Dos cohetes impactan sin causar víctimas en una base iraquí con tropas españolas
El ataque a Besmayah es el tercero en una semana contra instalaciones de la coalición internacional antiyihadista
La base de Besmayah, ubicada a 50 kilómetros al sur de Bagdad, ha sido objetivo este martes de varios cohetes, según ha informado el Ejército de Irak. El ataque, que no ha causado víctimas, es el tercero en una semana contra una instalación militar con presencia de tropas extranjeras. En Besmayah se halla la mayoría de los soldados españoles destinados a la coalición internacional contra el yihadismo que dirige Estados Unidos. Expulsar a las fuerzas norteamericanas de Irak es el objetivo tanto del vecin...
La base de Besmayah, ubicada a 50 kilómetros al sur de Bagdad, ha sido objetivo este martes de varios cohetes, según ha informado el Ejército de Irak. El ataque, que no ha causado víctimas, es el tercero en una semana contra una instalación militar con presencia de tropas extranjeras. En Besmayah se halla la mayoría de los soldados españoles destinados a la coalición internacional contra el yihadismo que dirige Estados Unidos. Expulsar a las fuerzas norteamericanas de Irak es el objetivo tanto del vecino Irán como de las milicias iraquíes alineadas con el régimen islámico de ese país.
Al parecer, los dos cohetes han caído fuera del perímetro del acuartelamiento, situado a medio centenar de kilómetros al sureste de Bagdad. Se trata de un amplio recinto que alberga varias unidades del Ejército iraquí además de la base Gran Capitán, donde están desplegados 350 de los 550 soldados españoles asignados a la misión de la OTAN en la lucha contra el Estado Islámico.
No está claro cuál ha sido el objetivo del ataque, pero desde el pasado octubre las instalaciones que albergan tropas internacionales, en especial las de Estados Unidos, han sido objeto de una veintena de acciones similares. Aunque nadie se responsabiliza de ellas, tanto los portavoces estadounidenses como la mayoría de los analistas apuntan a los grupos armados chiíes afines a Irán.
“Parece una estrategia bien definida para aumentar la presión sobre Washington”, coinciden varios observadores.
Estados Unidos bombardeó el pasado viernes cinco posiciones de la milicia Kataeb Hezbolá después de que dos soldados estadounidenses y una británica murieran como resultado de los proyectiles lanzados la víspera contra la base de Taji, al norte de Bagdad. La represalia no evitó que el sábado hubiera un nuevo ataque contra la misma instalación.
Este toma y daca ha desatado las alarmas en Irak ante el temor a una escalada entre Teherán y Washington en su territorio. Ya el pasado enero, el asesinato por EE UU del general iraní Qasem Soleimani en Bagdad estuvo a punto de desatar una guerra. Las milicias proiraníes prometieron venganza y están aprovechando la crisis institucional iraquí y la atención global al coronavirus para hacer la presencia estadounidense más costosa.
De momento, el Pentágono ha decidido sacar a sus soldados de algunas bases pequeñas para protegerlos de esos ataques. Al mismo tiempo, está reforzando sus defensas aéreas en las bases de Ain al Asad y Erbil con sistemas anti-cohetes C-RAM y baterías Patriot, según han informado varios medios estadounidenses.