Ludovic de Saint Sernin, diseñador: “Cuando estaba en el instituto, Zara ya era lo más ‘cool’ del mundo. Colaborar con ellos es un sueño cumplido”
El diseñador francés habla en exclusiva con ICON con motivo de su colaboración con Zara, que sale a la venta el 17 de noviembre
Ludovic de Saint Sernin está ilusionado. El 17 de noviembre saldrá a la venta su primera colaboración con Zara, una colección única, justo a tiempo para la temporada de fiestas, que reinterpreta su estilo para un público planetario. Y el diseñador francés, un enfant terrible de la moda reciente, adalid de un estilo sofisticado y transgresor que reivindica desde lo queer la elegancia sexy y gamberra de finales de los noventa y principios de los dosmiles, está a punto de ver cumplida una de sus fantasías de adolescencia. “Para mí ha sido un sueño, porque me crié admirando las colaboraciones de moda como esta, que a esta escala son muy escasas y muy emocionantes”, apunta por videoconferencia en exclusiva para ICON. “Cuando un joven diseñador consigue colaborar con una marca tan grande, es una gran oportunidad, porque nos da visibilidad y la ocasión de trabajar con una marca que tiene mucha más experiencia que nosotros. Zara acaba de cumplir 50 años. Y me acuerdo de mi adolescencia. Cuando yo estaba en el instituto, Zara ya era lo más cool del mundo. Recuerdo que mis amigas estaban locas por Zara. Además, en aquella época era más barato en España, así que soñábamos con venir a España y comprarnos millones de prendas. Era una emoción real. Y también siento cierta nostalgia, porque el Ludovic de 15 años alucinaría si le dijeran que algún día tendría una colección con Zara”.
De ese diálogo entre generaciones y épocas surge la colección, “un guardarropa perfecto para vestir hoy, pero con ecos del pasado en el estilismo, las texturas y los materiales”, afirma. “La idea era crear una colección que fuese la combinación perfecta entre mi marca y Zara, crear nuestro pequeño mundo”.
El diseñador francés aterrizó en la moda parisiense en 2017, con una propuesta que fluía entre géneros. Comenzó haciendo colecciones masculinas que integraban lujosos códigos femeninos —corsetería, tacones, transparencias, cristales—, pero también desfilaba en pasarelas femeninas. Hoy cuenta con líneas para hombre y mujer, y lo mismo sucede en esta colaboración con Zara. “La idea es plantear una silueta bastante fluida, porque está dirigida a un público amplio, y hacen falta categorías que los clientes puedan identificar con claridad. Pero, al final, las prendas se pueden combinar y mezclar, y habrá mujeres que compren en la selección para hombre, y viceversa”.
Entre ambas colecciones hay códigos compartidos: mismos materiales, modelos coincidentes, tejidos e incluso patrones con leves adaptaciones. “Ambas colecciones se reflejan entre sí”, apunta el diseñador, que afirma haber aprendido mucho durante su colaboración con los equipos de diseño de Zara. “Ha sido muy interesante aprender con ellos a hacer que todo encaje a la perfección”, afirma. “Por mucho que yo quiera que las prendas sean muy fluidas, no siempre es posible. Así que el objetivo era lograr una sensación similar en las prendas para hombre y para mujer, y al mismo tiempo garantizar que queden bien en todos los cuerpos”.
De Saint Sernin cuenta que se encerró en casa el verano pasado para diseñar la colección. “Todo surgió a partir de las tachuelas”, cuenta. “Nunca había trabajado con tachuelas, y son lo que da identidad a toda la colección”. En su colaboración con Zara, los ojales metálicos, un elemento de corsetería que De Saint Sernin ha convertido en una seña de identidad, están ausentes, pero su lugar lo ocupan tachuelas metálicas que establecen la distancia necesaria con su línea principal. “Muchos esperarán que ponga millones de ojales en la colección, pero he preferido usar tachuelas para darle un aire único y especial, porque no las empleo en las colecciones de mi marca”.
En estas prendas hay cuero, pelo, seda o malla metálica. También vaqueros encerados, con aspecto similar a la piel. Materiales que forman parte del lenguaje de su marca, y que aquí pasan del lujo a la moda accesible gracias a una cuidadosa selección de proveedores y acabados, sin olvidar su paleta cromática habitual: blanco, negro, rojo y marrón. “Tengo el lujo de dirigir mi propia marca, pero mis recursos son limitados, y los de Zara son mucho mayores. Así que ha sido genial trabajar con tantas opciones de materiales y de acabados. Hicimos muchas pruebas en París, A Coruña y Nueva York. Ha sido un año de trabajo”.
La colección para Zara llega a tiempo para la temporada de fiestas, tal y como evidencian sus detalles brillantes y sus tejidos nocturnos. Pero también hay sastrería, complementos para llevar en el día a día e incluso una colección de cosmética. El fashion film de presentación de la colección, dirigido por Gordon von Steiner, traslada el universo del diseñador a Nueva York, una ciudad cuya cultura e iconos ya homenajeó el año pasado, en una colección dedicada a Robert Mapplethorpe. Para su colección con Zara, imagina una noche de fiesta con modelos como Amelia Gray y Alex Consani, en clubes sofisticados y apartamentos donde Roy Halston se habría sentido a sus anchas. Ludovic de Saint Sernin es francés, pero su imaginario encaja a la perfección en la ciudad que nunca duerme. “¿Sabes?, hace poco una astróloga me dijo que debería mudarme a Nueva York. Y la verdad es que me encanta, porque voy mucho y allí tengo muchos amigos y colaboradores".
La colección se pone a la venta el 17 de noviembre y coincide con un momento especialmente significativo para Nueva York, que afronta una nueva etapa bajo la próxima alcaldía de Zohran Mamdani, en lo que de antemano promete convertir la ciudad en un oasis de libertades y diversidad en un país que parece avanzar en sentido contrario. “Me resulta natural celebrar este momento, porque Nueva York es una ciudad global y Zara es una marca global. En la campaña hay muchas personas que forman parte de mi comunidad, y al fin y al cabo Nueva York es la ciudad de mi ídolo, Robert Mapplethorpe”.
Con ese conjunto de referencias, resulta inevitable que la colección de Zara y Ludovic de Saint Sernin sea también un homenaje a la vida nocturna como ecosistema natural de la moda. La ropa del francés está diseñada para salir de fiesta, para pasarlo bien, para aportar un toque de teatralidad a la noche. “Cuando vas a Nueva York, siempre hay que meter en la maleta algo de ropa para salir de fiesta, porque es una ciudad muy espontánea, donde vas por la calle y de repente te encuentras con alguien que te invita a ir a un sitio fabuloso”, explica. “Esa inspiración está muy presente. Es una colección global para una plataforma global, y he querido demostrar que puedes llevar Ludovic de Saint Sernin en cualquier circunstancia, en el día a día y en ocasiones especiales. Con esta colección, no necesitas nada más”.