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La detención de una líder social tensa la política argentina

Milagro Sala, referente de Jujuy hasta que perdió el peronismo, se pone en huelga de hambre

Carlos E. Cué

Las primeras semanas de Mauricio Macri al frente del Gobierno se están convirtiendo en una especie de prueba de fuerza entre el macrismo vencedor y la resistencia kirchnerista. Casi cada movimiento se transforma en un pulso en el que Macri, con su victoria electoral y una oleada de apoyo social y mediático, tiene todas las de ganar. Sin embargo algunos hitos pueden complicar esa sensación de calma que él quiere instalar. La detención de Milagro Sala, una de las líderes sociales más conocidas y polémicas de Argentina, causó un gran escándalo en el país y alentó las críticas al Gobierno por parte del kirchnerismo.

Incluso el prestigioso Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), cercano al kirchnerismo pero muy respetado por su defensa de los derechos humanos, hizo un comunicado durísimo denunciando la detención y los motivos para encarcelar a Sala, que decidió además ponerse en huelga de hambre, lo que complica aún más la gestión política de un asunto muy delicado.

Según el CELS, se trata de un “gravísimo precedente de criminalización de la protesta social”. Este asunto puede ser el pistoletazo de salida del rearme del kirchnerismo para organizar la protesta contra Macri. “Con la lógica del Gobierno, luego del arresto de Milagro Sala, Venezuela debería pedir aplicar clásula democrática del Mercosur” para Argentina, aseguró Héctor Timerman, exministro de Exteriores de los Kirchner en referencia a las críticas de Macri por los presos políticos del chavismo.

Milagro Sala, que es diputada del Parlasur (el parlamento del Mercosur) era una de las personas más poderosas de Jujuy, provincia pobre del Norte argentino. Con su organización, Tupac Amaru, que ha construido barrios enteros, domina escuelas y empleos de miles de personas, es el referente político de la zona y tenía todo el poder gracias a su alianza con el kirchnerismo, que le permitía recibir enormes subvenciones para organizar sus proyectos sociales. Sala es el clásico exponente del poder alternativo al oficial dentro del peronismo, donde sindicatos y organizaciones sociales tienen frecuentemente más fuerza y dinero para distribuir que los propios gobiernos locales.

Sin embargo, la derrota del peronismo en las últimas elecciones provinciales en Jujuy en septiembre, y la victoria de un aliado de Macri, Gerardo Morales, marcó el principio del fin del poder de Sala. Jujuy es la única provincia del Norte donde el peronismo perdió, y se convirtió en un referente para Macri. Tanto que cerró allí, en Humahuaca, su campaña electoral de la segunda vuelta que le llevó a ser presidente de Argentina.

El gobernador Morales ha decidido reducir las subvenciones de la Tupac Amaru y Sala ha movido a toda su gente para protestar. Después de una acampada de 32 días, y tras un ultimátum, ha sido detenida y encarcelada acusada de varios delitos relacionados con la protesta: “instigación a cometer ilícitos y tumulto”.

“Esto es como en la dictadura”, aseguró la detenida. “Necesitamos que se terminen los intermediarios. Milagro Sala le sacó el dinero al Estado y a los pobres”, contestó el gobernador Morales después de la detención. El Gobierno de Jujuy presentará una demanda contra la dirigente por el "robo" de 29 millones de pesos (2 millones de dólares) al Estado y la justicia dejó claro que si no ordena levantar la acampada frente a la sede del Ejecutivo provincial, Sala no saldrá de la cárcel.

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