Macron renueva ante Merkel el intento para crear un frente antipopulista

El presidente francés topa con resistencias en su esfuerzo por redefinir las divisiones partidistas en la UE

El presidente francés Emmanuel Macron (i) abraza a la canciller alemana, Angela Merkel, este viernes en MarsellaCHRISTOPHE SIMON (AFP)

Los esfuerzos de Emmanuel Macron para construir un frente antipopulista en la Unión Europea se complican. Un obstáculo decisivo es Angela Merkel, que afronta fuertes divisiones en su propio gobierno sobre la política migratoria y plantea las próximas europeas como una elección tradicional entre el centroizquierda y el centrederecha.

Macron recibió este viernes a Merkel en Marsella, histórico puerto de entrada de inmigrantes franceses, para preparar un curso europeo marcado por el debate europeo s...

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Los esfuerzos de Emmanuel Macron para construir un frente antipopulista en la Unión Europea se complican. Un obstáculo decisivo es Angela Merkel, que afronta fuertes divisiones en su propio gobierno sobre la política migratoria y plantea las próximas europeas como una elección tradicional entre el centroizquierda y el centrederecha.

Macron recibió este viernes a Merkel en Marsella, histórico puerto de entrada de inmigrantes franceses, para preparar un curso europeo marcado por el debate europeo sobre el control de las fronteras, la reforma del euro, la unión de la defensa y el Brexit. En el trasfondo, las elecciones europeas de mayo, que todo lo determinarán. El presidente francés las concibe como un choque entre lo que él llama “progresistas” y “nacionalistas”. La canciller alemana se resiste a aceptar este esquema.

Ni Macron ni Merkel abordaron directamente la campaña europea en una breve comparecencia pública en Marsella. “Alemania y Francia continuarán preparando juntos el futuro”, dijo el presidente francés, quien abogó por hacer de la inmigración “una oportunidad, y no un miedo”. “Alemania y Francia tienen un enfoque común en [la] cuestión [de la inmigración]. Europa debe estar a la altura”, añadió la canciller alemana.

Macron cree que las viejas divisiones entre izquierda y derecha ya no son válidas, y que ahora se enfrentan dos campos distintos: los europeístas, progresistas, internacionalistas, liberales; y los nacionalistas, soberanistas, euroescépticos. Es la Europa de Macron contra la del presidente húngaro, Viktor Orban, y la del ministro italiano, Matteo Salvini.

Orban y Salvini —como, en Francia, Marine Le Pen o el líder de la izquierda populista, Jean-Luc Mélenchon— coinciden en que este es el nuevo terreno de juego. Mélenchon, que es diputado por Marsella, aprovechó la visita de Merkel para cargar, en un tono de precampaña, contra una Alemania que, dijo, "no es un socio leal".

Desde los socialdemócratas franceses y de otros países, a los democristianos alemanes de Merkel, son legión quienes se niegan a entrar en el juego. El mismo día de la reunión en Marsella, el socialcristiano bávaro Manfred Weber, presidente del grupo popular en el Europarlamento y candidato in péctore del centroderecha alemán a la presidencia de la Comisión Europea, reivindicó el diálogo —y no el enfrentamiento— con la Europa de Orban, con quien comparte grupo parlamentario, y de Salvini.

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“Puedo soñar con otra [Europa], pero es lo que hay. Y debemos trabajar juntos y encontrar un punto en común”, dijo Weber en una entrevista con EL PAÍS.

El contexto ha cambiado desde que hace un año Macron lanzó un plan ambicioso para “refundar” Europa. El ascenso al poder de La Liga y el Movimiento 5 Estrellas en Italia, la consolidación de la Europa nacionalista, la formación de un Gobierno alemán y sus divisiones internas han forzado al presidente francés a rebajar las expectativas. Hoy Macron, que tras su victoria en 2017 marcaba la agenda europea, está a la defensiva.

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