“Si se reanuda el turismo, tiene que reanudarse el asilo”
El alto comisionado de la ONU para los refugiados recuerda que la pandemia “ha paralizado el mundo, pero no las guerras”
El mundo alcanzó el año pasado la mayor cifra de personas que tuvieron que huir de sus hogares, 79,5 millones. Son cerca del 1% de la humanidad, y cada año aumenta el número de quienes escapan, dentro y fuera de su país, de la guerra, la violencia, la persecución y la violación de derechos humanos. El 40% son menores. Acnur presentó el jueves la brutal magnitud de los datos en su informe anual. Pero la irrupción de la pandemia lo ha alterado todo. ...
El mundo alcanzó el año pasado la mayor cifra de personas que tuvieron que huir de sus hogares, 79,5 millones. Son cerca del 1% de la humanidad, y cada año aumenta el número de quienes escapan, dentro y fuera de su país, de la guerra, la violencia, la persecución y la violación de derechos humanos. El 40% son menores. Acnur presentó el jueves la brutal magnitud de los datos en su informe anual. Pero la irrupción de la pandemia lo ha alterado todo. También la situación de los refugiados y solicitantes de asilo, ya de por sí vulnerable. El responsable de la agencia de la ONU para los refugiados, Filippo Grandi, milanés de 63 años, muestra su preocupación por “el riesgo de estigmatización” al que están expuestos los refugiados ante la enorme crisis económica que se avecina y recuerda, en una videollamada desde su despacho en Ginebra el viernes, víspera del Día Mundial de los Refugiados, que “la pandemia ha paralizado el mundo, pero no las guerras”.
Pregunta. ¿Cómo ha afectado la pandemia en las poblaciones de refugiados? Al principio se temía por el impacto que el coronavirus podía tener en los grandes campos por las malas condiciones higiénicas y el hacinamiento.
Respuesta. En los grandes campos, en Cox’s Bazar [en Bangladés, poblado por refugiados rohinyás], por ejemplo, o en los de África, no hemos visto grandes brotes. En Cox’s Bazaar hay 800.000 personas, pero los casos que conocemos eran hace unos días 35. Es microscópico. ¿Por qué? No lo sé, pero hemos trabajado la prevención, el acceso al agua limpia, a la información, hemos levantado estructuras de cuarentena para los casos positivos… Es diferente para los refugiados y desplazados que se encuentran en países donde la pandemia es muy dramática, y pienso en América Latina, que ahora es el epicentro. Y muy en particular, en los venezolanos.
P. ¿Cuál es la situación?
R. Cuatro millones y medio de los más de cinco millones venezolanos que han abandonado el país en los últimos dos años se encuentran en estos países [golpeados por el virus]: Brasil, Colombia, Ecuador —uno de los primeros donde la pandemia se convirtió en una tragedia— y Perú, donde ahora mismo la situación es dramática.
P. ¿Son más vulnerables?
R. No desde el punto de vista de la salud. La vulnerabilidad es económica y social: dependen de una economía informal que ha desaparecido con el confinamiento. Los venezolanos tienen empleos muy frágiles que han desaparecido muy rápidamente. Es una vulnerabilidad dramática que comparten con los más pobres de la población, pero es más fuerte para los extranjeros que no tienen acceso a las ayudas que los Gobiernos establecen en estos países. Hemos aumentado mucho los programas de distribución de dinero en efectivo en 40 países más. Otra población muy impactada por la pandemia es la de los refugiados afganos en Pakistán y en Irán, donde el virus golpeó muy fuerte, y ahora también en Afganistán. Creo que esta situación podría contribuir a un movimiento de afganos hacia Europa. Ya antes de la pandemia, el 30% de los que llegaban a Grecia eran afganos, más que los sirios.
P. En estos meses de confinamiento, las solicitudes de asilo han caído drásticamente en Europa y algunos países han dejado de tramitar peticiones en sistemas ya colapsados desde antes.
R. La pandemia ha paralizado el mundo, pero no las guerras. Hay personas que siguen huyendo. El enfoque solo en las solicitudes de asilo es incompleto, hay países africanos que han seguido recibiendo refugiados. Níger ha recibido 30.000 refugiados del noroeste de Nigeria. Es ejemplar, porque es un país muy pobre con muchísimos refugiados. La situación es más diversa que solo la de los países ricos, donde las fronteras han estado cerradas y las peticiones han bajado muchísimo. En el Mediterráneo hubo pocas y fue más dramático, porque no hay sistema europeo [de desembarco], y en una situación de emergencia, es más visible su falta. Es una vergüenza que Europa, en una situación normal el año pasado, no haya decidido un sistema de distribución de los que llegan.
P. ¿Cree que la pandemia ha sido utilizada por algunos países para seguir cerrando fronteras?
R. Todavía no. Todavía es legítimo lo que fue establecido, pero si estas medidas duran en el tiempo después de la fase aguda de la pandemia, sí, hay un problema.
P. ¿Se refiere a las cuarentenas?
R. Si, y a fronteras cerradas, el filtro… Todas estas medidas de disuasión ahora se justifican. Para nosotros es difícil insistir mucho porque conocemos la situación de la pandemia, pero este periodo va a terminar. Vuelven los viajes y Schengen en Europa. Vamos a ver qué pasa con las restricciones. El jueves reanudamos los reasentamientos [traslado de refugiados a terceros países seguros], porque solo se hicieron los de emergencia. Noruega, Suecia y Canadá han pedido empezar de nuevo los reasentamientos, lo cual es muy bueno. Pero vamos a ver si todos los países aceptan [personas reasentadas]. Es poco políticamente correcto decirlo, pero si empieza el turismo, tiene que empezar el asilo y el reasentamiento.
P. Se avecina una gran crisis económica, ¿teme que la pandemia afecte a la percepción de la acogida de refugiados?
R. Es un riesgo muy grande. Ya hemos visto en los últimos años un aumento de la xenofobia, de la estigmatización de refugiados y migrantes, con frecuencia causada por manipulación política. Hay un terreno fértil, y cuando hay una crisis económica como se espera, cuando más personas van a depender de las ayudas de los Gobiernos, esto va a ser un problema. He hablado con la directora del FMI sobre el tema: el riesgo de estigmatización es alto. Los Gobiernos tienen que recibir más para ayudar también a los refugiados, y explicar a los ciudadanos que no significa menos ayuda para ellos. Es muy importante para prevenir esa percepción negativa.
P. La Comisión Europea va a presentar una propuesta de reforma del sistema de asilo, después de años bloqueada.
R. La propuesta es muy buena. Hemos contribuido con nuestras ideas al paquete…pero no nos hacemos ilusiones, hay profundas divisiones en Europa sobre esta cuestión, sobre todo con los países de Visegrado [Hungría, Polonia, la República Checa y Eslovaquia]. Sin esta reforma, va a ser muy complicado si hay otra oleada de llegadas, y no podemos excluirlo.