puede aprobarse con ellas.

Y eso, por mayoría, sorteando la unanimidad que abre vía al veto del polizón. Y aplazando los nuevos recursos con que financiar los eurobonos. Es la estupenda propuesta del eurodiputado socialista Domènec Ruiz Devesa (Plan de recuperación para Europa: cómo sortear el veto de Hungría y Polonia, Sistema digital, 19-11).

La otra es la bomba atómica, que propugna el brioso líder liberal Guy Verhofstadt. Abandonar a los iliberales. En cierta forma, brexitarlos, apelando a las cooperaciones reforzadas (TUE, artículo 20, y TFUE, 326 a 334): convirtiendo el nuevo presupuesto y el plan de recuperación en un proyecto solo accesible a los dispuestos a cumplir con la ley de la democracia.

Más información

Archivado En