Más de 400 personalidades firman una carta contra la reforma que permite a Putin perpetuarse en el poder

La misiva abierta alerta de “la amenaza de una profunda crisis constitucional y un golpe anticonstitucional”

Putin (centro) junto al alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, y el primer ministro, Mijaíl Mischustin, en una visita al centro de respuesta para el coronavirus de Moscú, este martes.Alexander Astafyev (AP)

Más de 400 abogados, artistas, científicos, economistas y periodistas rusos han firmado una carta abierta contra la reforma de la Constitución rusa. Sostienen que las enmiendas, que permiten a Vladímir Putin perpetuarse en el Kremlin potencialmente por otros dos mandatos (hasta 2036) y que diseñan una presidencia con más poder, suponen una maniob...

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Más de 400 abogados, artistas, científicos, economistas y periodistas rusos han firmado una carta abierta contra la reforma de la Constitución rusa. Sostienen que las enmiendas, que permiten a Vladímir Putin perpetuarse en el Kremlin potencialmente por otros dos mandatos (hasta 2036) y que diseñan una presidencia con más poder, suponen una maniobra “ilegal política y éticamente inaceptable". Y advierten: “Se cierne sobre nuestro país la amenaza de una profunda crisis constitucional y un golpe anticonstitucional disfrazado de una forma pseudolegal”. El Kremlin ha eludido responder al contenido de la carta, que se suma a otras iniciativas contra la maniobra del líder ruso, y ha asegurado en cambio que están recibiendo “una gran cantidad” de misivas de apoyo.

"Nos vemos obligados a calificar la entrada en vigor de las enmiendas adoptadas con violaciones a los procedimientos contemplados en la Constitución como la destrucción del ordenamiento legal que establece la actual Carta Magna”, claman los firmantes de la misiva, publicada en la web de la radio independiente Eco de Moscú y recogida por otros muchos medios, y a la que se han sumado nombres como el de los presentadores Tatyana Lázareva y Mijaíl Shírvindt, el crítico de cine Antón Dolin, los escritores Alexánder Arjángelsky, Lev Rubisntéin o Víktor Shenderóvich, los periodistas Natalia Sindéyeva o Serguei Parjómenko, la abogada Yelena Líptzer o el economista Evgueni Yasin.

La carta abierta es otra de las iniciativas de movimientos opositores y ciudadanos para protestar contra la reforma constitucional de Vladímir Putin, que el lunes recibió el aval del Tribunal Constitucional. La crisis mundial por la pandemia de coronavirus y la zozobra de los mercados por la guerra de precios del petróleo, que está afectando seriamente a la ya tocada economía rusa, no lo están poniendo fácil a la ya de por sí debilitada y fragmentada oposición rusa. Sin representación parlamentaria, han suspendido las protestas previstas debido a las restricciones de reunión decretadas por el coronavirus y por el temor de la población, que pese a que oficialmente solo hay 114 casos detectados en el país, está empezando a abastecerse de bienes de primera necesidad.

Yelena Lukyánova, doctora en ciencias jurídicas y una de las impulsoras de la carta, señala que el texto de la reforma está plagado de irregularidades. Lukyánova y otros juristas que han redactado la misiva han estudiado a fondo las 290 enmiendas, que deberán ahora pasar una consulta popular prevista para el 22 de abril, y sostienen que esa “votación en toda Rusia”, tras la cual entrarían en vigor inmediatamente, es ilegal; las normas no prevén ni reglamentan ese concepto, dicen. “Es insoportable lo que está sucediendo. Como abogada no puedo mirar con calma lo que se está haciendo con nuestras leyes”, reclama por teléfono la galardonada jurista Irina Biriukova. “Si las principales personas del país pueden violar la ley, qué esperamos de los ciudadanos comunes”, añade.

Biriukova o el sociólogo Lev Gudkov, también firmante de la carta, aseguran que no temen represalias. Y que cuantas más firmas recopile el texto, menor será el temor de los ciudadanos a sumarse. “Estos cambios inadmisibles no solo legalizan la burocracia y el autoritarismo, sino que cambian también todo el sistema estatal, todo el orden Constitucional. Es, entre otras cosas, la restauración del totalitarismo con el poder casi unipersonal”, remarca Gudkov, director del centro independiente de sondeos Levada, declarado por las autoridades “agente extranjero”.

El sociólogo señala que aunque es consciente de que la carta no cambiará el rumbo de la reforma legal, que avanza con paso firme y a la que solo le queda el trámite de la consulta ciudadana, “podría cambiar algo en el futuro”. “Estar en silencio es cerrar todas las posibilidades de entender la situación y buscar las salidas”, añade Gudkov.

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La misiva, que pide a los ciudadanos y a las instituciones que sean conscientes de la vulneración de la ley fundamental, señala que la reforma “socava la posibilidad de un desarrollo evolutivo del país en libertad y democracia”. Ese es uno de los puntos más graves, también para el economista Yákov Urinsón. “Las enmiendas contienen cosas que contradicen directamente lo fijado en la constitución, como la separación de las ramas de poder, la independencia judicial y, sobre todo la autonomía de los gobiernos locales”, asegura Urinsón, otro de los que se han significado al firmar. El experto advierte además del efecto de ese modelo “centrado en el poder personal” en la economía del país. En el paquete de 290 enmiendas, que dibujan una Constitución mucho más conservadora y nacionalista, se incluye la capacidad del presidente de destituir al primer ministro sin la renuncia del Gobierno, también a cualquier viceprimer ministro o ministro aprobado por la Duma. Además, prevé que el Consejo de la Federación pueda destituir a los jueces de los tribunales constitucionales y supremos.

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