Jair Bolsonaro insiste en que la crisis del coronavirus es solo histeria y sus exaliados sugieren que dimita

El presidente de Brasil no participa en una videoconferencia con los mandatarios de la región para elaborar estrategias conjuntas contra el coronavirus

Bolsonaro se toma una fotografía con sus seguidores este 15 de marzo. Vídeo: AFP | VIDEO: EFE

El presidente Jair Bolsonaro sembró una crisis extra en medio del huracán del coronavirus y cosecha ahora un pedido de impeachment en el Parlamento brasileño y la pérdida de apoyo de aliados importantes. Un diputado del Distrito Federal pidió que Bolsonaro sea apartado del cargo por haber cometido varios delitos, entre ellos, un crimen de responsabilidad al promover protestas de sus seguidores contra el Congreso y la Suprema Corte.

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El presidente Jair Bolsonaro sembró una crisis extra en medio del huracán del coronavirus y cosecha ahora un pedido de impeachment en el Parlamento brasileño y la pérdida de apoyo de aliados importantes. Un diputado del Distrito Federal pidió que Bolsonaro sea apartado del cargo por haber cometido varios delitos, entre ellos, un crimen de responsabilidad al promover protestas de sus seguidores contra el Congreso y la Suprema Corte.

Bolsonaro traspasó todos los límites el domingo 15 de marzo, cuando salió del palacio presidencial, en Brasilia, para abrazar y hacerse selfies con sus seguidores en una manifestación de apoyo a su Gobierno incentivada por él y sus hijos. Su actitud causó espanto, principalmente tras conocerse que 13 personas de la comitiva que lo acompañó hace una semana en una misión oficial a Estados Unidos estaban infectados con coronavirus. El mismo Bolsonaro repite este martes el test de la enfermedad, luego de un primer análisis que dio negativo.

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Con 234 casos confirmados, Brasil ha registrado este martes su primera muerte en São Paulo, epicentro del Covid-19, y el Ministerio de Sanidad prepara a la población para una crisis que promete más víctimas. En un país en cuarentena espontánea, calles vacías y empresas apostando al teletrabajo, Bolsonaro ha insistido en que la preocupación por el coronavirus es una “histeria”. Lo dijo el domingo en una entrevista, lo repitió el lunes e insistió con la idea el martes. “Este virus trajo una cierta histeria y algunos gobernadores, en mi visión, toman medidas que perjudican nuestra economía”, reclamó Bolsonaro.

La percepción del presidente brasileño es que sus enemigos políticos, como los gobernadores de los partidos de la oposición, están restringiendo la apertura de negocios y la circulación de gente para perjudicar la economía y socavar su poder político. “Hay un caos mucho mayor. Si la economía se hunde, Brasil se hunde. ¿Qué intereses hay detrás? Los de estos líderes políticos [que lo critican]. Si la economía se hunde, mi Gobierno termina”, dijo en la entrevista concedida el lunes. Según la hipótesis de Bolsonaro, las medidas para restringir actividades están dentro de una “guerra de poder”.

Más grave aún fue la indiferencia del presidente ante la conversación por videoconferencia que el lunes mantuvieron diferentes líderes sudamericanos. Desde Santiago de Chile, Sebastián Piñera coordinó una reunión del Prosur, integrada por Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú, Guyana y Chile, para elaborar estrategias conjuntas contra a pandemia. Solo faltó Bolsonaro, que ordenó al ministro de Sanidad, Henrique Mandetta, y al canciller, Ernesto Araújo, que lo representaran. En la reunión, el grupo acordó la adopción de medidas para proteger las fronteras, facilitar el regreso de las personas a sus respectivos países, establecer políticas para la compra conjunta de suministros médicos y aumentar la capacidad de diagnóstico de los posibles infectados. A diferencia de otros países sudamericanos, Brasil no cerrará sus fronteras para evitar la propagación del nuevo coronavirus.

La actitud provocativa ya tiene costos políticos para el mandatario brasileño. Sus aliados empiezan a romper públicamente con él, como la diputada de São Paulo Janaína Paschoal, del Partido Social Liberal (PSL), que casi fue su candidata a vicepresidenta durante las elecciones de 2018. Paschoal propuso que el presidente dejara el poder por alguien que fuera “capaz de liderar la nación”. “Las autoridades tienen que unirse y pedirle [a Bolsonaro] que se haga a un lado. No tenemos tiempo para un proceso de impeachment. Estamos siendo invadidos por un enemigo invisible [el coronavirus]. Necesitamos personas capaces de liderar la nación. Quiero creer que [el vicepresidente Hamilton] Mourão puede hacerlo”, dijo la diputada.

Un nuevo pedido de impeachment será presentado por otro exaliado suyo, el diputado Alexandre Frota, que dejó el partido de Gobierno para juntarse a la Social Democracia de Brasil (PSDB). Es probable que estos pedidos de juicio político no prosperen a corto plazo. Sin embargo, se transformarán en instrumentos de presión en medio de un momento delicado, en que las autoridades empiezan a aislar a Bolsonaro para que Brasil salga de la crisis del Covid-19 a pesar de su postura ajena a la epidemia.

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