Al menos siete muertos en Beirut por los combates entre Hezbolá y partidarios del Gobierno

El partido chií amenaza a Siniora con una "guerra" por sus decisiones contrarias a la guerrilla

Al menos siete personas han resultado muertas y diez heridas en los combates que prosiguen en Beirut entre partidarios de la milicia chií Hezbolá y el Gobierno pro sirio de Fuad Siniora, desencadenados el pasado miércoles durante una huelga laboral. Seguidores de ambos bandos se enfrentan a tiros en la capital libanesa, donde se han producido explosiones en al menos dos barrios de la ciudad, mientras la oposición ha rechazado la noche de este jueves una propuesta del diputado Saad Hariri, que encabeza la mayoría parlamentaria, para salir de la crisis, según medios locales.

El líder de H...

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Al menos siete personas han resultado muertas y diez heridas en los combates que prosiguen en Beirut entre partidarios de la milicia chií Hezbolá y el Gobierno pro sirio de Fuad Siniora, desencadenados el pasado miércoles durante una huelga laboral. Seguidores de ambos bandos se enfrentan a tiros en la capital libanesa, donde se han producido explosiones en al menos dos barrios de la ciudad, mientras la oposición ha rechazado la noche de este jueves una propuesta del diputado Saad Hariri, que encabeza la mayoría parlamentaria, para salir de la crisis, según medios locales.

El líder de Hezbolá, Hasán Nasralá, ha amenazado al Ejecutivo de Siniora con una "guerra" si no revoca las decisiones que considera contrarias a la milicia, principalmente las medidas encaminadas a desmantelar su sistema de comunicación. La guerrilla aprovechó los paros del miércoles para exacerbar su oposición con movilizaciones, bloqueo de carreteras y del aeropuerto, entre otras cosas, que se prolongaron durante toda la jornada del jueves y continúan durante este viernes.

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En el barrio de Corniche al Masra, en pleno centro, soldados libaneses y simpatizantes del Partido de Dios se enfrascaron en un intenso tiroteo. Un blindado del Ejército estaba presente. Se escucharon explosiones igualmente en otros barrios. También ha habido combates, en los que se han usado lanzagranadas, en Basta, Noueiri y Ras el Nabeh, donde viven chiíes y suníes.

Ya el miércoles, en una ciudad tomada por las fuerzas de seguridad para controlar el día de huelga -convocada por los sindicatos por el alza del salario mínimo-, se produjeron enfrentamientos entre partidarios y detractores del Gobierno. Hezbolá bloqueó las calles y forzó a que el aeropuerto suspendiera el tráfico aéreo, y asegura que no retirará de ahí a sus hombres por considerar la destitución ayer del jefe de seguridad del aeropuerto, próximo a la milicia chií, como un acto de guerra.

Los partidarios de Hezbolá mantienen bloqueado el aeropuerto. Mientras tanto, los seguidores del Gobierno han bloqueado una carretera que une Beirut con el sur de país, predominantemente chií, y han establecido una barricada en la principal carretera que lleva a la frontera con Siria, uno de los principales apoyos de Hezbolá. Han separado la ciudad en dos, para ir del este al oeste hay que hacer virguerías. De momento, el Ejército se está comportando pero el general Suleimán dice que el problema es que se divida también el Ejército. Ahora, con la caída de la tarde aumenta la violencia. Se escuchan cada vez más fuertes los disparos y los bombazos lanzados por los lanzagranadas RPG, informa Maruja Torres.

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Por su parte, el Ejército, que trata de mantenerse neutral, ha advertido de que la situación amenaza su unidad. "La continuación de la situación (...) daña la unidad del estamento militar", indicó en un comunicado. La fragmentación del Ejército en bandos sectarios en 1976 fue un momento clave en la caída de Líbano en manos de milicias.

La red telefónica

El desencadenante del conflicto entre Hezbolá y el Gobierno fue el anuncio de éste de desmantelar la red telefónica tendida por el partido chií al margen de la oficial y la destitución del jefe de seguridad del aeropuerto por connivencia con el partido-guerrilla. Un paso más en una crisis que viene de lejos: en 2006, los ministros chiíes del Gobierno lo abandonaron y no fueron sustituidos, por lo que Hezbolá entiende que el Gobierno es ilegítimo; el Parlamento no se reúne desde noviembre de 2006 y el país está sin presidente desde hace cinco meses. En definitiva, la peor crisis en el país desde la guerra civil (1975-90).

Los dos bandos -la oposición que forman Hezbolá y sus aliados maronitas, encabezados por el general Michel Aoun y los drusos, cristianos y suníes cercanos al Gobierno- están enfrentados de forma casi irreconciliable. La excusa de la red telefónica ha servido para que Hezbolá estalle.

Tras las movilizaciones del miércoles, su líder, Hasan Nasralá, calificó de declaración de guerra la decisión de Gobierno y amenazó con "cortar las manos" a quien intente destruir la red telefónica. En una videoconferencia retransmitida por el canal Al Manar, perteneciente a Hezbolá, reclamó el "derecho a defendernos, a defender nuestra resistencia, nuestras armas y nuestra existencia". Aunque formalmente la bronca es entre el Gobierno y oposición, el discurso de Nasrala, con una foto de Jomeini de fondo, se ve que lo que se dirime es el poder musulmán: la lucha entre suníes y chiíes, entre Irán y Arabia Saudí.

Hasan Nasralá, durante la videoconferencia en la que ha acusado al Gobierno libanés de declarar la guerra a Hezbolá.FRANCE PRESS

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