El premio Nobel Pérez Esquivel viaja a Malvinas a dialogar 35 años después de la guerra
El Gobierno isleño advierte que respeten "el derecho fundamental a la autodeterminación" de los locales
El reclamo sobre la soberanía de las islas Malvinas es el punto más sensible de las relaciones entre Argentina y Reino Unido. A pocas semanas del 35 aniversario del inicio de la guerra que enfrentó a ambos países por el control de este archipiélago del Atlántico Sur, el inminente viaje de una comitiva argentina de referentes de los derechos humanos ha vuelto a encender la polémica. El Gobierno isleño ha advertido a través de un comunicado que los visitantes deben respetar los derechos de los locales y, en especial, su "derecho fundamental a la autodeterminación". La delegación argentina, entre los que figura el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel y la madre de Plaza de Mayo Nora Cortiñas, considera que el archipiélago es "un enclave colonial" y reclama su soberanía.
"Nuestros derechos son defender la soberanía desde las islas, pero no vamos a pelear, vamos a reafirmar que las islas son nuestras y que sin muerte ni guerra vamos a seguir luchando para que sean nuestras", remarcó Cortiñas, presidenta de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, en una rueda de prensa celebrada este viernes en el Aeroparque Jorge Newbery. "Queremos reivindicar a los chicos que los llevaron a una guerra que nunca imaginaron, que los llevaron ahí y murieron en una tierra que aunque es nuestra aún tenemos que entrar con pasaporte", agregó la activista.
El grupo se disponía a viajar esta tarde a la ciudad patagónica de Río Gallegos y mañana se subirán al único vuelo semanal que conecta el país con las islas Malvinas, vía Chile. En total viajarán 14 personas, nucleadas en la Comisión Provincial por la Memoria, entre las que se encuentra también el padre Pepe di Paola, uno de los curas villeros más cercanos al papa Francisco, y Ernesto Alonso, excombatiente de las islas Malvinas.
En una carta abierta publicada en el semanario Penguin News, los isleños advirtieron que los visitantes serán bienvenidos para que conozcan su cultura y condiciones de vida, pero que no deben "pasar por alto" sus derechos. "Tomamos esta oportunidad para recordarles nuestro derecho fundamental a la autodeterminación, como están consagrados en la Carta de la ONU y los 35 años de intentos del Gobierno de Argentina de ignorar nuestros derechos como pueblo y de socavar nuestro estilo de vida", escribió el Gobierno local a la CPM.
"Vamos a tratar que sean respetados todos los derechos. Hay derechos que también tiene el pueblo argentino sobre las islas, que son un enclave colonial", replicó Pérez Esquivel desde Aeroparque."No sabemos con lo que nos vamos a encontrar. Vamos a ver qué espacio de diálogo tenemos", admitió. Los argentinos se reunirán con pobladores locales e intentarán visitar escuelas para exponer su punto de vista del conflicto.
En la agenda figura también una visita al cementerio de Darwin, donde se encuentran los cuerpos de los 649 soldados caídos durante la guerra, entre ellos 123 aún sin identificar. Después de años de negociaciones, expertos forenses designados por la Cruz Roja Internacional tomarán muestras de los cuerpos para poner nombre y apellido a cada lápida ahora anónima. Los restos de los soldados "no serán trasladados al continente, salvo expresa voluntad de la familia directamente involucrada y una vez concluido el proceso", informó la Cancillería argentina este jueves a través de un comunicado.
Finalmente, los referentes de derechos humanos denunciarán también in situ las violaciones a los derechos humanos que sufrieron los soldados argentinos por parte de sus altos mandos. En este marco, los integrantes de la CPM recorrerán Monte Longdon, escenario de una de las batallas más terribles de la guerra, donde dejarán mensajes de paz y el reclamo de justicia para todos los soldados que pelearon en 1982.
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