Las obras faraónicas de Lula

El presidente brasileño retoma la construcción de la autopista amazónica e inaugura las obras de la línea ferroviaria transnordestina

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, anunció el lunes con motivo del Día del Medio Ambiente, la pavimentación y expansión de más de 1.500 kilómetros de una carretera que se extiende a lo largo de la Amazonia. La faraónica obra, conocida como BR-163, unirá Cuiabá en Mato Grosso con Santarém en Paraná.

En presencia de la ministra de Medio Ambiente, Marina Silva, Lula dijo que las obras, paradas desde hace años por contratiempos con los ecologistas —que temen que el proyecto acelere la deforestación— serán retomadas después de haber resuelto todos los problemas d...

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El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, anunció el lunes con motivo del Día del Medio Ambiente, la pavimentación y expansión de más de 1.500 kilómetros de una carretera que se extiende a lo largo de la Amazonia. La faraónica obra, conocida como BR-163, unirá Cuiabá en Mato Grosso con Santarém en Paraná.

En presencia de la ministra de Medio Ambiente, Marina Silva, Lula dijo que las obras, paradas desde hace años por contratiempos con los ecologistas —que temen que el proyecto acelere la deforestación— serán retomadas después de haber resuelto todos los problemas de medio ambiente inherentes a la misma.

16 millones de hectáreas

En febrero pasado, el Gobierno creó por decreto, el Distrito Forestal Sustentable (DFS), en el oeste de Paraná. El distrito corre a lo largo de la BR-163 y tiene un área de 16 millones de hectáreas, un 14,4% del territorio de Brasil. Lula criticó a los "eternos descontentos" que arremeten contra el proyecto por miedo a las posibles agresiones mediambientales y afirmó que la obra, tal como se va a proyectar, con los controles ecológicos necesarios, será "un ejemplo para el mundo".

Añadió que las generaciones futuras agradecerán la osadia del proyecto. "Aunque se haya demorado un poco más de lo que algunos esperaban, esta obra va a mostrar cómo es posible ser brasileños sin ser depredadores, como acostumbran a decir de Brasil en el exterior", explicó el mandatario brasileño.

La ministra de Medio Ambiente, Marina Silva, alabó el comportamiento de una parte de la élite empresarial, que ha sido capaz de "dialogar y de hacer concesiones" perdiendo miles de hectáreas que podían haber sido destinadas, por ejemplo, a la produccion de soja. Los cultivadores de soja del país esperan que la vía, cuya pavimentación tardará alrededor de tres años e insumirá inversiones por aproximadamente 450 millones de dólares, les proporcione una salida rápida a su producción.

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Preocupación ambiental

Las ONG ecologistas han agradecido la cautela del Gobierno en el control del posible impacto mediambiental del proyecto, aunque han alertado de que todo el problema estará ahora en ver quiénes van a vigilar para que las obras no acaben dañando el entorno natural.

Lula ha dicho que el Gobierno "ha hecho sus deberes" y que ahora toca que los que realizan el proyecto hagan que se cumplan las leyes.

Nueva línea ferroviaria

Por otra parte, Lula inauguró el martes otra obra titánica que ya había sido proyectada en el siglo pasado, que todos los Gobiernos hubiesen querido realizar y que se puso en marcha durante el Gobierno de Fernando Collor (1990-1992) y abandonada tras su caída por escándalos de corrupción. Se trata de la línea ferroviaria transnordestina de 1.860 kilómetros, que unirá los Estados del nordeste con los puertos de Pecém, en Ceará, y de Suape, en Pernambuco.

El objetivo es llevar a cabo la obra hasta 2010 con una inversión que se calcula en 1.500 millones de euros financiados por empresas privadas aunque con créditos del Banco de Desarrollo Económico y Social (BNDES). Para Lula se trata de la "redención del nordeste"; en cambio, para un sector crítico se trata de una obra que "no conduce a nada".

Para que Lula pudiera inaugurar la colocación de la primera piedra de la red ferroviaria, tuvieron que traer de Fortaleza, a 600 kilómetros, dos vagones del metro aún no inaugurado para que el presidente brasileño pudiera recorrer siete kilómetros en tren.

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