Jodie Comer: “Me encanta cabrear tanto al público, eso es que has hecho bien tu trabajo”

Asesinar se le da estupendamente a Jodie Comer (Liverpool, 1993). Su alter ego, Villanelle, tomó por asalto la pequeña pan-talla en una serie británica llamada Killing Eve, encarnando a una maravillosa psicópata rubia que podía matarte solo mirándote de reojo. De repente, Comer estaba en boca de todos y todos querían a Comer. ...

Asesinar se le da estupendamente a Jodie Comer (Liverpool, 1993). Su alter ego, Villanelle, tomó por asalto la pequeña pan-talla en una serie británica llamada Killing Eve, encarnando a una maravillosa psicópata rubia que podía matarte solo mirándote de reojo. De repente, Comer estaba en boca de todos y todos querían a Comer. Ryan Reynolds se llevó el gato al agua y fichó a la inglesa para su próximo gran proyecto como pro-ductor en Hollywood. “¿La experiencia? Maravillosa. Llegué a Boston, donde nunca había estado antes, al principio del verano, y me encantó. Luego, en el rodaje, ya fue un poco distinto”, dice Comer antes de empezar a carcajearse. “Todos eran especialistas en comedia e improvisación y yo, que toda la vida me he regido por un guion, tuve que ponerme las pilas”.

La película se llama Free guy y cuenta la historia de un hombre que un buen día descubre que está viviendo en una suerte de videojuego en el que es un simple secundario. “Recuerdo que había estado seis meses rodando Killing Eve y luego volé a Nueva York. Me pasé el viaje pensando en todo lo que podría salir mal, si debía llamar a Ryan [Reynolds] para decirle que yo nunca había hecho una película antes. La cosa me parecía enorme, inabarcable”, confiesa la actriz vía telemática, vestida de blanco impoluto.

Comer se hizo con el papel de Free guy en cinco minutos. “No necesitó más, es una actriz de otro nivel”, según nos cuenta más tarde Reynolds. La británica no tardó mucho más en atar su rol para Killing Eve, algo que asegura haber conseguido en plena resaca, después de una noche de fiesta en Barcelona, el subsiguiente vuelo de 13 horas a Los Ángeles y una apresurada lectura del guion con la otra protagonista de la serie, Sandra Oh. Cuando se le pregunta por su icónico papel en la serie, que la llevó a ser la intérprete más joven jamás galardonada con el Emmy a mejor actriz de drama (a los 26 años), Comer se ríe. “Me encanta cuando un personaje puede cabrear tanto al público, eso significa que has hecho bien tu trabajo”.

La inglesa no es una estrella al uso. Hasta 2019 aún vivía con sus padres, es extremadamente discreta con su vida personal y gusta de volver a su casa en el Reino Unido en cualquier pausa profesional. “La gente de Liverpool es muy divertida y cariñosa y yo tengo una familia muy unida”, apunta. Para Comer, Free guy va a ser (si la pandemia lo permite) su primera gran cita con las audiencias cinematográficas. “¿Cómo contaría esta película en pocas palabras? Pues diría que reto a cualquier espectador a no salir eufórico después de verla, porque es emotiva y tiene mucho corazón”, dice Comer.

La actriz tiene ya en la parrilla de salida otra superproducción, dirigida por Ridley Scott y escrita por Ben Affleck y Matt Damon (la última vez que colaboraron en un libreto, en Good Will Hunting, se llevaron el Oscar). Al parecer, Scott ha quedado tan impresionado con el trabajo de la británica que le ha propuesto interpretar a Josefina Bonaparte en su siguiente proyecto, Kitbag, con Joaquin Phoenix en la piel del mismísimo Napoleón, aunque, como acostumbra a suceder en Hollywood, todo sigue siendo un secreto de estado. Sin embargo, y a pesar de la eterna tentación de la pantalla grande, Comer volverá a interpretar a la asesina favorita de cualquier seriéfilo en la cuarta temporada de Killing Eve: “¿Dónde iremos? Villanelle desea a toda costa ser aceptada, a pesar de sus defectos y sus rarezas, así que creo que es eso por lo que vamos a apostar”, remata la de Liverpool.

Puedes seguir ICON en Facebook, Twitter, Instagram,o suscribirte aquí a la Newsletter.