La destrucción del empleo empieza a ser un problema en Argentina
Un informe privado habla de 100.000 despidos, que sumarían más de medio punto porcentual a la tasa de desempleo
La destrucción del empleo se ha convertido en uno de los principales protagonistas del cambio de gobierno en Argentina. Sobre datos del tercer trimestre de 2015, se sabe que la población económicamente activa está compuesta por 16.800.000 trabajadores y poco más de 1.300.000 desocupados. Gastronomía, comercio, metalúrgica y construcción son algunas de las áreas que mayor mano de obra concentran. Sin embargo, un estudio de la consultora Tendencias Económicas y Financieras evidenció que 107.000 personas fueron despedidas en el bimestre que recién concluye, y que esos sectores son los más comprometidos.
El muestreo, hecho sobre la publicación de artículos periodísticos, marca una diferencia clara entre enero y febrero. Durante el primer mes del año perdieron su trabajo 41.900 personas, la mitad en el sector público y la otra mitad en el privado, mientras que durante febrero fueron 65.800 personas las que han ido a parar a la calle, de las cuales solo 10.600 pertenecen al sector público.
El economista José Luis Blanco, director de Tendencias Económicas, realiza este estudio desde 1986 y explicó a EL PAÍS que “el problema está bastante localizado, el 80% de los despidos pertenece al sector de la construcción y mucho tiene que ver que (los gobiernos) han parado obras públicas desde mayo de 2015 por falta de pago”.
“Un hecho importante es que este gobierno mostró la voluntad de regularizar la falta de pago de esas obras; anunciaron que en mayo pagarían las ejecuciones de diciembre y quieren pagar con un bono la deuda pendiente entre mayo y noviembre. Si esto ocurre es probable que muchas de estas obras vuelvan a reactivarse”, analizó Blanco.
Fuentes de la UOCRA, el principal sindicato de la construcción, han reconocido que existe una “demora en los pagos desde el año pasado, que viene de arrastre y se agudizó en los últimos dos meses”. En total, hay unos 54.000 puestos de trabajo que se han perdido sobre un universo de unos 400.000, según estas fuentes. De esos puestos, 20.000 son estacionales y dado que entre los meses de diciembre, enero y febrero baja el nivel de la actividad, la crisis alcanzaría a unos 30.000 trabajadores del sector. “De esos 30.000 que preocupan, más del 90% están vinculados a la obra pública. Especialmente en el área de vivienda social”, revelaron.
La semana pasada se reunieron las máximas autoridades de UOCRA y la Cámara de Empresarios de la Construcción y propusieron al gobierno organizar reuniones tripartitas con los ministerios implicados para agilizar las partidas de fondos. Se trata de los ministerios del interior, Energía y Transporte. Sólo el ministerio del Interior ha mostrado vocación de diálogo. Las otras dos carteras no han respondido de momento.
Luciano Cohan, Director de la consultora Elipsis, se mostró más prudente: “Los indicios que hay hasta ahora son señales de un mercado laboral que está débil y no de un mercado laboral en quiebre. Mi impresión es que estamos viendo las consecuencias de una recesión que sin duda va a afectar el mercado laboral pero no con la intensidad que sale en algunos artículos en la prensa”.
Para el economista, “se está sobrestimando los problemas en el campo laboral. La situación es delicada, porque la actividad está en contracción, pero me da la impresión de que la debilidad del mercado laboral no tiene nada de anormal comparada con los años anteriores, cuando no sabíamos bien cuáles eran las tasas de desempleo porque estaban maquilladas por el Indec (el organismo público encargado de las estadísticas)”.
“Con respecto a la construcción, el propio informe suaviza los datos porque aclara que se trata de una actividad estacional”, afirmó Cohan, “Pero coincido con la afirmación de que la actividad está dando malos datos y que es por la disminución de la obra pública, aunque en ningún caso los números son alarmantes”.
Y contó que “el Observatorio de empleo del ministerio de Trabajo hace una investigación que describe la rotación del empleo. En un trimestre normal podes tener entre 200.000 y 220.000 empleos formales destruidos. Con lo cual, son números que si persisten en el tiempo son grandes pero no son anormales en el mercado laboral”.
El estudio de Tendencias Económicas también señala que hay problemas con la paralización o ralentización de obras termoeléctricas y petroleras. Entre las razones, un atraso en los pagos de certificaciones de obras por parte del Gobierno Nacional a las empresas constructoras y la nueva determinación de los precios entre el sector y los empresarios con el Estado.
“En el sector petrolero hay 10.000 trabajadores pendientes de que se renueve la tregua entre los empresarios y el gobierno para que no haya despidos más allá de junio”, contó Blanco al tiempo que opinó que “está cayendo el salario real y el consumo dependerá más que nunca de las paritarias”. “No tengo memoria de ver semejante número de despidos en los primeros meses del año”, dijo.
Otro fenómeno que surgió con la caída del empleo en Argentina son las suspensiones, sobre todo, en las industrias que viven de la exportación. Las automotrices destinan más de la mitad de su producción al exterior (el 87% a Brasil). “Si la fábrica no vende tiene que bajar la producción, entonces suspenden personal y algunas industrias ya lo hicieron con un horizonte hasta mayo”, concluye Blanco.
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