El Parlamento británico aprueba una ley para el referéndum sobre la UE

El proyecto legislativo tiene un valor meramente simbólico y pretende aplacar a los euroescépticos La votación ha salido adelante únicamente con el apoyo de los conservadores

Simpatizantes del partido eurófobo UKIP protestan ante el Parlamento en 2011.AFP

La Cámara de los Comunes ha aprobado este viernes un proyecto legislativo para convocar un referéndum sobre la permanencia de la UE en Reino Unido en 2017, aunque su valor sea meramente simbólico y esté destinado a aplacar las ansias euroescépticas de un sector relevante de los conservadores en el poder. Ese desenlace fue posible porque el grueso de la oposición y los socios liberales-demócratas boicotearon la sesión, pero sus votos derrotarán previsiblemente el texto en una próxima y definitiva segunda votación.

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La Cámara de los Comunes ha aprobado este viernes un proyecto legislativo para convocar un referéndum sobre la permanencia de la UE en Reino Unido en 2017, aunque su valor sea meramente simbólico y esté destinado a aplacar las ansias euroescépticas de un sector relevante de los conservadores en el poder. Ese desenlace fue posible porque el grueso de la oposición y los socios liberales-demócratas boicotearon la sesión, pero sus votos derrotarán previsiblemente el texto en una próxima y definitiva segunda votación.

Acuciado por la creciente presión entre sus propias filas, el primer ministro británico, David Cameron, estuvo presente en la Cámara baja para subrayar su apoyo a la propuesta presentada por el diputado tory James Wharon, quien dijo actuar en el nombre de “millones de ciudadanos del Reino Unido”. Cameron prometió en su día la celebración de un plebiscito sobre la Unión Europea si su partido gana las elecciones de 2015, pero su negativa del pasado mayo a incluir ese punto en el programa de gobierno para el presente curso parlamentario irritó sobremanera al ala antieuropea del Partido Conservador.

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El primer ministro se ha convertido en un rehén del sector más intransigente de los tories, quienes vienen enseñando músculo en una sucesión de votaciones (como la reforma de la Cámara de los Lores, a cuya derrota contribuyeron el año pasado), pronunciándose en contra de la línea del Gobierno. La sesión de hoy obedece al intento de contemporizar con sus detractores y fue tildada de peligrosa artimaña por su aliado liberal-demócrata en el gabinete, Nick Clegg. “Los conservadores hablan consigo mismos”, apostilló la oposición laborista sobre la divisoria cuestión europea.

El resultado de la votación de hoy se saldó con 304 votos a favor y ninguno en contra, reflejo de un quorum únicamente suplido por los diputados conservadores y por seis laboristas de marcada filiación euroescéptica. El resto de los parlamentarios se ausentaron de la Cámara para hacer ostensible su disconformidad con la pantomima.

El dirigente político probablemente más satisfecho con lo acontecido ayer es Nigel Farage, líder del Partido por la Independencia del Reino Unido (Ukip), la mayor amenaza para los feudos tradicionales de los conservadores gracias a su discurso euroescéptico y antiinmigración. La estrella ascendente de la política británica —como ha confirmado su éxito en recientes comicios locales y parciales— está forzando el peligroso viraje de Cameron hacia una posición abiertamente contraria a la UE que nunca antes había suscrito.

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