Hogan: “El Gobierno británico debería demostrar mayor seriedad en la negociacion con la UE”
El comisario europeo de Comercio defiende la apuesta de los Veintisiete por los acuerdos de liberalización
No lo tiene fácil en tiempos de creciente proteccionismo y aislamiento, pero el comisario europeo de Comercio, Phil Hogan (Kilkenny, Irlanda, 59 años), pregona sin descanso las ventajas del libre comercio incluso en medio de la pandemia de la covid-19. Hogan está convencido de que la liberalización comercial ayudará a la recuperación. Su fe en el comercio se enfrenta a las voces que, incluso dentro de la Comisión Europea, ab...
No lo tiene fácil en tiempos de creciente proteccionismo y aislamiento, pero el comisario europeo de Comercio, Phil Hogan (Kilkenny, Irlanda, 59 años), pregona sin descanso las ventajas del libre comercio incluso en medio de la pandemia de la covid-19. Hogan está convencido de que la liberalización comercial ayudará a la recuperación. Su fe en el comercio se enfrenta a las voces que, incluso dentro de la Comisión Europea, abogan por blindar las fronteras y relocalizar en Europa parte de la producción industrial. Una batalla en el seno de la UE que marcará el papel del Viejo Continente en la escena mundial y orientará las políticas de recuperación hacia un reflejo proteccionista o hacia una ofensiva comercial.
Pregunta. ¿No peca de candidez la UE al seguir preconizando el libre comercio en un momento en que 80 países, según la Organización Mundial de Comercio (OMC), han establecido barreras comerciales a raíz de la pandemia y Donald Trump redobla su política del America First?
Respuesta. Durante las crisis siempre hay la tentación de levantar barreras e imponer restricciones en todas partes. Pero el proteccionismo es una solución corta de miras. En Europa tenemos 35 millones de puestos de trabajo que dependen de las exportaciones. Y 16 millones de empleos que dependen de la inversión extranjera. Así que debemos mantener abierta la cadena de suministro. Además, aunque mucha gente no lo acabe de entender, la UE necesita importaciones, sobre todo, de materias primas. La UE tiene que seguir y seguirá abierta al comercio y a la inversión.
P. ¿La crisis actual no obliga a replantear nada de la política comercial europea?
R. Hemos puesto en marcha este año una revisión de nuestra política comercial que estaba prevista para 2021. Y se ha adelantado, precisamente, porque las circunstancias económicas han cambiado y debemos analizar qué impacto tendrá la epidemia y la recuperación en el comercio. Y puede haber cambios. Se puede aumentar, por ejemplo, la producción europea en sectores estratégicos, como el sanitario, para evitar los problemas de abastecimiento que hemos visto en los últimos meses y para reducir la dependencia en ese área de países como China, la India o Corea del Sur. Incluso se puede plantear la creación de reservas estratégicas [de material sanitario] como se hizo con el petróleo después de la crisis energética de los años setenta. Pero eso no quiere decir que debamos hacerlo en todas las industrias.
P. La Comisión, por un lado, defiende las ventajas del consumo local en sectores como el agrícola y por otro parece en contra de la llamada desglobalización.
R. La Comisión ha resaltado la importancia de la producción local y de calidad en agricultura, pero eso no implica que se haga en detrimento del comercio global. Tenemos un superávit de 20.000 millones en exportaciones alimentarias al resto del mundo. Y por cada 1.000 millones de exportación se crean 16.000 empleos en el área rural. Y en cuanto a la globalización en general, el 85% del futuro crecimiento en el mundo ocurrirá fuera de la UE durante los próximos 20 años. Cada día, unos 150 millones de personas se incorporan a la clase media por ingresos. Eso es un enorme potencial de consumo. Sería una locura no prepararnos para que nuestras empresas puedan captar parte de toda esa actividad mundial. Por consiguiente, debemos profundizar nuestras relaciones con nuestros socios comerciales y necesitamos más acuerdos de liberalización para el futuro.
P. ¿Teme que Trump endurezca su política comercial como consecuencia de la pandemia?
R. La interdependencia y la conectividad entre la UE y Estados Unidos es muy importante y las administraciones y, sobre todo, las empresas lo saben muy bien. Nuestro comercio bilateral supone 3.000 millones de dólares al día. Cualquier barrera en esa conectividad dañaría la actividad económica y retrasaría la recuperación. Ya sé que EE UU tiene elecciones este año. Y que Trump está intentado señalar a China en busca de la confrontación. Trump tendrá que aclararse y decidir si quiere enfrentarse con China en este año electoral después de haber invertido tanto en esa relación. Pero Europa está lista para seguir trabajando con EE UU para mantener la conectividad en nuestras cadenas de suministro, suprimir las barreras levantadas durante la pandemia y maximizar el potencial de nuestras economías para su recuperación.
P. La relación con China también corre el riesgo de deteriorarse.
R. La UE va a continuar sus negociaciones con China para intentar cerrar este año un acuerdo de liberalización de inversiones. Tuvimos la última ronda hace 10 días y fue razonablemente bien, aunque todavía haya asuntos importantes por resolver. En cuanto a la actitud hacia China a raíz de la pandemia, bueno, cada opinión pública tendrá que extraer sus conclusiones. Pero no es el momento de entrar en un juego de acusaciones.
P. Sigue pendiente también la negociación con Londres para la relación posterior al Brexit a partir de 2021.
R. Creo que el Gobierno británico debería demostrar mayor seriedad en la tarea de completar un acuerdo con la UE. En los dos últimos meses no hemos visto la intensidad que permitiría alcanzar un acuerdo para finales de octubre. Necesitamos acelerar el progreso e intensificar los esfuerzos para cumplir el plazo que se ha impuesto el propio Reino Unido.