Depositados en una fosa común 34 de los 47 muertos en el peor accidente de Ecuador

Un autobús en el que viajaban 52 personas cayó por un barranco el domingo cerca de Quito

Una fosa común en forma de letra L en el Cementerio General de Sangolquí ha recibido los féretros de 34 de los 47 muertos en el peor accidente de tráfico ocurrido en Ecuador. Un total de 33 ataúdes se han depositado en la fosa común, pero en uno de ellos se encontraban los cuerpos de una mujer y su hijo, de cuatro meses, que murieron en el accidente del domingo en el sector de Papallacta.

Un autobús escolar fletado por vecinos del barrio de Fajardo de Sangolquí, a unos 30 kilómetros al sur de Quito, cayó por un barranco en el sector de Papallacta, una zona turística al este de la capita...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Una fosa común en forma de letra L en el Cementerio General de Sangolquí ha recibido los féretros de 34 de los 47 muertos en el peor accidente de tráfico ocurrido en Ecuador. Un total de 33 ataúdes se han depositado en la fosa común, pero en uno de ellos se encontraban los cuerpos de una mujer y su hijo, de cuatro meses, que murieron en el accidente del domingo en el sector de Papallacta.

Un autobús escolar fletado por vecinos del barrio de Fajardo de Sangolquí, a unos 30 kilómetros al sur de Quito, cayó por un barranco en el sector de Papallacta, una zona turística al este de la capital. Según informes de la Policía, el accidente se produjo por un fallo en los frenos del autobús que, al parecer, iba con exceso de velocidad y de pasajeros, pues su capacidad era de 38 personas y llevaba 52. En el percance fallecieron 47 personas y cinco niños resultaron con heridas graves, todos parientes entre sí.

Más información

Los parientes habían decidido viajar a Papallacta para celebrar el retorno de uno de sus familiares, Patricio Gutiérrez, que regresaba de España después de casi cuatro años.

Un multitudinario cortejo ha acompañado la procesión de ataúdes desde la iglesia de Fajardo, donde se ha celebrado la misa de honra, hasta el Cementerio General de Sangolquí.

El trágico suceso ha abierto una discusión en el país sobre la seguridad en las carreteras y el estado en el que circulan los vehículos de transporte público. El autobús que se accidentó el pasado domingo, según fuentes de una empresa que se encarga de autorizar la circulación de vehículos en Quito, no pasó la revisión mecánica en varias ocasiones y no poseía el certificado para ofrecer el servicio. Según esa empresa, seis de cada diez autobuses que circulan en la capital no han pasado la revisión.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En