Macri logra que Obama le visite en Buenos Aires
Es el espaldarazo definitivo al regreso de Argentina a la ortodoxia
La noche de la victoria electoral de Mauricio Macri había muchas celebraciones en las casas de Buenos Aires. Pero uno de los lugares donde se vivió con mayor entusiasmo ese giro de 180 grados en la política argentina, después de 12 años de kirchnerismo, fue en la casa del embajador de EE UU, Noah Mamet, un espectacular palacio patricio de la época de esplendor de Argentina. Macri, como preveía Mamet y otros muchos, ha dado un giro radical a la política exterior argentina, se ha acercado a EE UU y la UE, se ha enfrentado a Venezuela y está tratando de cerrar un acuerdo con los fondos buitre. Pero sobre todo, para EE UU y otros muchos, la llegada de Macri supone el regreso de Argentina a la ortodoxia económica y el final simbólico de los años dorados de la izquierda latinomericana. Ese giro está teniendo una acogida extraordinaria en los grandes países europeos, y Macri recibió ayer el respaldo definitivo: Barack Obama confirmó que, después de pasar por Cuba en su viaje histórico, seguirá hacia Buenos Aires para ver al presidente argentino en una estancia de dos días.
El último jefe de Estado de EE UU que visitó el país austral fue George Bush, en 2005, en una cumbre de las Américas tormentosa en Mar del Plata que marcó la muerte del proyecto de libre comercio ALCA y el principio de la gran alianza entre Hugo Chávez, Lula da Silva y Néstor Kirchner, con el apoyo de un Evo Morales aún en la oposición por entonces. 11 años después, Obama viajará a Argentina para consagrar la imagen internacional de Macri, ya bien encaminada tras su viaje a Davos y las visitas esta semana del italiano Matteo Renzi y la próxima del francés François Hollande.
Macri ganó en su país solo con tres puntos de ventaja y sufre problemas internos sobre todo por la inflación desbocada, pero puede contar con un respaldo internacional muy importante de los países centrales. Su antecesora, Cristina Fernández de Kirchner, había optado por una política exterior alternativa a la búsqueda de nuevos actores como China, Rusia, Irán y Venezuela, que rompía con los ejes habituales de Argentina. “El mundo nos está abriendo los brazos, ellos creen en nosotros, nos saben un pueblo con talento. Ahora nosotros tenemos que responder con responsabilidad” dijo Macri poco antes de que se confirmara la visita de Obama.
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