El ex dictador guatemalteco Ríos Montt, absuelto por los disturbios de 2003

Un reportero de televisión murió cuando huía de los seguidores ex paramilitares del general

Un tribunal penal de Guatemala declaró ayer libre de culpa al ex dictador (1982-1983) y general retirado José Efraín Ríos Montt, por los disturbios protagonizados por sus seguidores en 2003, en los que falleció un periodista. El juez explicó que la fiscalía no había aportado las pruebas necesarias para condenar al viejo general, acusado de los delitos de sedición, amenazas y asociación ilícita, entre otros, provocados por sus seguidores en julio de 2003.

En los días 24 y 25 de julio de 2003, turbas de ex paramilitares, movilizados por Ríos, tomaron la capital guatemalteca y provocaron d...

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Un tribunal penal de Guatemala declaró ayer libre de culpa al ex dictador (1982-1983) y general retirado José Efraín Ríos Montt, por los disturbios protagonizados por sus seguidores en 2003, en los que falleció un periodista. El juez explicó que la fiscalía no había aportado las pruebas necesarias para condenar al viejo general, acusado de los delitos de sedición, amenazas y asociación ilícita, entre otros, provocados por sus seguidores en julio de 2003.

En los días 24 y 25 de julio de 2003, turbas de ex paramilitares, movilizados por Ríos, tomaron la capital guatemalteca y provocaron daños en propiedades públicas y privadas, ante la pasividad de las autoridades. En los disturbios, un reportero de la televisión perdió la vida cuando huía de los piquetes riosmonttistas.

Ríos Montt aspiraba entonces a ser inscrito como candidato a la presidencia de la República por su partido-iglesia, el Frente Republicano Guatemalteco (FRG). En dos ocasiones anteriores, el Tribunal Constitucional le había cerrado el paso, dado que la Carta Magna prohíbe expresamente que quienes hayan accedido al poder por medio de la fuerza puedan aspirar a la primera magistratura. Un golpe de Estado llevó a Ríos al poder en marzo de 1982. Y lo ejerció con mano de hierro hasta agosto de 1983, una de las épocas más sanguinarias de la guerra sucia que durante 36 años (1960-1996) sufrió esta nación centroamericana.

Ríos Montt ha sido considerado uno de los militares más sanguinarios del enfrentamiento armado interno (los crímenes del Ejército bajo su mandato han sido denunciados en los informes Guatemala, memoria del silencio, de la ONU, y Guatemala, nunca más, del malogrado obispo Juan Gerardi). Sin embargo, sólo ha sido llevado a los tribunales por un delito menor, homicidio involuntario, del que acaba de ser absuelto.

El hecho de que la propia fiscalía pidiera que el caso fuera cerrado ha suscitado acusaciones de una presunta componenda entre el partido gobernante, la Gran Alianza Nacional, necesitada de los votos del FRG, segunda fuerza en el Congreso (legislativo y unicameral), para la aprobación de algunas leyes. Sin embargo, el presidente de Guatemala, Óscar Berger, ha negado tal extremo. "Es algo que uno no se explica", dijo Berger al comentar lo endeble del argumento que absuelve a Ríos, dado que la prensa escrita y audiviosual documentó abundantemente los delitos cometidos durante la ocupación de la ciudad por los paramilitares movilizados por el entonces partido en el Gobierno. Berger perdió su talante amable al censurar que el Tribunal Constitucional cediera a la presión del mesiánico general y terminara por aceptar su candidatura. "¿Qué pasa con una Corte de Constitucionalidad que mancilla la Carta Magna y permite, a pesar de la prohibición absoluta, la candidatura de Ríos?", comentó ante la prensa nacional. Berger derrotó a Ríos Montt en las elecciones generales de noviembre de 2003.

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