¿Le ofenden estas camisetas sobre el Orgullo? Mírelas otra vez
El diseñador Alled-Martínez y Pepo Moreno, artista ‘queer’, unen fuerzas en una colección de camisetas con proclamas clásicas de la lucha por los derechos LGTBIQ. Mensajes pensados para entenderse al segundo vistazo
Si a estas alturas del siglo XXI cualquiera puede sumarse al desfile del Orgullo LGTBIQ en los países occidentales sin miedo y sin correr el riesgo de acabar lisiado y entre rejas es porque en 1970, en Nueva York, un pequeño grupo de activistas se negó a olvidar lo ocurrido en los disturbios del bar Stonewall un año antes. En la manifestación que montaron, el primer Orgullo de la historia, ya se dejaba claro cuál era su arma. “...
Si a estas alturas del siglo XXI cualquiera puede sumarse al desfile del Orgullo LGTBIQ en los países occidentales sin miedo y sin correr el riesgo de acabar lisiado y entre rejas es porque en 1970, en Nueva York, un pequeño grupo de activistas se negó a olvidar lo ocurrido en los disturbios del bar Stonewall un año antes. En la manifestación que montaron, el primer Orgullo de la historia, ya se dejaba claro cuál era su arma. “La ironía y el sarcasmo es algo que la comunidad utilizó para luchar contra el estigma, sobre todo en las primeras marchas queer”, explica en una videollamada el artista catalán Pepo Moreno. “Tenían un punto muy irreverente, muy políticamente incorrecto, incluso un poco fuerte para lo que hoy se entiende por incorrección”. En una foto de 1979 un hombre vestido de Miss América, también en el Orgullo de Nueva York, levanta una pancarta que decía Not every boy dreams of being a marine (”No todos los chicos sueñan con entrar en la Armada”).
La foto es una de las muchas de la época que Pepo encontró rebuscando en internet –su obra gráfica toca temas relacionados, empezando por la iconografía gay de los setenta-. Y la frase que aparece en la pancarta se lee ahora en una de las cuatro camisetas de la colección cápsula que ha preparado con el diseñador Archie Alled-Martínez, amigo suyo, con el que compartió piso en París durante la cuarentena.
Vistas de cerca, no son simples camisetas de algodón. Están hechas en España, según cuenta Alled desde su estudio en Barcelona –ahora vive allí–, simulando el patrón que vestían muchos de los chicos en la Christopher Street del Greenwich Village de Nueva York, donde tuvo lugar la revuelta de Stonewall. “En las fotos que hizo en su día Sunil Gupta se ve la camiseta muy clara”, apunta él. Es un modelo retro fit, un poco más corto y ceñido de lo habitual, que en este caso lleva los ribetes a contraste y frases históricas de diferentes Orgullos, escritas en acrílico con el trazo de Pepo y estampadas digitalmente en la parte trasera. ¿Costó seleccionar los mensajes de las pancartas? “Tuvimos que sentarnos los dos a ver qué frases incluíamos y cuáles no”, recuerda el diseñador, “porque teníamos muchísimas sobre la mesa”. Aparte de la de Miss América, en otra camiseta figura la expresión Queer get used to it (”Acostúmbrate a lo queer”), del desfile de Nueva York de 1984.
Como dice Pepo, esos son los mensajes más positivos, “los que tienen más chispa”, que justo acompañan las dos camisetas de color blanco. Para las dos negras, ambos autores han optado por citar algo más incisivo: un eslogan que se fotografió en 1987 durante la Marcha Nacional por la Igualdad en Washington, Heterosexuals are a proven security risk (”Los heterosexuales son un claro peligro”); y una frase del 2019, del Orgullo de Nueva York, que se resume en Bottoms + tops all hate cops (Los pasivos y los activos odian a los polis).
Han recibido sus críticas. “Cosas del tipo ‘pues yo tengo amigos policías que no odian a los gais’. Pero lo dicen porque están interpretando las camisetas desde una perspectiva de 2021, no de los setenta”, considera Pepo. “Ahí sí se vio, y muy claro, que la policía, especialmente en Estados Unidos, fue para las minorías un arma de represión más que una ayuda”.
Alled lo comenta también. “Por ejemplo: ¿opino yo que los heterosexuales son un riesgo para la seguridad? No, no lo creo, lo que pasa es que sí lo fueron en su momento. Y si te fijas, debajo de las frases estampadas hay un pie que indica de qué año y de qué manifestación es. Porque no hay que olvidar de dónde vienen”. El origen del ejemplo que señala el diseñador está claro: surge de lo heteronormativo. Por aquel entonces, a toda sexualidad disidente se la consideraba un riesgo y peligro, aún más con la propagación del VIH, cuyo estigma se tradujo en un silencio social incluso después de que el asunto apareciera en los periódicos de Estados Unidos, por primera vez, en 1981. “Ahora que estamos superando esta pandemia y podemos verla en perspectiva, imagínate una que lleva afectando desde hace 40 años, y a la que no se le ha hecho ni la mitad de caso que a la de la covid-19”, opina Alled.
De ahí que esta colección cápsula se llame Revolt for them (”Una revuelta para ellos”), y que por cada camiseta que se compre –a la venta bajo pedido en la web de Alled-Martínez– parte de sus beneficios se destinen a la organización Stop Sida de Barcelona. Nació en el 86, sin ánimo de lucro, y fue de las primeras en actuar frente al VIH. “Lo interesante”, subraya Pepo, “es que lo hicieron mucho antes de que el Gobierno español activara sus sistemas de salud y prevención”.
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