PRIMARIAS EN EE UU

La política migratoria, clave para atraer el voto hispano

La construcción de un muro en la frontera con México y el acceso de los inmigrantes a la educación centran las propuestas de los aspirantes

Dos policías vigilan la frontera de México con Estados Unidos.EFE

Un 16% de la población norteamericana es de origen hispano. Son 50,5 millones de habitantes que van adquiriendo, elección tras elección, un mayor poder de decisión a través de las urnas. Hasta la fecha, el voto latino ha sido eminentemente demócrata. En las pasadas elecciones, la comunidad hispana apoyó al presidente Barack Obama en un 67%, frente al 31% que optó por su contrincante, John McCain. Según la encuesta más reciente del centro de estudios Pew, en 2012 sucederá algo similar. Los hispanos republicanos prestan estos días especial atención a las opiniones de los candidatos sobre los asu...

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Un 16% de la población norteamericana es de origen hispano. Son 50,5 millones de habitantes que van adquiriendo, elección tras elección, un mayor poder de decisión a través de las urnas. Hasta la fecha, el voto latino ha sido eminentemente demócrata. En las pasadas elecciones, la comunidad hispana apoyó al presidente Barack Obama en un 67%, frente al 31% que optó por su contrincante, John McCain. Según la encuesta más reciente del centro de estudios Pew, en 2012 sucederá algo similar. Los hispanos republicanos prestan estos días especial atención a las opiniones de los candidatos sobre los asuntos migratorios más importantes, desde la política fronteriza a las deportaciones.

Rick Perry es el único gobernador de un Estado fronterizo que toma parte en la contienda de primarias. Su Estado, Tejas, es el que comparte más kilómetros de frontera con México. Conocedor de la realidad de la frontera, Perry se opone a la construcción de un muro en ella (ha calificado esa idea de “idiota”). Un 37% de la población de Tejas es hispana, según los datos del censo de 2010. Por una decisión del gobernador, los inmigrantes indocumentados pueden estudiar en universidades de Tejas, con tasas reducidas, si cumplen otros requisitos de residencia. Además disponen de acceso a determinados servicios sociales como medicamentos gratuitos o tratamiento psiquiátrico.

El exgobernador de Massachusetts Mitt Romney, el favorito en las encuestas, tiene en materia de inmigración una postura diametralmente opuesta a la de Perry: apoya la construcción de un muro en la frontera con México (serían 3.000 kilómetros) y se opone a ofrecerles a los indocumentados ayudas gubernamentales para la educación. Es uno de los pocos candidatos que defiende la concesión de más visados de trabajo a aquellos licenciados o posgraduados extranjeros en campos especializados como la ingeniería o las matemáticas. Además propone conceder la residencia permanente (la llamada green card) a aquellos estudiantes extranjeros que se licencien en universidades norteamericanas.

La congresista Michele Bachmann, por su parte, apoya la construcción del muro con México. Es un viejo proyecto, aprobado finalmente durante la presidencia de George W. Bush. Hasta la fecha se han construido 950 kilómetros a un coste de 2.600 millones de dólares (2.000 millones de euros). Además, Bachmann se opone a que se ofrezcan beneficios como escolarización pública a los inmigrantes indocumentados y a sus hijos.

Newt Gingrich, que fue presidente de la Cámara de Representantes en los años 90, apoya que se abra una vía a la legalización de aquellos inmigrantes indocumentados que han pasado suficiente tiempo en Estados Unidos (25 años, ha dicho el candidato) y hayan tenido descendencia con ciudadanía norteamericana. También propone que se ofrezca la ciudadanía a los residentes sin papeles que entren en el Ejército. Apoya que se refuerce la vigilancia policial en la frontera con México.

El exembajador en China John Huntsman, el más moderado de los candidatos, es el único que ha expresado claramente la idea de que sería extremadamente costoso deportar a todos los inmigrantes indocumentados de EE UU (se calcula que hay unos 11 millones). Tampoco cree que sea apropiado construir un muro en la frontera con México. “Esa idea me repele”, ha dicho.

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Ron Paul, el candidato libertario, mantiene una de las posturas más duras respecto al control de la inmigración. Quiere aumentar la vigilancia en la frontera, para evitar las entradas ilegales. Como medida disuasoria, ha propuesto que se revoque la enmienda 14ª de la Constitución, que otorga la nacionalidad norteamericana a los hijos de inmigrantes nacidos en EE UU. Apoya la deportación de todos los visitantes que violen los plazos establecidos en un visado.

Rick Santorum, por su parte, afirma que se debería hacer, por ley, que el inglés sea el idioma oficial de EE UU. Además, defiende la construcción del muro en la frontera con México y se opone a concederles beneficios educativos o sociales a los inmigrantes y sus hijos.

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