Johnson rectifica y no cargará un impuesto extra al personal sanitario extranjero

Los conservadores se rebelan contra una medida que consideran “inmoral y malvada” en plena pandemia

Londres -
Boris Johnson, este miércoles, en la puerta de Downing Street, en Londres.TOLGA AKMEN (EL PAÍS)

Boris Johnson puede ser la mismísima prueba de que la covid-19 provoca pérdida de olfato. En este caso, de olfato político. El Gobierno británico ha rectificado finalmente en su pretensión inicial, no solo de seguir cobrando al personal sanitario extranjero un recargo extra en sus impuestos por disfrutar ellos mismos del servicio público de salud, sino de aumentar en más de un 50% ese pago a partir de octubre. Actualmente están obl...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Boris Johnson puede ser la mismísima prueba de que la covid-19 provoca pérdida de olfato. En este caso, de olfato político. El Gobierno británico ha rectificado finalmente en su pretensión inicial, no solo de seguir cobrando al personal sanitario extranjero un recargo extra en sus impuestos por disfrutar ellos mismos del servicio público de salud, sino de aumentar en más de un 50% ese pago a partir de octubre. Actualmente están obligados a pagar unos 440 euros anuales, y Downing Street pretendía subir la cuota hasta casi 700 euros. Las encuestas han señalado la impopularidad de esa medida justo cuando esos profesionales han estado en primera línea en el combate contra la pandemia. Los médicos y enfermeros de la UE estaban exentos por ahora, pero la amenaza del Brexit les privaría a finales de año de esa excepcionalidad.

Son unos 65.000 de los más de 150.000 profesionales no británicos, que suponen un 13% del personal del Servicio Nacional de Salud. La oposición laborista, encabezada por Keir Starmer, había anunciado su propósito de impulsar una moción en contra del recargo, y este mismo miércoles había exigido a Johnson que se replanteara una decisión tan poco defendible. “He pensado mucho sobre el asunto, y reconozco que yo mismo me he beneficiado de sus cuidados y atención. Pero debemos ser realistas. Esos recargos suponen más de mil millones de euros para el Servicio Nacional de Salud (NHS, en sus siglas en inglés) y en las actuales circunstancias es muy difícil obtener vías alternativas de financiación”, defendía Johnson en la Cámara de los Comunes. El primer ministro se deshizo en elogios, después de su paso por la Unidad de Cuidados Intensivos, hacia el enfermero portugués y la enfermera neozelandesa que le habían atendido durante ese tiempo.

No convenció con su argumento a muchos de sus correligionarios conservadores, que calificaban la decisión de “inmoral” y “malvada”. “Estoy muy orgulloso de mi partido, pero digamos que esta no ha sido su mejor hora. Estas personas han salvado vidas y, a cambio, les entregamos una factura”, ha dicho Andrew Boff, el líder conservador en la Asamblea de Londres. “Dados los sacrificios que hemos visto durante la pandemia, debemos pensar de modo diferente respecto a cómo tratamos a un personal sanitario y de atención en residencias que ya tiene sueldos muy bajos. Y una manera de replantearse ese trato es suprimir ese recargo”, ha dicho en la BBC el exministro de Exteriores, Jeremy Hunt. Fue precisamente Hunt quien, como ministro de Sanidad, introdujo el impuesto extra.

Tanto el Real Colegio de Enfermería como el Real Colegio de Medicina y la Asociación Médica Británica (AMB) habían criticado con dureza los planes del Gobierno y enviado una carta al primer ministro en la que le explicaban que la pretensión de arañar recursos extra para el NHS era contraproducente, en un momento de gran escasez de profesionales. “El Gobierno ha llegado a la conclusión errónea de que los inmigrantes no pagan sus impuestos como el resto del mundo. Con esta decisión, lo que harán será pagar dos veces por usar el NHS (...) Ese recargo lo que hace es penalizar a los médicos que eligen venir al Reino Unido para trabajar en un servicio infrafinanciado, con poco personal y con pocos recursos”, ha dicho Chaand Nagpaul, presidente de la AMB.

Ha sido el ministro de Sanidad, Matt Hancock, el encargado de camuflar este jueves el drástico giro del Gobierno en un asunto que amenazaba con convertirse en un nuevo quebradero de cabeza. “El primer ministro nos ha pedido a la ministra de Interior y a mí que estudiemos el modo posible de suprimir cuanto antes ese recargo en el caso del personal sanitario extranjero. Está claro que en el esfuerzo que pedimos a todo el mundo para sostener el NHS, ellos lo hacen cada día de un modo directo”, explicaba con manifiesta incomodidad Hancock cada vez que se le preguntaba por la razón del nuevo bandazo del Gobierno.

Sobre la firma

Más información

Archivado En