Reino Unido recortará el sueldo de los diputados de Irlanda del Norte hasta que formen un nuevo Gobierno

Los parlamentarios republicanos y unionistas perderán hasta 15.000 euros en noviembre

La paciencia del Gobierno de Theresa May está a punto de acabarse con los políticos de Belfast. La secretaria de estado para Irlanda del Norte, Karen Bradley, ha anunciado este jueves en el Parlamento británico su intención de tirar adelante con la amenaza de recortar el sueldo de los parlamentarios de la asamblea de esa región hasta que se vuelvan a sentar a la mesa y acuerden la formación de un nuevo Gobierno. Ha pasado ya más de un año y medio desde que las dos principales formaciones, el Partido Unionista Democrático (DUP) y el republicano Sinn Féin rompieron todos los puentes. Desde entonces, el deterioro de los servicios públicos básicos es cada vez más evidente.

La sede del Parlamento de Irlanda del Norte.PAUL FAITH (AFP)

Republicanos y unionistas han compartido el poder en esta turbulenta provincia del Reino Unido desde que se firmó el Acuerdo del Viernes Santo, el 10 de abril de 1998, bajo el Gobierno del exprimer ministro Tony Blair.

Recuperaron de ese modo una limitada autonomía legislativa y presupuestaria que dio sus frutos mientras ambas formaciones mostraron voluntad de consenso. Volvieron a controlar aspectos básicos como los planes de desarrollo económico, la sanidad pública o la educación.

Poco después de las elecciones de mayo...

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Republicanos y unionistas han compartido el poder en esta turbulenta provincia del Reino Unido desde que se firmó el Acuerdo del Viernes Santo, el 10 de abril de 1998, bajo el Gobierno del exprimer ministro Tony Blair.

Recuperaron de ese modo una limitada autonomía legislativa y presupuestaria que dio sus frutos mientras ambas formaciones mostraron voluntad de consenso. Volvieron a controlar aspectos básicos como los planes de desarrollo económico, la sanidad pública o la educación.

Poco después de las elecciones de mayo de 2016, el ya fallecido líder republicano Martin McGuinness renunció como viceprimer ministro y el acuerdo sostenido hasta entonces para compartir el poder se fue al traste. El motivo original fue la presunta corrupción desvelada en un plan del ministerio norirlandés de Economía, controlado entonces por los unionistas, para renovar por completo las fuentes energéticas de la provincia y avanzar hacia un mayor uso de energías renovables. Pero ya casi nadie se acuerda de ese asunto, porque desde entonces las disputas pendientes entre ambas formaciones y larvadas en el tiempo comenzaron a acumularse. Los republicanos exigen ahora la legalización del matrimonio homosexual, mayor refuerzo legal del uso del irlandés, soluciones urgentes para todas las heridas que dejaron The troubles (Los problemas), el eufemismo con que se hace referencia a los años de terrorismo del IRA y de conflicto armado entre facciones de las comunidades católica y protestante.

El Gobierno de Reino Unido rechaza la idea de proceder a una recuperación de las competencias en la provincia, pero ha ido incrementando las medidas de presión para forzar la formación de un nuevo Ejecutivo y poner fin a la parálisis.

La secretaria de Estado, Bradley, ha anunciado su intención de recortar en una primera fase el sueldo de los parlamentarios norirlandeses más de 8.000 euros, y aprobar un nuevo recorte de 7.000 euros más el próximo noviembre si el Gobierno de la provincia sigue bloqueado. El sueldo medio anual de los diputados es de 55.000 euros anuales, por lo que la amenaza supondría una reducción de casi un 30 por ciento.

Bradley ha anunciado además su intención de otorgar poderes extraordinarios a los funcionarios de rango medio para que puedan adoptar las medidas necesarias para que los servicios básicos de Irlanda del Norte sigan funcionando.

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