Las elecciones en Sajonia y Brandeburgo castigan a los grandes partidos e impulsan la ultraderecha
Las proyecciones de voto muestran un crecimiento de los partidos radicales en perjuicio de liberales y verdes
El desencanto de los ciudadanos de la que un día fue la República Democrática Alemana, bajo el yugo comunista, está sirviendo de abono a los partidos de ultraderecha, según se deduce de las proyecciones de voto tras el cierre de los colegios electorales en los Estados federados de Sajonia y Brandeburgo. Eso sí, de cumplirse los pronósticos, el Partido Socialdemócrata (SPD) del canciller Gerhard Schröder soslayará una nueva catástrofe.
Sajonia (capital, Dresde) tiene 4,35 millones de habitantes, de los que 3,57 tienen derecho a voto; con una superficie de 18.400 kilómetros cuadrados &mda...
El desencanto de los ciudadanos de la que un día fue la República Democrática Alemana, bajo el yugo comunista, está sirviendo de abono a los partidos de ultraderecha, según se deduce de las proyecciones de voto tras el cierre de los colegios electorales en los Estados federados de Sajonia y Brandeburgo. Eso sí, de cumplirse los pronósticos, el Partido Socialdemócrata (SPD) del canciller Gerhard Schröder soslayará una nueva catástrofe.
Sajonia (capital, Dresde) tiene 4,35 millones de habitantes, de los que 3,57 tienen derecho a voto; con una superficie de 18.400 kilómetros cuadrados — algo más que la provincia de Zaragoza—, comparte frontera con Polonia y la República Checa. Uno de cada cinco habitantes de este Estado está en paro. Brandeburgo es más grande —29.400 kilómetros cuadrados, casi como Galicia—, y alberga en su corazón una isla con Berlín; su capital es Postdam, tiene 2,58 millones de habitantes —de los que 2,13 tienen derecho a voto—; la tasa de paro es del 20,3%.
Los sondeos de cara a los comicios de hoy —las urnas han cerrado a las seis de la tarde— no eran benévolos con el SPD, pero tampoco con el otro gran partido alemán, la Unión Cristianodemócrata (CDU). Todas las encuestas situaban el foco sobre el Partido Nacional Democrático de Alemania (NPD), ultraderechista y con elementos neonazis, que entrará por primera vez en el Parlamento de Sajonia; y sobre la Unión del Pueblo Alemán (DVU), de parecido pelaje y que mantendrá sus cinco (impresentables) diputados en Brandeburgo.
El primero logra el 9% de los votos, y el segundo el 6%, en sus respectivos estados y según los sondeos de la televisión pública alemana. La CDU gana según esta encuesta a pie de urna las elecciones en Sajonia, aunque con el 43% de los votos pierde la mayoría absoluta; por detrás quedan el SPD, con el 32,5%, y el comunista Partido del Socialismo Democrático —heredero del desaparecido régimen—, con el 28,5%. En Brandeburgo gana según este sondeo el partido de Schröder. Los verdes y los liberales entrarían en el Parlamento de Sajonia.
Estos comicios llegan tras casi dos meses de protestas contra los recortes sociales que pretende sacar adelante el Gobierno de coalición del SPD y los Verdes, y cuando se aproxima el 15ª aniversario de la caída del muro de Berlín. Con una previsión de abstención muy alta, los analistas preveían un buen resultado para los partidos minoritarios, pues cuentan con mayor fidelidad de voto y tienen más fácil superar el listón del 5% exigido para entrar en el Parlamento.
Los ciudadanos de la Alemania del Este se siente especialmente perjudicados por los recortes de Schröder, pero extienden el barniz de la culpa a la democracia cristiana por haber dado su visto bueno en la Cámara Alta, donde tienen la mayoría. Así, y sintiéndose los que han pagado el pato de la reunificación, estos electores han optado por no acudir a las urnas o por castigar a los partidos mayoritarios votando a las formaciones más opuestas al sistema.