Serbia da su último adiós a Zoran Djindjic
Luisa Fernanda Rudi encabeza la delegación española que ha acudido a los funerales
Serbia vive su tercer día de luto por la muerte del primer ministro, Zoran Djindjic, asesinado a tiros el pasado miércoles. Después de los funerales, una comitiva formada por decenas de miles de personas ha conducido el féretro al Cementerio Nuevo de Belgrado, donde Djindjic ha sido enterrado en la Alameda de los Hombres Ilustres.
Una impresionante riada humana ha acompañado el feretro del difunto primer ministro serbio, fuertemente custodiado, por las calles de Belgrado. Antes, se habían oficiado los funerales en la catedral de San Sava, con capacidad para 20.000 personas, que estaba c...
Serbia vive su tercer día de luto por la muerte del primer ministro, Zoran Djindjic, asesinado a tiros el pasado miércoles. Después de los funerales, una comitiva formada por decenas de miles de personas ha conducido el féretro al Cementerio Nuevo de Belgrado, donde Djindjic ha sido enterrado en la Alameda de los Hombres Ilustres.
Una impresionante riada humana ha acompañado el feretro del difunto primer ministro serbio, fuertemente custodiado, por las calles de Belgrado. Antes, se habían oficiado los funerales en la catedral de San Sava, con capacidad para 20.000 personas, que estaba completamente repleta de gente.
Djindjic se había convertido en sus dos años de gobierno democrático en Serbia en el símbolo de las reformas y la modernización.
Numerosas delegaciones extranjeras han acudido a los actos de despedida de Djindjic. Destaca la presencia, entre otros, del comisario de la Comisión Europea, Romano Prodi; el presidente de turno de la Unión Europea, Yorgos Papandreu; el secretario general del Consejo de Europa, Walter Schwimer, y el ministro de Asuntos Exteriores alemán Joschka Fischer. La representación de España ha estado presidida por la presidenta del Congreso de los Diputados, Luisa Fernanda Rudi.
Las medidas de seguridad han sido muy fuertes. Las calles de los alrededores de la catedral fueron cerradas al tráfico y unidades especiales de la policía fuertemente armadas custodiaron las inmediaciones de la catedral. El féretro ha sido escoltado por agentes de seguridad hasta el cementerio.