Un centenar de ladrones de ganado mueren en Madagascar el fin de semana
Los aldeanos de la zona, armados con lanzas, piedras y hachas, responsables de la matanza Los 23 asesinados la pasada madrugada se suman a otros 86 del sábado
Al menos 23 ladrones de ganado han muerto en la noche del domingo al lunes en Emanombo, cerca de Fort Dauphin, al sur de Madagascar, a manos de aldeanos de la zona armados con lanzas, piedras y hachas. Estos se suman a los 86 que perdieron la vida durante la noche del viernes al sábado sobrepasando ya la cifra del centenar.
El gobernador de la región de Anosy -donde tuvo lugar la masacre-, Guy Venance Randriatefiarison, informó hoy a Efe de que vecinos de una decena de pueblos de la zona atacaron el pasado viernes a ladrones "dahalo", que han provocado el desplazamiento de miles de pers...
Al menos 23 ladrones de ganado han muerto en la noche del domingo al lunes en Emanombo, cerca de Fort Dauphin, al sur de Madagascar, a manos de aldeanos de la zona armados con lanzas, piedras y hachas. Estos se suman a los 86 que perdieron la vida durante la noche del viernes al sábado sobrepasando ya la cifra del centenar.
El gobernador de la región de Anosy -donde tuvo lugar la masacre-, Guy Venance Randriatefiarison, informó hoy a Efe de que vecinos de una decena de pueblos de la zona atacaron el pasado viernes a ladrones "dahalo", que han provocado el desplazamiento de miles de personas con sus ataques.
Recientemente, los "dahalo", armados con fusiles AK-47 y rifles de caza, han recorrido la región llevando a cabo actos de pillaje que se saldaron con el robo de alrededor de un millar de cabezas de ganado.
El pasado mes de junio, y ante la creciente inseguridad en la zona, el Gobierno malgache envió a la Policía nacional para tratar de dar caza al líder de los "dahalo", Remena Bila, una misión que los agentes no lograron completar.
A mediados del pasado agosto, las autoridades de Anosy, en colaboración con la Policía, empezaron a impartir lecciones de autodefensa a las comunidades locales, que se desquitaron contra los asaltantes e incluso les cortaron los brazos y se los quedaron a modo de trofeo.