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“Cotas de abyección más allá de lo concebible”: cuando grandes actores hicieron películas horribles

Todos tienen grandes premios, algunos son auténticas leyendas de la pantalla, pero un día se equivocaron y aceptaron un papel que ha quedado como una mancha imborrable en una carrera (casi) perfecta

Pasa en las mejores familias. Incluso titanes de la industria del espectáculo como Halle Berry, Marlon Brando o John Wayne tienen algún cadáver en el armario o elefante en la habitación, esa película cochambrosa que enturbia su filmografía y les sigue avergonzando décadas después de su infausto estreno. Hemos reunido 11 películas indignas que llevan a bordo a una leyenda del cine. Dan para un equipo de fútbol completo, con John Wayne en la portería (era un tipo bastante fornido), Paul Newman, Colin Farrell, Marlon Brando e Idris Elba trazando la línea defensiva, Michelle Pfeiffer, Julia Roberts y Halle Berry en el centro del campo y Robert de Niro, George Clooney y Michael Caine intentando meter el gol del cojo. La lista hubiese dado también para unos cuantos suplentes, del Warren Beatty de 'Ishtar' al Matthew McConaughey en 'La matanza de Texas: La nueva generación', el Tom Hanks de 'El atlas de las nubes', la Natalie Portman de 'El ataque de los clones', el Tom Hardy de Capone o la Naomi Watts de 'Diana', pero el 11 titular ya da una idea bastante precisa de lo muy bajo que puede caer un estupendo profesional en un pésimo día. (En la imagen, un póster promocional de 'Candy', que aparecerá en breve en esta lista)LMPC (LMPC via Getty Images)
PAUL NEWMAN EN 'EL CÁLIZ DE PLATA' – Tan espantosa, tan vergonzante, que el propio Newman pagó de su bolsillo una serie de anuncios en prensa en los que pedía perdón por haberla protagonizado. Ocurrió en 1963, coincidiendo con el estreno en un canal de televisión local de Los Ángeles nueve años después de que la película fracasase en su paso por los cines. Al constatar que Channel 9 iba a ofrecérsela a sus indefensos espectadores, Paul quiso acudir al rescate de cerebros y retinas y pagó un faldón en un diario de Hollywood en el que se disculpaba (aquello había sido un pecado de juventud) y les rogaba que no la viesen. Sin pretenderlo, su acto de contrición pública acabó convirtiéndose en un ejemplo de la eficacia de la publicidad negativa: 'El cáliz de plata' obtuvo unas cifras de audiencia extraordinarias para una emisora local y Channel 9 (hoy KCAL-TV) decidió programarla cuatro veces más. El inesperado éxito televisivo de esta epopeya cristiana en la que un escultor (Newman) decora la copa en que se vertió la sangre de Jesucristo sirvió para que uno de los peores péplums de la historia acabase siendo bastante menos deficitario. Pese a todo, Newman siguió aborreciendo la película el resto de su vida. Medio siglo después, en 1994, ya a punto de retirarse del cine, la recodaba con humor quejumbroso: “La primera vez que la vi quedé horrorizado y traumatizado. ¡Era incluso peor de lo que me había parecido durante el rodaje! Hoy valoro que tuve la inmensa suerte de debutar en el cine con una de las películas más atroces que se hicieron en Estados Unidos en la década de los cincuenta y, aun así, acabé teniendo una estupenda en Hollywood. Bien mirado, es algo de lo que puedo estar orgulloso”. Sunset Boulevard (Corbis via Getty Images)
MARLON BRANDO EN 'CANDY' – La comedia sexual en la que Brando estuvo a punto de sepultar su inmenso prestigio. Corría el año 1968 y el actor de Nebraska, tras ponerse al servicio de Charles Chaplin en 'La condesa de Hong Kong', incurrió en el primero de sus despropósitos de madurez con esta abominación en que daba vida a un gurú del sexo. Basada en una novela de Terry Southern, la película pretendía ser la respuesta a grandes éxitos de la lisergia hippie como 'Head' o 'The Yellow Submarine', pero a su esforzado director, Christian Marquand, se le acabó yendo de las manos. Pauline Kael dijo que ella que “arranca bastante mal y sigue empeorando escena a escena hasta alcanzar cotas de abyección más allá de lo concebible”. Los integrantes de su estelar reparto, de Charles Aznavour a Anita Pallenberg o Florinda Bolkan pasando por Richard Burton, John Huston, Walter Matthau y Ringo Starr están todos, sin excepción, espantosos. Pero es Brando el que se lleva la palma del bochorno en su papel de líder de una secta lúbrica, con túnica blanca, melena de domador de leones, flores en el pelo y un ridículo arnés que le lleva volando de un lado para otro mientras sus ojos azules se clavan en el espectador pidiendo indulgencia. George Rinhart (Corbis via Getty Images)
ROBERT DE NIRO EN 'DIRTY GRANDPA' – El abuelo De Niro se va de juerga a Florida con su nieto (un impávido Zac Efron) y juntos se embarcan en una estomagante ordalía de sexo, drogas y rock’n roll que acaba como el rosario de la aurora. Del ínclito De Niro ya sabíamos que es capaz de lo mejor ('Toro salvaje', 'Taxi Driver') y lo peor ('El enviado', 'Ahora los padres son ellos'), pero esta comedia salaz, ponzoñosa y sin gracia consiguió rebajar cualquier expectativa previa. Un usuario de Reddit abrió a mediados de 2020 un hilo en que afirmaba que la película tampoco era tan desastrosa, que Aubrey Plaza estaba francamente bien en su papel de interés sentimental de Zac Efron y que entre Zach y De Niro había “una cierta química”. El hombre recibió réplicas tan insultantes y feroces que a estas alturas debe haberse refugiado en una cabaña antártica sin conexión a internet. CAP/KFS (Image supplied by Capital Pictures / Cordon Press)
JULIA ROBERTS EN 'MARY REILLY' – Podría argumentarse que Julia Roberts, la novia de América, la actriz más cotizada de lo noventa, está francamente mal en al menos una tercera parte de su procelosa filmografía, de 'Come, reza, ama' a 'Historias de San Valentín' pasando por 'La pareja del año' o ese placer culpable que es 'Novia a la fuga'. Pero lo de 'Mary Reilly' es, pueden creerlo, otro nivel. Porque naufragar como intérprete cuando te has visto enrolada en un dislate del calibre de 'Duplicity' o de 'Full Frontal' puede tener un pase, pero sabotear con tu presencia una película una película dirigida por Stephen Frears y protagonizada por un John Malkovich en el mejor momento de su carrera sí que resulta imperdonable. Roberts está menos convincente que nunca en su papel de fiel criada del doctor Henry Jekyll (y objeto de deseo reticente para Mr. Hyde) en esta película un tanto plúmbea, pero a la que no le faltan momentos de buen cine. El propio Frears, años después, dio a entender con calculada elegancia dónde pudo estar el problema: “Tuve en la película a una actriz de solo 28 años que ya se había convertido en una gran estrella. Intenté transmitirle mi idea del personaje, que era muy concreta y precisa, pero ella había llegado a sus propias conclusiones sobre cómo debía ser Mary Reilly y prefirió dejarse guiar por su intuición. Así que la dejé hacer”. Ronald Siemoneit (Sygma via Getty Images)
JOHN WAYNE EN 'EL CONQUISTADOR DE MONGOLIA' – Póngase por un momento en la piel de John Wayne. Imagine que está usted a punto de cumplir 50 años y que ya ha hecho casi todo en la vida, de optar a unos cuantos Oscars a protagonizar 'La diligencia' y 'Centauros del desierto', comprarse una fastuosa residencia en las colinas de Hollywood o liderar la principal asociación de actores conservadores de Hollywood. Un productor en el que usted confía, Howard Hughes, un tipo serio, no un tuercebotas sin credenciales, le propone que se ponga en la piel de un personaje histórico, un tal Gengis Kan, guerrero nómada de la estepa euroasiática del que usted nunca ha oído hablar, pero que al parecer fue muy importante en su día, un héroe para su gente, los llamados mongoles, que son como los chinos, pero distintos. Es una película de acción y aventuras de RKO, compartirá usted rodaje con Susan Hayward y Agnes Moorhead y gente divertida como Pedro Armendáriz. Además, no es otro 'western', así que supone la oportunidad de que dejen de encasillarle, y con lo que piensan pagarle va a cubrir usted al menos un par de años de cuotas hipotecarias. Por supuesto, la operación implica algún que otro peaje, como intentar pronunciar sin reírse las frases de un guion indigno de tal nombre, soportar la bisoñez de un director (Dick Powell) que en realidad es un cantante y actor mediocre al que la claqueta se le cae de las manos, embadurnarse las pestañas de kohl para parecer vagamente oriental y lucir uno de los mostachos más ridículo de la historia del atrezo cinematográfico. El resultado acaba siendo una película calamitosa, la peor que recuerda, pero tampoco pasa nada, porque antes de que la estrenen habrá tenido tiempo usted de rodar un par más. United Archives (FilmPublicityArchive/United Arch)
TODO EL REPARTO DE 'CATS' – Primero fue un poema de T.S. Eliot convertido en musical de Broadway por Andrew Lloyd Webber. Y luego llegó esta demencial película vapuleada por la crítica y despreciada por los espectadores, ganadora de media docena de Razzies y merecedora de capítulo aparte en la historia universal de la infamia. Allí estuvieron Judi Dench, James Corden, Ian McKellen, Rebel Wilson, Idris Elba e incluso Taylor Swift y ninguno de ellos fue capaz de insuflarle un mínimo de credibilidad y de coherencia a este gran guiñol de horrísonos gatos callejeros en el que casi todo resulta fatuo, embarazoso, ridículo. El director, Tom Hooper, venía de completar una impecable hoja de servicios en el cine con 'El discurso del rey', 'Los miserables' y 'La chica danesa' y nadie podía esperar de él semejante despropósito. Pese a todo, se trataba de un gran proyecto en el que Universal Pictures había invertido alrededor de 95 millones de euros, así que los principales implicados, empezando por una Judi Dench que no merecía ser castigada con tanta saña, se vieron obligados a participar en su campaña de promoción y defenderla con un entusiasmo digno de mejor causa. La excepción fue Idris Elba. Stephen Colbert le preguntó en junio de 2019 por el argumento de la película y el actor británico respondió: “No me hagas esto, Steph. No sé muy bien qué decirte. Supongo, en fin, que es la historia de un gato”.©Universal/Courtesy Everett Collection / Cordon Press
GEORGE CLOONEY EN 'BATMAN & ROBIN' – George Clooney dice que aprendió la lección: un buen actor debe estar dispuesto a que le saquen de su zona de confort, pero no demasiado. Si a tu disfraz de murciélago súper heroico le han añadido un par de hirsutos pezones, si el guion que te pareció satisfactorio cuando te lo envió tu agente no deja de cambiar a medida que avanza el rodaje y si el director de la película, Joel Schumacher, es un individuo más bien huraño y que parece francamente hastiado por el material que tiene entre manos, desconfía. Y si tus compañeros de reparto, de Uma Thurman a Arnold Schwarzenegger pasando por el insolente imberbe que se empeña en robarte todos lo planos, el dichoso Chris O’Donnell, insisten una y otra vez en que aquello no va a ninguna parte, que la película va a ser un completo desastre, huye antes de que sea demasiado tarde. Clooney se recuperó del fiasco encadenando papeles como 'La delgada línea roja' o 'Tres reyes'. Y Joel Schumacher tuvo la decencia y la sensatez de pedir perdón por el aparatoso bodrio que había engendrado, pero los cinéfilos, ay, son seres con buena memoria y muy poca piedad. Sunset Boulevard (Corbis via Getty Images)
COLIN FARRELL EN 'ALEJANDRO MAGNO' – Este es un caso peculiar. El de una película en absoluto deleznable, incluso bastante digna, cuyo protagonista (Colin Farrell, un buen actor) lo hace rematadamente mal. ¿Qué ocurrió? Resulta tentador hacer conjeturas. Al director de 'Alejandro Magno', Oliver Stone, le fascinaban los hombres providenciales, algo que ya resultaba evidente en sus aclamados guiones para 'Conan el bárbaro' y 'Scarface'. A Alejandro, el rey de Macedonia que se fue de tournée bélico-festivo por Asia Menor y acabó exterminando persas a orillas del Indo, lo concebía más como un psicópata lujurioso y narcisista que como un estratega genial, pero las instrucciones que dio a Farrell, más allá de insistir en que se pusiera una peluca rubia platino que parecía hecha de piel de nutria, no fueron, al parecer, demasiado precisas. El resultado es una muestra de lo que puede ocurrir cuando a un actor que no está dando con el punto de articulación exacto de su personaje se le guía de manera contradictoria para acabar dejándolo a su libre albedrío. Photo:MPTV.net (-)
MICHELLE PFEIFFER EN 'GREASE 2' – ¿Qué había hecho una Michelle Pfeiffer de solo 23 años para merecer un debut como protagonista tan catastrófico? Probablemente nada. 'Grease' recaudó tanto dinero y tuvo un impacto cultural de tal calibre que la secuela cayó por su propio peso. Y alguien, una vez confirmada la (inteligente) deserción de Olivia Newton John, tenía que protagonizarla. Le tocó a Pfeiffer, que venía de hacer telefilms y rodar anuncios de jabón, pero tenía belleza, frescura y un cierto ángel. Lo hizo muy mal, pero siempre le quedará el magro consuelo de ver sus escenas con Maxwell Caulfield y constatar que el muchacho estaba mucho peor. A partir de ahí, Pfeiffer aterrizaría en aquella rotunda y silvestre obra maestra que es 'Scarface' y ya no le faltarían oportunidades de exhibir a la magnífica actriz que lleva dentro. IFA Film (United Archives / Cordon Press)
HALLE BERRY EN 'CATWOMAN' – Aviso para navegantes: no siempre basta con un personaje icónico al que el público adora. Por lo general, también hace falta rodearlo de un universo de ficción con cierto empaque narrativo y estético, filmarlo con solvencia y gusto, agenciarse un buen guion. Los ingredientes, en fin, de lo que entendemos por artesanía cinematográfica. A la Catwoman de DC Comic la habían interpretado actrices como Julie Newmar, Eartha Kitt, Lee Meriwether y Michelle Pfeiffer y todas habían resuelto el expediente con notable dignidad. La fastuosa resurrección del personaje prevista para 2004 acabó siendo, en palabras de su director, Pitof, un puzle al que no le encajaron las piezas. Empezando por la clave maestra. Halle Berry, una actriz en la cima de su arte que, por alguna razón, no creyó en el personaje, no sintonizó con el guion, se sintió perceptiblemente incómoda con esas tomas obvias y vacuas de su cuerpo semidesnudo y ni siquiera se vio bien secundada por sus compañeros de reparto. Photo:MPTV.net (Doane Gregory)
MICHAEL CAINE EN 'TIBURÓN. LA VENGANZA' – Decía Fernando Fernán Gómez que las películas son como las cartas del póquer: a menos que te repartan otras mejores, te toca jugar con la que tienes. Visto así, es probable que la mejor carta que le repartiera en 1987 a Michael Caine fuera un 4 de basto, la enésima escuela de la película que había sacudido los cimientos de la industria cinematográfica 13 años antes. Decidió jugar con ella (después de todo, iba a rodar en una playa paradisíaca y cobrar un buen mordisco) e intentó que no se notase demasiado que iba de farol. El primer 'Tiburón' contó con la magia de Steven Spielberg y acaparó casi todas las buenas ideas. La segunda conservaba aún la música de John Williams y a parte de los intérpretes de la original. La tercera fue en 3-D. Y a la cuarta no le quedaron más alicientes que Michael Caine. Resulta doloroso cebarse con un hombre con la trayectoria de Caine. Siendo indulgentes, podríamos decir que se quedó sin personaje ni película e hizo lo que pudo en la que es, sin duda, la hora más oscura de su formidable carrera. Universal Pictures (Getty Images)