Un fiscal argentino apunta por primera vez al asesinato de Nisman
Ricardo Saénz emitió este jueves un dictamen en el que dice que su colega, muerto en enero de 2015, fue víctima de un homicidio
El fiscal general ante la Cámara del Crimen, Ricardo Sáenz, emitió este jueves un dictamen en el que apunta que su colega Alberto Nisman, hallado muerto en enero de 2015 días después de denunciar a la entonces presidenta Cristina Fernández por presunto encubrimiento de terroristas, fue víctima de homicidio. Es un giro importante porque es la primera vez que una autoridad oficial apunta claramente al asesinato y no al suicidio. Se trata de un dictamen no vinculante pero podría servir para que el caso cambie de manos y se apuntale la investigación, que se ha acelerado con el cambio de Gobierno en Argentina tras la victoria de Mauricio Macri, aunque no ha habido ningún avance significativo desde que murió el fiscal.
"Concuerdo con los apelantes en que el objeto procesal de esta causa hasta el momento lo constituye la hipótesis de que Alberto Nisman ha sido víctima del delito de homicidio", señala el dictamen. Sáenz señala que la investigación debería ser proseguida por la Justicia Federal de Buenos Aires, "que es la que tiene la competencia más amplia para conocer y dilucidar cuál de todas las hipótesis implicadas resulta finalmente aplicable al hecho. De lo contrario se pondría en riesgo la legalidad y se afectaría la garantía del juez natural", remata.
Nisman, que estaba a cargo de la investigación del atentado contra la sede de asociación judía AMIA, que dejó 85 muertos en 1994, fue hallado muerto con un disparo en la sien en su domicilio el 18 de enero de 2015, horas antes de comparecer en el Congreso para explicar la denuncia contra Cristina Fernández por supuesto encubrimiento de terroristas iraníes.
Desde entonces, el asunto se convirtió en el centro de una durísima batalla política y deterioró la imagen del Gobierno de Fernández de Kirchner, que primero sostuvo que lo habían matado y después dejó que sus fieles destruyeran la imagen pública de Nisman con la publicación de fotos con mujeres mucho más jóvenes y otros detalles de su vida íntima. "Era un sinvergüenza de los que pocos se han visto en este país", llegó a decir de él el numero dos del Gobierno kirchnerista, Aníbal Fernández.
La investigación no ha logrado avanzar en todos estos meses y tanto la fiscal del caso, Viviana Fein, como los peritos oficiales que participaron apuntaron siempre que no había ningún indicio que hiciera pensar en un asesinato. La escena del crimen se estudió con detalle para concluir que no había pruebas claras de que hubiera otra persona allí cuando Nisman murió. Sin embargo la familia del fiscal y en especial su exmujer, la conocida juez Sandra Arroyo Salgado, siempre sostuvieron la hipótesis del homicidio y exigieron que se apartara a la fiscal y el caso se llevara a un tribunal federal.
Finalmente, poco después de la victoria de Macri que supuso un giro claro -prometió que su Gobierno ayudaría a esclarecer el caso, ordenó desclasificar documentos y autorizó a los espías argentinos cercanos a Nisman a revelar secretos- la juez Fabiana Palmaghini relevó a la fiscal de la investigación y pasó a encabezarla ella misma. Aún así, de momento no han aparecido indicios claros que apunten al asesinato y la juez ha insistido en que no los encuentra.
La familia de Nisman reclama que el caso pase a la justicia federal, lo que dejaría fuera a Palmaghini, y el fiscal Sáenz les da la razón pero falta por ver qué determina la sala.
En cualquier caso varios expertos consultados por EL PAÍS en los últimos meses señalan que la escena del crimen fue tan contaminada en las primeras horas y las pruebas clave tardaron tanto tiempo en realizarse que será prácticamente imposible saber con certeza qué pasó.
Lo que sí es evidente es que ahora hay más voluntad de investigarlo. Un elemento importante puede ser la declaración de Jaime Stiuso, el que fuera hombre fuerte del espionaje argentino y persona de absoluta confianza de Nisman, ya que juntos investigaban el caso AMIA. Fue una de las últimas personas a las que llamó el fiscal antes de morir, aunque nunca llegó a contestarle. Stiuso fue destituido poco antes de la muerte de Nisman y esa batalla interna entre Fernández de Kirchner y la cúpula de los servicios secretos parece clave para entender los acontecimientos que llegaron después, incluida la denuncia de Nisman contra la presidenta.
Los kirchneristas llegaron a acusar a Stiuso de estar detrás de la muerte del fiscal. Ante esa presión y con algunas causas judiciales abiertas, el espía decidió fugarse a EEUU, donde ha estado escondido hasta ahora. Fernández de Kirchner llegó a acusar a EEUU de proteger a Stiuso, y lo hizo nada menos que en su discurso oficial ante la asamblea de la ONU. Ahora, con el cambio de Gobierno, el espía ha vuelto a Argentina y está a punto de declarar ante la juez. Si dijera todo lo que sabe se podrían aclarar muchas cosas, pero es poco probable que lo haga. El caso Nisman va a camino de convertirse en el gran misterio sin resolver de la Argentina del siglo XXI.
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