Por fin, unas campanadas sin caspa: de DJ Nano a Ibai, alternativas a un clásico jamás antes renovado
¿Pedroche? ¿Qué Pedroche? Las nuevas tecnologías y la imaginación disparada por la pandemia han generado nuevos contenidos para tomar las uvas, quizá más acordes con los tiempos
Esta Nochevieja puede que tu abuela se tome las uvas a ritmo de techno. No es broma: después de décadas de retransmisiones de campanadas en las que la única diferencia de un año a otro era la frase final (“¡Feliz 2020!”; y, a veces, ni eso), con los vestidos de la Pedroche sustituyendo a las capas de Ramonchu como máximo aliciente y los tediosos avisos de los presentadores de que los “ding-dong, ding-dong” son los cuartos —grac...
Esta Nochevieja puede que tu abuela se tome las uvas a ritmo de techno. No es broma: después de décadas de retransmisiones de campanadas en las que la única diferencia de un año a otro era la frase final (“¡Feliz 2020!”; y, a veces, ni eso), con los vestidos de la Pedroche sustituyendo a las capas de Ramonchu como máximo aliciente y los tediosos avisos de los presentadores de que los “ding-dong, ding-dong” son los cuartos —gracias, pero no hace falta que nos repitan las cosas 40 veces—, este 31 de diembre, por primera vez en la historia, existen alternativas en sintonía con un público que pasa de la TDT y consume por streaming. Y como la ceremonia de las uvas se realiza de forma grupal, clanes completos pueden sucumbir a las flamantes modalidades del clásico navideño.
Lo han facilitado el que la tecnología actual posibilite nuevos formatos y la propia pandemia, que si algo bueno ha tenido es que ha disparado la imaginación para crear entretenimiento a distancia. DJ Nano, nuestro disc jockey más internacional, ya supo conjugar ambos elementos en el confinamiento estricto de primavera, cuando ideó sesiones diarias (excepto los domingos) en su casa que retransmitía en directo por Instagram. Resultó que cien mil personas se conectaban con él cada tarde a las 20.05 para amenizar su encierro involuntario. Hasta la actriz Amaia Salamanca reconoció en El hormiguero que el invento de DJ Nano le había alegrado “muchísimo” la clausura. “Me di cuenta —dice DJ Nano— de que ese formato había llegado para quedarse”.
El artista madrileño organiza desde hace 18 años una macrofiesta llamada Oro viejo en la que pincha exclusivamente música dance vintage, y que se ha convertido en evento obligado para todos los que crecieron escuchando electrónica. Las últimas ediciones de Oro viejo en Madrid se han celebrado en Navidad, ante miles de espectadores que abarrotaban uno de los pabellones de IFEMA. Este año, cuando aún faltaban meses para el turrón, Nano fue consciente de dos cosas: la primera, que su festival nostálgico no podría celebrarse en 2020 como hasta ahora; la segunda, que, por lo aprendido de sus sesiones en casa, podría hacerlo en streaming.
Lo que tomó de sus actuaciones caseras fue solo la idea, pues ha preparado algo que está a años luz de aquello. Básicamente, ha montado un concierto idéntico a los suyos de siempre, pero sin público en el recinto (esta vez, el plató principal de la productora audiovisual Fluge). “La producción es exactamente igual que si lo hiciéramos en uno de los pabellones de IFEMA, y aunque no vayan a estar presentes 25.000 personas delante del escenario sí va a haber un despliegue tecnológico brutal, tanto en número de cámaras, pantallas, iluminación… Llevamos ya muchos días con el montaje. El sonido y la imagen serán de la máxima calidad que permite actualmente la tecnología. Va a ser el mayor espectáculo creado hasta la fecha en formato digital”, promete. DJ Nano pinchará en directo seis horas (habrá artistas invitados: Raúl Ortiz, Ángel Sánchez, DJ Marta, DJ Neil), en una sesión precedida, cómo no, por la retransmisión de las campanadas, en la que él mismo será el maestro de ceremonias.
El evento que prepara DJ Nano puede inaugurar una nueva forma de emitir las campanadas. Prefiere no dar detalles acerca de su contenido para que sea una sorpresa, pero aun así avanza que “la producción será muy distinta de lo que estamos acostumbrados a ver en las televisiones desde la Puerta del Sol. Las campanadas siempre han sido muy tradicionales, apenas han variado. No existían alternativas. Pero este año, el confinamiento nos ha puesto a funcionar la cabeza de una manera bárbara a quienes creamos contenidos. Hemos querido hacer algo distinto, y van a ser muy divertidas y emotivas. La gente va a alucionar. Me vacilan mucho: ‘¿Cómo vas a salir, en plan Pedroche o como Ramón García?’ Se tendrán que conectar y verlo”. Antes de las uvas emitirá una gala “en la que saldrán muchas caras conocidas de este país con las cuales voy a ir conversando”, explica.
Para presenciar el magno acontecimiento hay que comprar una entrada (empezaron a ocho euros, cantidad que ha ido incrementándose ligeramente a medida que se acerca la fecha). “Con esto no voy a ganar dinero”, asegura. “Es una producción muy costosa y, a diferencia de un evento normal, no estás vendiendo copas en la barra. Pero hace que la marca Oro viejo, vinculada a las Navidades, siga estando un año más”. Al precio de 25 euros se ofrecen packs de fiesta que incluyen (además del código de conexión) una caja regalo con botellas de licor, bebidas enegéticas, un cóctel, el obligado cotillón… “Para que se puedan montar la fiesta en casa”, añade.
Mandar a paseo el 2020 y recibir con delirio el 2021 es, dice, el objetivo. “Ha sido un año terrible para la mayoría de las personas y estamos con unas ganas enormes de que se termine. La noche de fin de año se asocia a la alegría y a la fiesta, y por eso teníamos que estar presentes”, señala. Por eso a esta edición distinta de Oro viejo la ha subitulado Las campanadas de la esperanza. “Tenemos una esperanza enorme depositida en 2021. Vamos a ir a mejor y por eso hay que darle la bienvenida con un superfiestión”.
Atípicas también serán también las campanadas de Ibai Llanos. El popular streamer ha anunciado que nos acompañará en el trance anual desde su canal de Twich. Su tirón en redes sociales es innegable: cada vez son más los famosos del mundo del deporte que aparecen en sus transmisiones (Neymar, Kun Agüero, Marc Gasol), alguna de las cuales ha sido seguida en directo por 250.000 personas. “Solo os quiero pedir que intentéis convencer a vuestra abuela para vernos, somos majos”, ha escrito en un tuit.
En otro se dirige directamente a los mayores de la casa: “Me gustaría mandar un mensaje a vuestra familia: el día 31 vean las campanadas con nosotros. Nos pondremos guapos, somos majos y así descubriréis con quién pasa tanto tiempo en el ordenador vuestro hijo/hija o lo que sea”. Y avisa: “Tenemos preparado un show espectacular. Lo siento, Pedroche”. No desvela en qué consistirá su emisión, pero sí ha pedido a sus seguidores que le ayuden a elegir el traje.
Las opciones para tomar las uvas ignorando a Anne Igartiburu no quedan ahí. Aquellos que deseen vivir el momento sin ver ningún careto al otro lado de la pantalla pueden recurrir a una app como Campanadas Año Nuevo 2021. Sus creadores la anuncian en Google Play de este modo: “Si no tienes más confianza en la televisión y no quieres que alguien te estropee tu celebración de las campanadas como el Canal Sur… Damas y caballeros os presentemos la app Campanadas 2021. ¡La mejor solución para seguir la tradición de las Campanadas!”.
Las modernas opciones para cumplir con el sacrosanto ritual (sobre todo, las más ambiciosas) reabren el debate sobre la crisis de los medios audiovisuales tradicionales. El consumo de televisión, cine y música ha cambiado dramáticamente en los últimos años y ahora le sale la competencia al programa más visto del año. ¿Tendremos de aquí a un corto plazo de tiempo una oferta más amplia para cumplir con el ceremonial? Lo que no ofrece duda es que este 2020 ha sido un año diferente (por decirlo de una forma suave), y seguramente requiere de una despedida también diferente.
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