Malaysia Airlines intenta lavar su imagen tras su segundo siniestro en cuatro meses

La compañía aérea recuerda que el espacio aéreo que sobrevolaba el MH17 no estaba cerrado

Reacciones de Malasia ante la segunda tragedia en sus aerolíneas.Foto: reuters_live

Las líneas aéras Malaysia Airlines luchan por rescatar su imagen tras sufrir su segunda catástrofe aérea en cuatro meses. La compañía recibió durísimas críticas por su manejo de la desaparición de su vuelo MH370 el 8 de marzo, cuando cubría la ruta Kuala Lumpur-Pekín con 239 personas a bordo. Este viernes ha desplazado a un equipo de respuesta a Ámsterdam, el punto de o...

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Las líneas aéras Malaysia Airlines luchan por rescatar su imagen tras sufrir su segunda catástrofe aérea en cuatro meses. La compañía recibió durísimas críticas por su manejo de la desaparición de su vuelo MH370 el 8 de marzo, cuando cubría la ruta Kuala Lumpur-Pekín con 239 personas a bordo. Este viernes ha desplazado a un equipo de respuesta a Ámsterdam, el punto de origen de su vuelo MH17, en el que viajaban 298 personas y que ha caído sobre el Este de Ucrania, presuntamente derribado por un misil en una zona controlada por los rebeldes prorrusos, cuando se dirigía a Kuala Lumpur. No ha habido supervivientes.

En un comunicado en las horas siguientes a la tragedia, la aerolínea defendía su decisión de haber mantenido hasta ahora ese itinerario pese a que otras compañías de la región, como la australiana Qantas o las surcoreanas Korea Airlines y Asiana, hubieran optado hace meses por variar la ruta y evitar la zona de enfrentamiento de conflicto.

“La ruta de vuelo habitual había sido declarada previamente segura por la Organización Internacional de Aviación Civil. La Asociación Internacional de Transporte Aéreo [IATA] ha declarado que el espacio aéreo que atravesaba el avión no estaba sujeto a restricciones”, se ha defendido. Como Malaysia Airlines, otras compañías también habían continuando atravesando esa zona y sólo han decidido cambiar el itinerario tras la catástrofe.

La línea aérea también ha precisado que el avión derribado, un Boeing 777 —gemelo del desaparecido hace cuatro meses— llevaba 17 años de servicio. Había pasado todas las revisiones y puesta a punto necesarias, la última de ellas hace exactamente una semana y sin que se le encontrara ningún problema.

La compañía, en una situación económica complicada, necesita evitar los problemas de imagen que arrastra tras la desaparición del MH370. Los familiares de esos pasajeros, la mayoría de ellos de nacionalidad china, denunciaron reiteradamente falta de información, e incluso falta de delicadeza de una compañía que se vio superada por un acontecimiento de complejidades insospechadas en un primer momento. Muchos de ellos recuerdan aún cómo la línea aérea les comunicó a través de un mensaje instantáneo que daba el avión por hundido en el mar.

Aunque hasta este año la aerolínea podía hacer gala de un sólido historial en materia de seguridad —sólo había padecido dos accidentes mortales, con un total de 134 víctimas, en sus 68 años de historia—, en el primer trimestre de este año había declarado unas pérdidas netas de 443 millones de ringits malayos (102 millones de euros), un aumento del 59%  respecto al mismo ejercicio del año anterior. En los últimos tres años acumula pérdidas cercanas a los mil millones de euros. Ha perdido cerca de un tercio de su valor de mercado en lo que va de año y hoy sus acciones registraban una caída del 11% en la Bolsa de Kuala Lumpur.

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“El MH370 asustó a la gente, pero la mayoría se dio cuenta de que era algo extraordinario, por lo que las compras de billetes se recuperaron”, declaró a la agencia AFP Gerry Soejatman, consultor del proveedor de vuelos chárter Whitesky Aviation en Yakarta. “El MH17 es como que te caiga un rayo dos veces. Los efectos en las compras de billetes serán mayores”, opinó.

Aunque su tráfico de pasajeros aumentó en un 9%  en abril, en mayo cayó un 4%, según el informe mensual sobre capacidad de Malaysia Airlines.

En una rueda de prensa televisada, el primer ministro malayo, Najib Razak, declaraba su “conmoción” por el suceso. “Este es un día trágico en lo que ya ha sido un año trágico para Malasia”, aseguraba. “Debemos averiguar exactamente lo que le ocurrió a ese vuelo, y lo haremos. No dejaremos piedra sin tocar. Si se demuestra que el avión fue verdaderamente derribado, insistimos en que los autores deben comparecer de manera expeditiva ante la Justicia”. Su ministro de Transporte, Liow Tiong Lai, ha calificado la tragedia de “un escándalo contra la decencia humana” si se confirma el derribo, informa Reuters. Malasia enviará un equipo investigador el lugar donde cayó el avión.

El primer ministro australiano, Tony Abbott, se mostró muy crítico sobre la reacción rusa al incidente. Moscú ha atribuido la responsabilidad a Ucrania, como país sobre el que cayó el avión malasio. “Todos sabemos que hay problemas en Ucrania. También sabemos quién tiene una culpa sustancial de esos problemas, y la idea de que Rusia pueda decir de algún modo que no tiene nada que ver con esto porque ocurrió en espacio aéreo ucraniano, francamente, no se sostiene”.

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