Una entrevista televisiva a un niño vulnerable genera una gran polémica en Argentina

"¿Qué hacés después de fumar, salís a robar?, ¿vos mataste?, ¿tenés armas?", pregunta un periodista a un niño de 11 años en las calles de una barriada pobre de la periferia bonaerense. El menor, identificado por su apodo real, responde que sí a todos esos interrogantes. La cuestionable entrevista, difundida durante un programa televisivo de máxima audiencia el pasado domingo, ha generado una enorme polémica en Argentina y ha llegado a los tribunales. La familia del niño niega sus afirmaciones y ha denunciado al periodista que encabeza el programa Periodismo para Todos, Jorge Lanata, por exponerlo en la pequeña pantalla sin su consentimiento. El caso también ha tenido repercusiones en la campaña electoral: el Gobierno quiere postergar el debate legislativo sobre la baja de la edad de imputabilidad hasta después de los comicios del 22 de octubre.

"Vamos a mostrar la lucha de la directora de un jardín de infantes en Caraza, un jardín amenazado por la banda de un pibito (niñito) que se llama El Polaquito y a quien, de casualidad, lo encontramos, libre. ¿Qué hacer con un pibe como el Polaquito? Un pibe que no está preso, porque hoy si va preso al día siguiente sale? (...) Tiene atemorizados a los vecinos", dijo Lanata antes de la presentación del polémico vídeo, en el que el chico asegura haber matado a un vendedor de droga y haber disparado también a su cómplice en un robo.

El líder del Movimiento de Trabajadores Excluidos, Juan Grabois, acusó a Lanata de "usar la imagen de un niño triplemente vulnerable: por su edad, condición social y su estado de salud mental". Grabois negó que el equipo periodístico encontrara al menor de casualidad y denunció que el menor fue coaccionado y amenazado por fuerzas de seguridad locales dos días antes de la entrevista para que aceptase participar en el programa. "Usted es un demente que me está acusando de una cosa que yo no hice", aseguró el periodista en un durísimo cruce de acusaciones al aire con Grabois, en el que le recordó que nunca ha perdido un juicio.

La madre del menor ha denunciado a Lanata ante la Justicia por exponer a su hijo sin autorización. La legislación argentina prohíbe "exponer, difundir o divulgar datos, informaciones o imágenes que permitan identificar, directa o indirectamente a niños, niñas y adolescentes en cualquier medio de comunicación o publicación en contra de su voluntad y la de sus padres".

En declaraciones a Radio 10, la madre relató que su hijo tiene "un problema de adicciones que empezó cuando él tenía 8 años", que pidió ayuda al Estado pero que no la recibió, y que él nunca ha matado. "Él es buenito. Terminó esa entrevista y fue a mi casa (...) Todas las noches cuando se va a dormir mira Disney Junior, se toma una taza de café con leche y un alfajor o pan con manteca y dulce de leche, no con un fierro (arma) al lado", remarcó.

Después de años de ausencia, las autoridades buscan ahora al menor para internarlo y tratar su problema de adicción al paco (pasta base), según informó La Nación. Aún así, el caso no ha dado pie a un debate serio sobre consumo de drogas y la problemática de adicciones en Argentina, sobre la elevada tasa de abandono escolar ni sobre las carencias de las actuales políticas sociales.

Bajar la edad de imputabilidad

En la charla posterior a la entrevista, Lanata pidió que el niño sea separado de su madre y quede bajo custodia del Estado. Otros invitados exigieron bajar la edad de imputabilidad, en la misma línea que defiende el Gobierno de Mauricio Macri. Ninguno señaló que sólo uno de los 175 homicidios cometidos en la ciudad de Buenos Aires en 2015 fue perpetrado por un menor de 16 años. También omitieron que las cárceles del país tienen graves deficiencias y están al límite de su capacidad. El Ejecutivo ya tiene listo el anteproyecto de régimen penal juvenil, que considera imputables a los menores a partir de los 14 años, y no de los 16, como ahora. Sin embargo, a raíz de la polémica, el macrismo piensa posponer su envío al Congreso para evitar que se convierta en un arma electoral.

Lanata bautizó como "grieta" la extrema polarización de la sociedad argentina. Ningún periodista local la representa como él, odiado por unos y admirado por otros. Al terminar el programa, las redes sociales se convirtieron en el escenario de una batalla campal entre los partidarios de la mano dura y quienes insultaban a Lanata por estigmatizar a los jóvenes pobres, criminalizarlos y usarlos para ganar audiencia. Cinco días después de que el periodista prendiese la mecha para el incendio, ambos bandos se mantienen irreconciliables.